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Real Oviedo - Sporting | Más que tres puntos

Real Oviedo - Sporting | Más que tres puntos

Rozada y José Alberto, pendientes del tiempo y el césped del Tartiere |Oviedo y Sporting llegan al derbi en serios problemas clasificatorios que elevan la relevancia del resultado para ambos entrenadores en un duelo sin sportinguistas en la grada

JAVIER BARRIO

Domingo, 17 de noviembre 2019, 04:13

En la quinta entrega del desempolvado derbi, previsto bajo un tormentón de época y equipamiento contra la tiritona, Oviedo y Sporting se disputarán esta tarde la corona del Principado en un careo con mucha letra pequeña. Con la clasificación en la mano, este parece un clásico asturiano de garrafón, rebajado de burbuja por dos proyectos que andan cortos de mecha y que ahora mismo compiten en el descenso (los azules) o flirteando peligrosamente con él (los rojiblancos). Pero el avance de la semana ha añadido la lógica guindilla a este domingo, epicentro del fútbol nacional este fin de semana. El escaparate de la Liga hoy será el Tartiere. La expectación en casa, sin embargo, está a bastantes kilómetros de distancia de la del primer derbi, apuntillada por esa negativa del sportinguismo al traslado en 'burbuja' y por el distanciamiento que mantienen las dos directivas. Tampoco estará la del Sporting en Oviedo esta tarde.

Con todo, un par de centenares de hinchas rojiblancos, puede que algunos más, han tirado de contactos para 'infiltrarse' en la grada local del Tartiere, que presentará una apabullante mayoría azul, pero en un ambiente alejado del lleno. Sin el energético efecto del primer reencuentro, con los dos equipos cotizando a la baja y una reducción de picante en la grada, la liturgia previa ha perdido vigor. Pero todo se embalará a partir de las cuatro, en plena sesión vermú del domingo, con el vasco Aitor Gorostegui Fernández-Ortega de juez. Y por primera vez en el derbi asturiano, con el chivato del VAR para cazar al vuelo lo que se escape al silbato. Manejará el vídeo y la repetición el balear Santiago Varón Aceitón. Aviso para navegantes. La cremallera de muchos partidos en Segunda se ha reventado este año con el videoarbitraje.

Sin sus dos primeras espadas, Saúl Berjón y Manu García, banderas de sus proyectos, el Oviedo y el Sporting se medirán en un duelo norteño que la meteorología anuncia poco refinado, de físico y resistencia, manteniendo entre interrogantes la tinta fresca de las libretas. Un fútbol añejo e intuitivo, directo y sin mucha coba al balón por fuerza mayor, se otea en el horizonte. Los dos entrenadores echarán un último vistazo al cielo esta mañana y, sobre todo, al césped del Carlos Tartiere. Habrá que ver cómo aguanta el chaparrón de estas últimas horas por si hay que hacer 'tuning' sobre la bocina, asomando algún elemento inesperado. Es la guerra fría propia de la preparación de un partido tan nuclear, acentuada por la rivalidad de dos enemigos tan íntimos como Javi Rozada y José Alberto. No acabaron bien en su último cruce, aunque eso -prometen hoy los dos- es agua pasada.

De los dos, la cita entraña más peligrosidad para el entrenador del Sporting, con su crédito bajo mínimos tras un arranque diabólico que tiene a su equipo indefinido y cercano al descenso, buscando hoy hacer un buen quiebro a la acidez del destino. Porque hace exactamente un año, en el Carlos Tartiere también, el mamporrazo del Oviedo sentenció a Baraja. José Alberto también camina por ese fino alambre. Aunque un derbi es un derbi, con un potencial brutal para un renacimiento. Sin debate sobre el entrenador del Oviedo, que ha recuperado el gen más competitivo de los azules, el conjunto oviedista saldría peor parado de una derrota en la clasificación.

A ras de suelo, el Oviedo de hoy se intuye más definido que el Sporting. Privado de su gran capitán Berjón, su jugador de más pedigrí, Javi Rozada está forzado a remendar. En la nómina de descabalgados por la actividad de selecciones también figuran el panameño Yoel Bárcenas y el ghanés Obeng. Sin el tacto del '10' para lubricar la ofensiva, el técnico oviedista podría empujar a Borja Sánchez a la izquierda, reduciendo el enganche a una puja entre Riki y Omar Ramos. La situación del rectángulo verde puede influir en su decisión final, según ha deslizado él mismo. El que no forma parte del suspense es Alfredo Ortuño, ariete contra la muralla que amaga con presentar el Sporting. A la batalla se presenta el delantero con nueve martillazos, pisando los talones al uruguayo Stuani en el listado de la realización, pero dentro de un colectivo que derrapa demasiado de atrás.

De forma extraña (interesada o igual no), lo de los tres centrales de José Alberto ha fluido con demasiada naturalidad hacia el exterior en los últimos días. Hasta el cuerpo técnico azul contempla esa abrigada puesta en escena del Sporting, que tiene huella en la travesía del entrenador rojiblanco. En el filial y en el primer equipo, con aquel último trago copero en Mestalla. Hoy se verá si José Alberto, que pulió durante buena parte de la semana ese 5-3-2 (Cristian podría ser una especie de tercer central), sin cerrarse tampoco a un sistema con un trivote sobre la marcha, va de farol con lo del forraje defensivo, pero con filo en el acelerado Aitor García y la llegada de Carmona. No está olvidado Pablo Pérez, que puede ser calzado a la zona del onubense, que, en ese caso, esperaría turno para agitar el partido en la segunda mitad si José Alberto decide proponer un partido largo y de desgaste. Ya lo hizo en Montilivi.

Con este planteamiento, el Sporting espera también el descorche definitivo de Djurdjevic, en duelo de alta tensión con los centrales azules. Todos serán objeto de escrutinio esta tarde. La debilidad defensiva del Oviedo, que cuenta sus dos últimos derbis por victorias, contrasta con el escuchimizado ataque del Sporting, encabezado por 'Djuka'. Discutido por su mal momento como ejecutor, el delantero de Belgrado tiene muy presente que el choque de hoy, en unas circunstancias que van a juego con sus aguerridas condiciones, da una subida de volumen especial. Sobre todo si contribuye al primer éxito del Sporting en esta nueva era.

Lluvia a granel

En ese combate de pizarras, mirando de reojo al oponente, los dos entrenadores arrastrarán a la totalidad de sus plantillas hasta el día 'D'. No hay descartados para el partido del Tartiere, solo alistados al frente hasta el último corte que se establecerá a lo largo del mediodía. Será en la tensa calma que precederá a la tempestad que se desatará sobre el césped del campo del Oviedo a primera hora de la tarde, prometiendo todos los ingredientes de un buen derbi asturiano: lluvia a granel, disputa física y rivalidad superlativa, y la posibilidad de poner patas arriba al eterno rival.

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