JAVIER BARRIO
GIJÓN.
Lunes, 21 de febrero 2022, 01:12
En un final a tumba abierta, con remonte local por el subidón de 'Puma', la 'Ponfe' abrió en canal al Sporting por su mayor fiabilidad. A la lona se fue la compañía de David Gallego, menos preparada y más imberbe para combatir sobre el filo ... de la navaja, patinando en la trastienda y sin red para amortiguar derrotas. Posiblemente fuera una crueldad el castañazo de Naranjo, que disparó la algarabía forastera, pero el Sporting iba demasiado justo en las áreas para el guión desbocado que planteó. Así se produjo el grito triunfalista de un proyecto sin peloteros de postín, con mucho tajo técnico y sentido común. De lo que no anda sobrado este Sporting, al que la 'Ponfe' ha endosado siete goles y mirado siempre por encima del hombro este año. Ya son doce puntos de margen. Un mundo.
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Sporting
Mariño; Calavera (Bogdan, m. 25), Babin, Valiente, Kravets; Pedro Díaz (Ramírez, m. 45), Rivera, Aitor (Jony, m. 74), Puma (Pablo Pérez, m. 87), Villalba y Djuka.
2
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Ponferradina
Amir; Adot, Amo (Baeza, m. 82), Pascanu, Rios Reina; Medina, Erik Morán (Paul Antón, m 51), Dani Ojeda, Hernández (Naranjo, m. 51), Edu Espiau (Rodríguez, m. 82) y Sergi Enrich (Yuri, m. 62).
Goles: 0-1: m. 17, Rios Reina. 0-2: m. 37, Espiau. 1-2: m. 48, Puma. 2-2: m. 50, Puma. 2-3: m. 84, Naranjo.
Árbitro: Hernández Maeso. Amonestó en el Sporting a Djuka, Villalba, Rivera; y en la Ponferradina a Amo, Erik Morán, Pascanu.
Incidencias: partido disputado en El Molinón ante 16.480 aficionados.
Y eso que hizo lo imposible el grupo de casa. Remontar dos goles en un espídico regreso de la caseta tras la terapia de choque que hubo en el intermedio, de la que no regresó el señalado Pedro Díaz. Pero, tras el descorche de 'Puma' Rodríguez, el 'MVP' de casa y autor de los dos goles, el Sporting fue incapaz de controlarse y serenar la tarde. Y jugaba con una defensa que no admitía defensa. Los tres goles, con Mariño en la fotografía de dos, pero más letra pequeña -Rivera en el primero, la pérdida de Pedro que inició el segundo y la lentitud de Babin en el tercero-, enterraron al equipo. Tan poco competitivo parece el Sporting, incluso cuando ofrece buena impresión, que debe de focalizarse en los 50 puntos. Lo del 'play off', tomando como referencia el trayecto, es un acto de fe.
Continuista en el once, solo ventilado con la entrada de 'Puma' por Jony, Gallego embistió con todo. Y salió cruz por la diferencia de madurez entre un proyecto y otro. Mariño entró a la sobremesa con el pie izquierdo, sí, pero el equipo jugó siempre desarmado atrás. Bolo replicó con un 4-4-2 de manual, bien apretadas las dos líneas traseras cuando el Sporting pilotaba. Solo Enrich y Espiau tenían licencia para acampar arriba. Los locales saludaron mandones frente al calculado acuartelamiento visitante. Djuka perdonó un duelo esgrimista ante Amir. La jugada no alimentó la estadística. Primero, por la falta de tino. Segundo, por un fuera de juego extraño, de moviola si el balón termina recogido en la red. La pelota parecía salir de un despeje traicionero de Espiau.
Eléctrico el Sporting, la 'Ponfe' esperó a que se consumiera la burbuja de un oponente chico como coro. Muy dependiente de genialidades aisladas. Y la primera que tuvo la cuadrilla de Bolo, la embocó, cambiando el hilo de la trama. Un córner cerrado de Ríos Reina pilló al gallego legañoso, con Rivera dejando el primer palo y sin mucha visión por la melé que tenía ante sus ojos. Puso los puños por inercia para rebotar el intento de gol olímpico, pero tenía a un meñique al propio Rivera, que no pudo impedir su autoría en el gol. El panorama se puso feo. La 'Ponfe' salió con el mazo un pestañeo después, derrapando Espiau en otro duelo solitario ante Mariño. Para coronar los diez minutos de 'pupas', Calavera se marchó a la ducha lesionado, alistándose Bogdan. A perro flaco...
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Toda la energía del Sporting, revolucionado más de la cuenta Djuka por su continua gresca con Amo, se estrelló contra el orden castrense de la 'Ponfe'. No había tacha en su patio trasero. El once de Gallego era más tirillas atrás. Cada emboscada forastera, por zona interior o con alguna subida de Ríos Reina, provocaba un nudo en el estómago. Con el 0-1 regresó la retórica entre centrales. Volvió el atasco interior, contra la movilidad de Villalba y la garra de 'Puma' y Aitor. Comenzaron los murmullos de El Molinón, vinagre.
Cómodos a la contra los bercianos, una pérdida de balón de Pedro con Aitor se maleó en un segundo. El incendio prendió, abrasivo. Juan Hernández centró, Enrich remató y Mariño, fallón, no blocó. Espiau hizo el segundo con el cuerpo a tierra y algo de potra después de que el larguero le negara el gol más estético. El bofetón fue de altura, a juego con la ternura defensiva de todo el año. El Sporting se marchó al intermedio alimentado por el fuego individual. De Rivera, Villalba, Djuka, 'Puma'... Pero en grupo, galimatías. Pedro pagó los platos rotos con su sustitución en el descanso. El Sporting, tuneado con la cabellera tintada de Eric Ramírez y el traslado de Villalba al mediocentro, regresó con dos puntas. Y mucha prisa.
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La ofensiva de casa fue más frontal, en estampida, con mucho centro lateral persiguiendo a Ramírez, una pértiga. Por suerte, iba con otra marcha 'Puma', que cambió el partido en tres minutos. El panameño, un volcán, se estrenó en el momento clave. Hizo un par de goles como dos soles que espabilaron al Sporting y aterrorizaron a la 'Ponfe', desgobernando el encuentro. En esa fractura, descosido el Sporting en defensa, incluso después del empate, Rivera sacó el pegamento para que el once no se descoyuntara más de la cuenta. El equipo de Gallego no estaba para ruletas rusas. Ya andaba metido también en el jaleo el veterano Yuri, relevo de Enrich. Amir despejó otro pateo de 'Puma'.
A los veinte minutos finales se llegó con el corazón en la boca, a tumba abierta, con un fútbol primitivo. A esa locura se apuntó Jony, reemplazo de Aitor, y después Pablo Pérez. Mereció cantar bingo el Sporting, pero también la 'Ponfe', con un paradón de Mariño. Tan al límite iba la cosa que un toque de Naranjo, un jugador de clase y rendimiento irregular, decidió el nombre del perdedor en el tiroteo por su rapidez ante Babin. Ondeó la bandera blanca el Sporting, a muchas millas de los candidatos y naufragando con un último remate fallido de Eric Ramírez.
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