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ROSALÍA AGUDÍN
oviedo.
Sábado, 21 de marzo 2020, 01:40
Todo surgió a través de las redes sociales hace una semana y pasado mañana será un día clave: el respirador artificial que han construido gracias a impresoras 3D se probará en paciente del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Los ingenieros Marcos Castillo, ... de Oviedo, y Esther Borao, de Zaragoza, iniciaron el pasado sábado un proyecto para ayudar a todos los afectados por el nuevo coronavirus, Covid-19, y con problemas respiratorios.
Se estima que el 3% de los ingresados en los diferentes centros sanitarios precisarán de sistemas de ventilación mecánicos y que su estado será grave. Ante la falta de recursos y con el elevado número de casos que se han registrado hasta hoy en todo el mundo, estos dos técnicos decidieron aportar su grano de arena.
Crearon una cuenta de Telegram y una página web y cuyo eslogan es: «Un mal respirador o un respirador mal usado puede matar». Por eso, desde hace una semana llevan más de 96 horas de trabajo de forma incansable.
Han investigado, generado documentación e imágenes que ilustren el prototipo. Pero no lo han hecho solos. Pronto se fueron sumando expertos en medicina biotecnología, impresión 3D, diseño industrial, entre otras disciplinas, y en cuatro días, la iniciativa sumó 1.500 personas. Hasta ayer, cerca de 2.000 ciudadanos se han unido al proyecto y entre ellos están los cuatro asturianos del equipo de Castillo, al que ayudan el ingeniero mecánico Juan María Piñera Parrilla, el ingeniero electrónico Carlos Moreno-Luque Suárez y el especialista en tecnología 3D Bartolomé López Medina.
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L. R. LORENZO / E. FANJUL
ROSALÍA AGUDÍN
P. A. MARÍN ESTRADA
El grupo de trabajo, cuyo nombre es Reesistencia Team, no se ha reunido nunca para trabajar de forma conjunta. Todos los estudios los han hecho de forma virtual y están en constante contacto con la Consejería de Salud. El lunes probarán el nuevo dispositivo en un paciente y, si todo sale bien, publicarán todos los datos para que el ingenio se pueda replicar en todo el mundo.
«Cualquier persona con impresoras 3D u otras máquinas de fabricación digital podrá construir un respirador automático con el fin ponerlo a disposición de Sanidad», explican los responsables del grupo, que añaden que a partir de esta iniciativa han surgido otras muchas que trabajan en el mismo sentido. Así, se han empezado a elaborar mascarillas, geles antisépticos o máquinas de apneas. Todo con el objetivo de ayudar, cada uno como puede, ante esta crisis sanitaria.
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