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El dramatugo Juan Mayorga Sergio Pérez/EFE
El pensador del teatro del mundo
Premio Princesa de Asturias de las Letras

El pensador del teatro del mundo

Juan Mayorga ·

Juan Mayorga, un hombre de talento y talante tranquilos, ha sabido jugar con letras y números, con el mundo de hoy y el ayer, para subir a las tablas todo lo que nos hace humanos

M. F. Antuña

Gijón

Jueves, 27 de octubre 2022

No es de palabra apresurada Juan Mayorga, es de talante y talento tranquilo y pausado. Conoce el valor de cada letra y cada silencio y los gestiona con mimo, en la vida y en las tablas, de viva voz y negro sobre blanco. Las palabras que leía en alto su padre, las palabras que conducían a los números de los que también se enamoró, a los pensamientos en los que encontrar respuestas, o quizá más preguntas, las palabras de Federico García Lorca en 'Doña Rosita la soltera' que le condujeron a ser un teatrero fiel y le convirtieron en quien es: el Princesa de las Letras de este 2022, el sillón M de la Real Academia Española (RAE), el dramaturgo patrio contemporáneo más citado, más presente, más respetado, más admirado y querido.

Las palabras, los números, las reflexiones se alían, se piensan, se escriben, se verbalizan, se cuentan, se cantan y se les pone gesto y mirada, porque eso es el teatro, una verdad gestada en mil gestos, descubierta en ojos sorprendidos e ilusionados, la vida misma pasando sobre las tablas de otra manera, a su manera. Es el pensador de este teatro del mundo que nos ha tocado vivir, es quien sube a escena el hoy desde el arte y sin perder de vista el ayer. «Quiero hablar sobre lo humano, sobre lo que nos vincula, sobre nuestra fragilidad y pequeñez y sobre nuestro derecho a la dignidad y a la libertad, lo cual puede encontrar interlocutores en diferentes lugares», ha dicho quien ejerce también como director y que busca con sus textos despertar el deseo de teatro en el público. Ese es su afán.

Juan Mayorga Ruano llegó al mundo en Madrid en 1960 y la suya no fue nunca una de esas mentes que divide el mundo entre ciencias y letras. Él se formó como matemático y filósofo antes de hacerse teatrero. «Creo, estoy convencido de que todos estamos llamados a ser filósofos. Todos estamos llamados a hacernos una vez más las preguntas eternas; no conformarnos con las respuestas recibidas. Todos estamos llamados a interrogarnos sobre nosotros mismos, sobre nuestra relación con los demás», ha afirmado Mayorga, que entiende el teatro precisamente como lo dicho, como ese lugar en el que plantear todo lo que en este mundo se puede y debe plantear. Sin tapujos, sin miedos. Es la vida misma. O mejor dicho por él mismo: «Creo que el mejor teatro, el teatro que yo amo, es acción es emoción, es poesía, pero también es pensa-miento», sostiene. Y es confrontación. Es someter al público a un careo con la realidad que quizá no ve o no quiere ver, es poner luz sobre nosotros mismos. En esas lleva una vida entera y en esas continúa.

Lleva el apellido de un pueblo de la Tierra de Campos de Valladolid en la que mirar al horizonte es no hallar nunca el final. Quizá de ahí le viene ese gusto por poner el ojo más allá de todo lo palpable, lo visible, que ha practicado en su complejo camino literario. Y un camino vital que le llevó más allá de España, a las universidades de Münster, Berlín y París. Walter Benjamin y su pensamiento fue la razón de su doctorado, pero antes de que eso sucediera había participado en talleres de escritura con Marco Antonio de la Parra y José Sanchis Sinisterra y en cursos de la Royal Court Theatre International Summer School de Londres.

Su formación fue prolongada e impecable. Y fue en 1989 cuando publicó su primera obra dramática, 'Siete hombres buenos', que cosechó un accésit del Premio Marqués de Bradomín del Instituto de la Juventud de España. Ya en 1993 fundó junto a otros autores el grupo de escritura teatral El Astillero antes de ver el primer estreno de uno de sus textos. Más tarde, en 2011, crearía su propia compañía, la Casa de la Loca.

Tiene también su vertiente docente Mayorga. Profesor de Dramaturgia y Filosofía en la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid, profesor de Matemáticas en universidades y centros de Secundaria, en su haber está haber dirigido el seminario 'Memoria y pensamiento en el teatro contemporáneo' en el Instituto de Filosofía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). En la actualidad es quien dirige el Teatro de La Abadía y el Corral de Comedias de Alcalá de Henares, y es asimismo el director de la cátedra de Artes Escénicas y del Máster de Creación Teatral de la Universidad Carlos III de Madrid.

Con todo lo dicho, y por todo lo escrito, en su haber una extensa nómina de premios. A saber: Nacional de Teatro (2007), Nacional de Literatura Dramática (2013), Valle-Inclán (2009), Ceres (2013), La Barraca (2013), Premio Max al mejor autor (2006, 2008 y 2009) y a la mejor adaptación (2008 y 2013) y Premio Europa de Nuevas Realidades Teatrales (2016).

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