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Acto de entrega de las Medallas de Asturias en 2006, en el que el exministro Fernándo Morán, en el centro, recibió la Medalla de Oro. CITOULA

El ministro que suprimió fronteras al son del 'Asturias, patria querida'

Fernando Morán recibió en 2006 la Medalla de Oro que otorga el Principado, por su dilatada trayectoria profesional

DANI BUSTO

Gijón.

Jueves, 20 de febrero 2020, 02:36

Siete mil libros ocupan las estanterías de la biblioteca en su casa, en Madrid, pero también incontables, y quizás más, eran los recuerdos que atesoraba de su querida Asturias, tierra que siempre defendía con argumentos en cada oportunidad que se le presentaba. Lo hizo desde sus diversos cargos políticos y también como paisano por las calles de su Avilés natal. De hecho, a pesar de que vivía en la capital española desde su jubilación, Fernando Morán se sintió muy vinculado a su tierra y presumía siempre de su condición de asturiano universal.

Este fue uno de los motivos por los que el Principado, con Vicente Álvarez Areces al frente del Ejecutivo, concedió en 2006 al exministro de Asuntos Exteriores la Medalla de Oro de Asturias, un galardón con el que se reconocía su dilatada trayectoria profesional.

Se trata de una distinción que no se concede todos los años, y que recayó en las figuras del, por entonces, Príncipe Felipe, el Nobel asturiano Severo Ochoa y el investigador Francisco Grande Covián, entre otros.

Participó como conferenciante en los cursos de La Granda y estuvo vinculado con la Fundación Príncipe

Sus comienzos en la vida política fueron tan agitados como la época que atravesaba el país. Como muchos de sus compañeros de izquierdas, participó en algunos actos clandestinos junto a conocidos sindicalistas como José Ángel Fernández Villa y políticos como Felipe González. De aquellos momentos convulsos quedan imágenes en blanco y negro como la que recoge al grupo de destacados militantes socialistas en el antiguo merendero Los Rosales, en Gijón, tras la prohibición de un mitin. Ya con cargo en el ministerio de Asuntos Exteriores, siguió manteniendo una estrecha relación con la cúpula socialista regional, que se transformó en verdadera amistad con el exvicepresidente Vicente Álvarez Areces y la exalcaldesa del consistorio gijonés Paz Fernández Felgueroso. A Asturias acudía siempre que se le reclamaba. Y así mostró su compromiso con la Feria Internacional de Muestras, con los Cursos de la Granda, con el Ateneo Jovellanos y tantas otras entidades e instituciones del Principado.

Aún se recuerda la emoción vivida el día en que los periodistas que cubrieron el acto de la firma del protocolo de adhesión de España a la UE le cantaron el 'Asturias patria querida'. Un himno que le acompañó en los momentos más relevantes de su vida.

En los cursos de verano de La Granda abordó temas tan variados como la literatura y la política exterior. También colaboró con la Fundación Príncipe, en la que fue miembro del jurado. Ávido lector, escribió además varias obras y la trama de su novela 'También se muere el mar' gira y está ambientada en la Asturias que mejor conocía.

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