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MIRIAM SUÁREZ
GIJÓN.
Viernes, 8 de septiembre 2023, 00:54
Madrid le ofreció muchas oportunidades, pero un asturiano siempre añora la tierra que le vió nacer y Luis Fernández-Vega (Oviedo, 1952) no fue una excepción, tal como él mismo comentaba en una conversación reciente con EL COMERCIO. Aquí están las raíces afectivas y profesionales ... de una estirpe familiar que ha convertido a Asturias en referente mundial de la Oftalmología, y de la que él es cuarta generación. Aquí está el origen de una carrera de más de cuarenta años, que hizo cumbre en la Medicina nacional e internacional, prestigiando el Instituto Oftalmológico que lleva su apellido y, por extensión, esta tierra de la que se declara devoto.
El Gobierno del Principado concede este año cinco medallas de Asturias. Y una de ellas reconocerá «la brillante trayectoria en el ámbito de la salud» de Luis Fernández-Vega, del que también se destaca su «clara vocación humanitaria», al frente de una Fundación -junto a su mujer Victoria Cueto-Felgueroso- que facilita a personas y colectivos desfavorecidos el acceso a servicios y prestaciones oftalmolólgicas. «Es un ejemplo a seguir», coinciden sus allegados y colaboradores, que hacen suya la alegría por «este reconocimiento público a una forma de ser y de vivir», que consideran «inmensamente merecido».
Elogian su «compromiso con la comunidad», «con la excelencia en el ejercicio de la profesión» y «con el desarrollo de su potencial profesional y personal», que ha jalonado su vida de logros y condecoraciones. Luis Fernández-Vega es doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid y, hasta su jubilación hace justo un año, fue catedrático de Oftalmología de la Universidad de Oviedo -consiguió la cátedra con menos de 30 años- y jefe de la especialidad en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).
Pero Luis Fernández-Vega no ha colgado la bata. A sus 71 años cumplidos de enero, sigue al pie del cañón en su Instituto Oftalmológico, escribiendo nuevos capítulos de una biografía en la que presidió la Fundación Princesa de Asturias (entre 2018 y 2022); también la Sociedad Española de Oftalmología (entre 2011 y 2015)) y la Sociedad Española de Cirugía Ocular Implanto Refractiva (entre 1996 y 2000); y fue nombrado académico de número tanto de la Academia Médico-Quirúrgica Española como de la Real Academia de Medicina de Asturias.
Este mismo año el Consejo de Ministros, a propuesta del rey Felipe VI, decidía concederle la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil, que el oftalmólogo ovetense recibió el pasado mes de mayo en el Palacio de la Zarzuela, arropado por su mujer y sus hijos Andrés y Luis. Esta condecoración fue instituida por el rey Alfonso XIII para reconocer «la virtudes cívicas» y «los servicios extraordinarios» de algunos españoles. El viernes, día de la Santina, se distinguirá al asturiano ilustre, en el que concurren «méritos verdaderamente singulares, cuya importancia y trascendencia para los intereses generales de la comunidad autónoma» le hacen merecedor de la Medalla de Asturias 2023.
«Recibo esta medalla con enorme agradecimiento y satisfacción. Para mi es un grandísimo honor ser reconocido con la máxima distinción en mi tierra, a la que me siento tan profundamente arraigado y comprometido», señala el profesor Fernández-Vega, que dice recoger este premio «con humildad» y «el compromiso de seguir adelante con igual o mayor entrega» si cabe. Entrega «a los pacientes y también a la ciudadanía». Con ese ánimo se jubilaba hace un año, con el de seguir dedicando la mayor parte de su tiempo al Instituto Oftalmológico y a sus pacientes. Y aunque su intención era hacerlo de una forma más relajada, él mismo dudaba de si llegaría a ser posible.
En él ha calado hondo el legado de su padre, convencido de que «aquello a lo que dedicas la mayor parte de tu tiempo es por y para mejorar la vida de las personas». Le hablaba entonces de una receta infalible, la «cicacoa», que consiste «nada más y nada menos» que en dar a cada paciente la dosis justa de ciencia, cariño, comprensión y ánimo. Receta que Luis Fernández-Vega practica e inculca a la sexta generación de oftalmólogos de la familia, que ya están tomando el testigo de esta carrera de medalla de oro.
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