Problemas de adaptación de un niño al colegio: motivos y cómo ayudarle

Hace un par de semanas los escolares asturianos volvieron a las aulas, unos lo hicieron tras las disfrutadas vacaciones y otros, por primera vez. Atrás quedaron los nervios y lloros del primer día y gran parte de ellos ya acuden a la escuela sin ningún problema, sin embargo, a algunos les está costando y están experimentando problemas de adaptación, algo que ya no es tan habitual pasados los primeros días.

Hasta un 8% de los niños españoles en edad escolar sufre una mala adaptación, según datos de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC).

Apatía, tristeza, nerviosismo… Son muchos los síntomas que muestran que un menor puede estar sufriendo el típico 'síndrome postvacacional,' que también afecta a los niños aunque, como asegura la doctora María Jesús Cerecedo, experta en salud mental de la semFYC, «es más común que este trastorno aparezca en menores cuyos padres también sufren estos síntomas».

En un principio, igual que ocurre con los adultos, no hay que darle importancia ya que «no estamos ante una enfermedad», explica la doctora Marisa Valiente, vicesecretaria de la semFYC. Hay que prestarle la atención justa a síntomas como fatiga, falta de apetito, tristeza, molestias estomacales, etc. «Su consulta al médico sólo está justificada si persisten más allá de las dos semanas», apunta.

Sin embargo, en el caso de los alumnos que llegan al colegio por primera vez la perspectiva es muy diferente. «En los niños de infantil hay que tener en cuenta que la ansiedad de separación puede durar todo el primer trimestre e incluso puede suceder que antes de empezar las vacaciones de Navidad ya están adaptados y a la vuelta les vuelva a costar», afirma Sonia Blanco, psicóloga en Programa Despierta Asturias y miembro del Colegio Oficial de Psicólogos de Asturias.

«Nos tendría que preocupar cuando es una constante a lo largo de todo el curso escolar y sobre todo, estar atento a lo que dicen los maestros», añade. Si los profesores dicen que en cuanto entran en clase se les pasa y están contentos, no habría ningún problema, por ejemplo.

En el caso de que el malestar del menor se alargue en el tiempo más de lo habitual para su edad, es importante averiguar cuáles son los motivos y tratar de ayudarles. Algunos de los más comunes pueden ser:

- Angustia por separación: este suele ser el motivo en el caso de los más pequeños. Para ellos sus padres son su principal figura de apego, la que les da seguridad y separarse de ellos puede hacer que sientan miedo o ansiedad.

- Aspectos relativos al entorno escolar: problemas como una mala relación con los profesores o compañeros es común que afecten a la adaptación del menor al colegio. Sin embargo, hay otros como el cambio de ciclo, el de compañeros de clase o, por supuesto, cambiar de colegio.

- Necesidades especiales: cuando hay una reticencia a acudir al colegio y no encontramos ninguno de los motivos anteriores, la psicóloga Sonia Blanco resalta que se debe «sospechar de una posible existencia de algún tipo de necesidad específica de apoyo educativo. Pueden ser trastornos de lectoescritura, algún tipo de conducta disruptiva o incluso, altas capacidades».

- Sus vivencias personales: aspectos como la llegada de un hermano, una mudanza, el divorcio de los padres o la pérdida de un ser querido pueden dificultar también el regreso a las aulas del menor y que se le haga más cuesta arriba.

Si hay alguna sospecha de que al niño le puede estar afectando alguno de estos motivos, lo ideal es hablar con el tutor para ponerle en alerta y que pueda estar más atento al comportamiento y la relación con sus compañeros.

Desde casa es importante estar atento a estas señales y, como asegura la psicóloga, lo más importante es «escuchar y observar». Pero además, dependiendo de la edad del menor, se pueden llevar a cabo algunas opciones para tratar de facilitarles la adaptación.

1

2

3

4

5

• Temas
• Bullying
• Maternidad
• Vuelta al colegio