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Comienza el curso político y la legislatura, y todo ocurre con un gobierno de coalición de la FSA y Convocatoria por Asturias dando sus primeros pasos, sin mayoría parlamentaria, con la obligación de atraerse para cada proyecto que mande a la Junta General al menos ... un voto de la oposición. Nacen muchas cosas estos días y eso provocó que los partidos acudieran al pleno institucional del Día de Asturias con una doble misión: explicar cómo entienden la región y marcar posiciones ante lo que se avecina. Nadie tiene mayorías, ni en el Palacio de la calle Fruela ni en el Congreso de los Diputados, de ahí que la ceremonia se convirtiera en una invitación de los unos a los otros para dialogar, pactar y tenerse en cuenta.
«Arranca una legislatura en un tiempo de oportunidades de progreso que exige una mirada transformadora, alejada de visiones apocalípticas o miras cortas», solicitó Dolores Carcedo, portavoz socialista. «Necesitamos una voz unida para grandes retos, como el demográfico» que ya unió al hemiciclo la pasada legislatura, invocó.
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Daniel Fernández
Diego Canga, por parte del PP, dijo que sí, que sigue ofreciendo pactos «en demografía, sanidad, atención a los mayores, empleo y lucha contra la burocracia» pero por ahora solo le han llamado para lo primero. El portavoz del PP mantuvo la mano tendida pero incorporó una sonora advertencia dirigida al presidente del Principado, Adrián Barbón: «Si siguen ustedes dando pasos en gobernar para los suyos sancionando a los municipios donde gobierna el centro derecha, la cortesía inicial irá dando paso a la confrontación más directa. Está en su mano evitarlo». El traslado del Polo de Innovación desde Navia a Luarca sigue doliendo en el PP.
Blandiendo el discurso más crítico, también la portavoz de Vox, Carolina López, pidió ser tenida en cuenta: «Dejen a un lado el odio, la confrontación, la división de izquierdas o derechas, el sectarismo ideológico, los cordones antidemocráticos y céntrense en lo que de verdad importa, en trabajar unidos por el futuro de Asturias y los asturianos».
Los portavoces de Convocatoria por Asturias, Podemos y Foro incorporaron a sus discursos pasajes en asturiano y situaron a «la ola reaccionaria» como el enemigo a contener. Xabel Vegas, en la que fue su primera intervención como diputado y portavoz de la coalición formada por IU, Más País e IAS, quiso reivindicar la política, «un ejercicio casi subversivo. Desgraciadamente estamos asistiendo a una ola reaccionaria y estremista en la que algunos, utilizando las insttuciones como altavoz, juegan al peligroso juego de la antipolítica».
En la misma frecuencia de onda emitió Adrián Pumares, desde Foro Asturias: «Esa hoja reaccionaria, que no es exclusiva de Asturias, tiene aquí una particularidad. El odio y el señalamiento a los que quieren utilizar en libertad la llingua asturiana. Si de verdad queremos construir un futuro común, tenemos la obligación de compartir y respetar nuestro pasado y cultura».
Covadonga Tomé, desde Podemos, entró en el asunto para lamentar que «por falta de valentía política el asturiano no podrá oirse en el Congreso de los Diputados», por lo que invitó a pactar un nuevo Estatuto de Autonomía que haga oficial la llingua.
Medallas, Hijos predilectos e Hijos adoptivos
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Verónica García-Peña
A. S. González
Verónica García-Peña
Cerró el pleno el presidente de la Junta, Juan Cofiño, quien puso luces largas, recordó los orígenes del Principado y llamó a sus señorías a unir fuerzas ante el debate territorial que se viene.
Reconoció Cofiño que muchos celebran hoy el Día de la Santina. «Sin embargo yo me considero más hijo del levantamiento de mayo de 1808 contra la ocupación Napoleónica, que de la Batalla de Covadonga», por cuanto ahí se proclamó la soberanía de la Junta General.
Consideró el presidente de la Cámara autonómica que hace 40 años, cuando se aprobó el Estatuto de Autonomía «adolecíamos de un tímido sentimiento regional, algo que en ningún caso se debía a la ausencia de valores propios como pueblo, o a la inexistencia de señas de identidad singular, sino a la falta de voluntad política, durante muchos años, para ponerlos en valor».
Estas cuatro décadas han recuperado esas señas de una forma en la que Asturias «no se ha construido contra nadie, no hemos antepuesto la historia, ni hemos sacrificado valores universales como el derecho y la libertad en función de la grandeza de una supuesta patria asturiana, como al parecer, desafortunadamente, algunos pretenden en algún ámbito del territorio nacional».
Es tiempo de mudanza, de ordenar la historia y el modelo de Estado. «Después de 40 años, se abren nuevas perspectivas de desarrollo y se generan nuevos debates sobre dicho modelo, un modelo relativamente abierto y con cierta indefinición en nuestra Constitución», indicó. «Se necesita, es cierto, salir de la ambigüedad y aclarar suficientemente el tipo de Estado que tenemos o que queremos», asumió.
Es un contexto donde la cuestión territorial va a estar en juego y para ella pidió el presidente de la Junta «una reflexión sosegada, donde la razón sustituya a la emoción, dejando a un lado el discurso nacionalista, un discurso siempre excitado y de emociones hipostasiadas. Debemos ser conscientes que los debates identitarios no conducen a nada y dejan a la sociedad dividida y agotada».
«Reconozco el carácter heterogéneo y dispar del Estado autonómico, pero me niego a admitir que ese hecho diferencial se traduzca en privilegios». Por ello pidió «recuperar aquel anhelo de convivencia de todos los asturianos» que había en los años 80 para fortalecer un Principado que impulse en España dinámicas de cooperación y no de división. Otra forma de hacer país.
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