El chaval de Mieres que conquistó el mundo

Hombre multitarea -lo mismo atiende por teléfono a un periodista mientras cocina que aparta el auricular de la oreja para hablar con un proveedor-, aunque pueda parecer de carácter fuerte, cuando está relajado es todo humanidad. Cariñoso, familiar, es un hombre con una gran cultura, conocedor del mundo empresarial, de la naturaleza. En sus paseos por los montes asturianos sabe bien dónde buscar las fresas silvestres, en qué rincones crecen las moras. Poco se le escapa. Y aunque practica el golf, su principal afición está relacionada con su trabajo. Como la mayor parte de los cocineros, este enamorado de los quesos disfruta viajando en busca de nuevos productos, investigando sabores, acumulando sensaciones. Es tremendamente curioso y mantiene la inquietud de aquel chaval de Mieres que soñaba con ser chef y acabó dirigiendo un grupo que engloba 19 marcas de restaurantes y emplea a cientos de personas.

Antes de profesionalizarse, aprendió el oficio de sus padres: en alguno de sus restaurantes ofrece fabes con almejes y arroz con leche con la referencia en la memoria del que le daban en casa cuando era un guaje. Llegó a Estados Unidos en 1991, primero a Nueva York y luego a Washington, donde vive con su mujer, la gaditana Patricia Fernández de la Cruz, y sus tres hijas, Carlota, Inés y Lucía, que recientemente han protagonizado con él un programa en el que recorren España, con parada en Asturias, en busca de sus tesoros gastronómicos.

Su currículo de reconocimientos es impresionante. La Fundación James Beard lo nombró Mejor Chef; la revista 'Time' lo incluyó en la lista de las 100 personas más influyentes en 2012 y 2018, dedicándole una histórica portada -es el único asturiano que ha aparecido en ella-, y el presidente Obama le otorgó la Medalla Nacional de las Humanidades de los Estados Unidos en 2015. José Andrés luce en su Minibar de vanguardia en Washington dos estrellas Michelin, así como cuatro Bib Gourmand. Hasta fue pionero en meterse en líos judiciales con Trump, al rechazar abrir un restaurante en un hotel propiedad del magnate tras las palabras contra los inmigrantes del que fuera presidente republicano de su país de adopción. Un asturiano que ha conquistado el mundo.