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MARCO MENÉNDEZ
OVIEDO.
Lunes, 2 de septiembre 2019, 02:52
No se puede dar por concluido el brote de listeria detectado en los productos cárnicos de una empresa sevillana. El problema es que «es una enfermedad con un periodo de incubación muy variable. Hasta ahora, ha sido muy corto relacionando la ingesta y la ... aparición de la enfermedad, pero hay posibilidades de que tenga un periodo de incubación largo», explicó ayer la ministra de Sanidad en funciones, María Luisa Carcedo en Oviedo. Por eso, aseguró que «hay que ser muy cautelosos y prudentes mientras el brote esté activo y vigilantes de la información que pueda aparecer».
Esta enfermedad tiene una mortalidad de entre el 10% y el 15%, si bien, «en este caso no alcanza esa cifra», apuntó Carcedo. No obstante, la ministra considera prioritario atender correctamente a todas las personas afectadas e «intentar que el brote no se propague. Por eso la inmovilización de todos los productos, con todos los avatares que tuvo el control de ese brote, que fue dificultoso por la falta de conocimiento e información respecto a qué tipo de productos se fabricaban. Eso dificultó más poder acotar bien su alcance».
No ocurrió lo mismo, según Carcedo, con el caso de intoxicación por la toxina botulínica achacado a una lata de atún comercializado por los supermercados Dia y que mantiene a una persona hospitalizada y a tres de sus familiares dados ya de alta en Castilla y León. La ministra reconoce que «son circunstancias diferentes pero, efectivamente, éste ha sido un brote que se ha podido controlar muy rápidamente».
De todos modos, la ministra de Sanidad en funciones quiso tranquilizar a la población. Recordó que hace una semana se reunió con los consejeros de las comunidades autónomas en las que se registraron casos de listeriosis para «analizar y ver cómo se podían mejorar los protocolos». Pero apuntó tajante que «en España tenemos un sistema de inspección y vigilancia de seguridad alimentaria muy sólido». Y aportó datos: cada año se realizan más de 600 inspecciones de seguridad alimentaria y se analizan más de 113.000 muestras «que se toman analizando los puntos críticos donde se puede producir alguna contaminación».
María Luisa Carcedo hizo notar que, además de la propia fortaleza del sistema sanitario español, se cuenta con el amparo de la Unión Europea, «que tiene una normativa muy exigente y que la hace ser el ámbito del mundo donde hay mayor seguridad alimentaria. En este caso, en el de los alimentos listos para comer, tiene una legislación muy exigente y rigurosa».
Se presta especial atención a este tipo de productos porque se trata de alimentos que no llevan cocción ni son sometidos a unas temperaturas lo suficientemente altas como para que se facilite la destrucción de una posible contaminación por bacterias. Por eso, la ministra remarcó que «hay que velar por que todos los procesos se cumplan rigurosamente para dar esa seguridad al ciudadano sobre los productos que consume».
Por su lado, el laboratorio municipal de Sevilla concluyó ayer los últimos análisis de muestras en superficie encargados tras el brote de listeriosis y revelaron 18 positivos en cuatro productos y en el carro de horneado de la empresa Magrudis, fabricante de la carne mechada que dio origen al caso. Esos positivos se detectaron trece en carne mechada; dos, en lomo al jerez; otros dos, en lomo al pimentón, y uno, en crema de carne mechada.
En total, se han analizado medio centenar de muestras de distintos puntos de la empresa, de las que solo dio positivo el carro de horneado, mientras que el resto de análisis dieron negativo para listeria monocytogenes.
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