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La mujer que quiso morir con la bata puesta

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Daniel Castaño

La mujer que quiso morir con la bata puesta

La marquesa de Canero pasó una niñez y adolescencia felices en Gijón. Tenía como referente a la neuróloga italiana Rita Levi, que con 100 años iba todos los días al laboratorio

Marcos Moro

Gijón

Viernes, 8 de noviembre 2019, 01:36

Margarita Salas nació el 30 de noviembre de 1938 en el pequeño pueblo costero valdesano de Canero, a 10 kilómetros de Luarca, en el seno de una familia acomodada. Un pueblo donde tienen su casa-solar los Salas, en el palacio de ... Llamas, y que da nombre al título nobiliario de marquesa que recibió en 2008. Al acabar la guerra, cuando apenas había cumplido un año, se trasladó junto a su familia a Gijón. Su padre, el doctor José Salas Martínez, psiquiatra y neurólogo de prestigio, abrió un sanatorio de enfermedades nerviosas y mentales en el número 161 de la entonces avenida del General Mola (hoy carretera de Villaviciosa) frente a la plaza de toros de El Bibio y las cocheras de la Compañía de Tranvías. En esa casa alquilada a los Nespral se crió Margarita. En el exterior, el centro contaba con un jardín con una cancha de tenis en la que la científica desarrollaría su gran afición hacia este deporte.

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