Secciones
Servicios
Destacamos
Las calles del Principado ofrecen una cara distinta. La fisonomía de sus pueblos y ciudades ha cambiado debido a los cierres a los que se han visto abocados muchos negocios y hay vías en las que es complicado encontrar ya un local abierto. En los ... últimos años han sufrido las crisis generales de la economía, desde la Gran Recesión a la de la pandemia y la inflacionaria posterior, pero también crisis propias, como la presión ejercida por las grandes superficies y cada vez más por el comercio 'online'.
Estos problemas han afectado al sector en todo el país, pero en Asturias los efectos están siendo mayores. El Índice de Cifra de Negocios del Comercio que maneja el Instituto Nacional de Estadística revela que, hasta 2014, los datos en el Principado eran mejores que la media nacional, pero desde entonces el indicador regional se sitúa siempre por debajo. En este contexto, desde 2009, Asturias ha perdido más de 9.100 autónomos, un 11,4%, y de ellos, prácticamente uno de cada tres pertenecía al comercio, concretamente, 2.730, un 15,6% del colectivo. La situación se ha agravado, además, después de la pandemia. Solo en el último año los trabajadores por cuenta propia que han abandonado la actividad son 950, hasta cerrar el ejercicio con 70.523, y casi un 60% de los perdidos, 560, eran comerciantes. Quedan 14.748.
El aumento de los costes (energía, transporte, electricidad, combustible), el incremento de la presión fiscal y la carga normativa con una burocracia en aumento son algunas de las razones que esgrime Patricia Oreña, presidenta de la Asociación de Trabajadores Autónomos de Asturias (ATA) para explicar la situación.
Ignacio García, secretario general de la Federación Española de Autónomos (CEAT) en Asturias, habla de «un dibujo decadente, con tendencia a la disminución constante», al referirse a a la actual coyuntura de los autónomos. «Y el comercio es el más afectado, sin olvidarnos del sector agrario».
Noticias relacionadas
PILAR GUTIÉRREZ
Carmen Moreno, gerente de la Unión de Comerciantes de Asturias, cree, sin embargo, que la situación «no es mala». «Estamos en una recolocación derivada del relevo generacional», defiende. En este sentido, apunta que el año 2023 finalizó con 500 cierres, que representan menos del 3% del número de comercios que existen en el Principado. En estos momentos, hay contabilizados 16.000, que representan a 12.000 empresas. Pese a todas las dificultades económicas, «solo un 3% de los negocios» echaron la persiana, una cantidad que califica de «residual», derivada de la edad media de quienes están al frente. Según estudios, indica, en los próximos ocho años, en que se jubilará toda una generación hoy en activo, los cierres se moverán entre el 12%-15% del comercio asturiano. «Se jubilan en buenas condiciones».
No comparte ese moderado optimismo Eduardo Abad, presidente de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos de España (UPTA), que cree que los datos referentes a los cierres «no son buenos», aunque tienen su explicación. «En época de crisis hubo un 'boom' de autoempleo y muchos se fueron a hostelería y comercio; son autónomos de puerta giratoria porque no tienen experiencia ni formación ni cualificación, son negocios a la desesperada». Esta es una de las razones que llevan al fin de algunos comercios, que «se han convertido en selvas». Por supuesto, la venta 'online' afecta mucho, añade. «El pequeño comercio no hizo los deberes necesarios para dar al consumidor lo que pide: prontitud, servicio, calidad y rapidez. Esa es una de las bazas de los grandes». Abad reclama al Principado un plan de relevo generacional, ya que, apunta, un 40% de los autónomos en Asturias tienen más de 60 años.
Noticias relacionadas
Susana D. Tejedor
Susana D. Tejedor
Moreno, por su parte, insiste en que, aunque un 85% de los empresarios que se van a retirar no tienen relevo generacional, en algunas ocasiones sí hay un reemplazo interno por parte del personal y, en muchas ocasiones, supone una mejora del negocio. «Esto quiere decir que van a quedar huecos; unos se llenarán y otros no».
En ello incide Nacho del Río, presidente de la Asociación de Comercio de Oviedo, que achaca el poco interés por perpetuar los negocios familiares a que «es sacrificado y cansado, requiere mucho entusiasmo y escuchar a clientes y proveedores, pero es muy bonito y es vocacional». E insiste en que «cuando uno está solo es más difícil. Los comerciantes necesitamos clientes. Pedimos que no nos frían a impuestos». Pese a ello, dice que tras la pandemia hubo una vuelta hacia la calidad y el producto de cercanía. Oreña lo tiene claro: «El comercio es el núcleo de la vida social y hay que cuidarlo».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.