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Dos agentes de la Policía Nacional llevan al detenido hasta el coche camuflado para ser trasladado a dependencias judiciales. J. S. P.
Crimen en Oviedo

El asesino de Tatiana Coinac la violó, mató y limpió el cadáver en menos de una hora

Amordazó a la víctima con una funda de almohada anudada fuertemente sobre su cara y le practicó la maniobra del 'mataleón'

Viernes, 2 de junio 2023, 00:56

El exmilitar de 35 años acusado de asesinar y violar presuntamente a Tatiana Coinac, la escort moldava de 44 años hallada muerta en la bañera de su apartamento de la calle Ámsterdam, en Los Prados, llegó el 9 de marzo a las 18 horas al piso de la víctima y salió a las 18.57. En menos de una hora, supuestamente, violó, asesinó y lavó el cadáver de Tatiana.

El auto del Juzgado de Instrucción Número 3, al que ha tenido acceso este diario, recoge que el cuerpo sin vida de la moldava presentaba «múltiples signos de violencia» y lesiones compatibles con una situación de absoluta indefensión. Fue amordazada con una funda de almohada «anudada fuertemente sobre su cara» e inmovilizada con otra. Ambas tenían restos de sangre de la mujer y de ADN del investigado. La autopsia reveló, además, que la víctima sufrió «múltiples desgarros». Tatiana Coinac fue agredida sexualmente con penetración.

Su presunto verdugo que confesó ante la Policía y se mantuvo en silencio ante la jueza, admitió a los agentes que «practicó la maniobra militar de 'mataleón' hasta que la víctima murió». Después, trasladó su cuerpo sin vida hasta la bañera y lo lavó antes de marcharse del piso. Tatiana fue encontrada tres días después.

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Así recoge el brutal crimen el auto de la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Oviedo en el que se decreta prisión provisional comunicada y sin fianza para A. F. D., el presunto autor. Desde el miércoles al mediodía, este vecino de Pola de Lena, casado y con un niño pequeño, permanece en la cárcel de Asturias acusado de los delitos de los delitos de agresión sexual con penetración y homicidio. Los especialistas de Homicidios y Tratamiento de la Escena del Crimen de la Comisaría General de Madrid recabaron numerosas pruebas durante los dos meses y medio de investigación.

El presunto autor de los hechos contactó con la víctima a través de una página de contactos. Ella le dio cita y, después, se intercambiaron varios mensajes. «De primeras, Tatiana no decía la dirección y lo hacía todo con mucha discreción. Pedía a sus clientes que no picasen al micro del portal y cuando el cliente estaba cerca, tenía que llamarla», señalan fuentes conocedoras del caso.

Así sucedió con su presunto verdugo. Conduciendo un coche, el investigado entró en la capital asturiana a las 16.58 horas, según la información ofrecida por los lectores de matrículas de la Dirección General de Tráfico. Casi una hora después, a las 17.54 horas, se puso en contacto con la víctima, algo que repitió a las 17.55 y a las 17.56 horas. Después, el móvil de ella ya no volvió a tener actividad. Unas cámaras le sitúan llegando a la casa de Tatiana a las 18 horas y abandonándola a las 18.57. A las 19.05 se marchó de la capital.

Tatiana, según las mismas fuentes, era una persona «muy organizada» y tenía en una libreta apuntados los datos de sus clientes. «El número de teléfono del afectado estaba anotado y sin tachar», recoge. Algo que no ocurría con el resto de identidades de otros clientes.

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Dentro del inmueble, el exmilitar, presuntamente, la agredió de forma brutal hasta acabar con su vida. El informe de la autopsia concluye la etiología homicida de la muerte por «sección medular». El cadáver presentaba «numerosos signos de violencia tales como hematomas varios en el puente nasal, frontal, en la oreja izquierda y labio inferior». También «erosión submentoniana, lesiones en la cadera izquierda y brazo derecho».

Aparte del ADN del investigado hallado en las fundas de almohada, también había presencia del mismo «en la peluca» utilizada por la víctima que los agentes encontraron «tirada en el suelo» «con pestañas postizas enganchadas». También hallaron una «toallita con restos de sangre» y en la papelera, «las prendas cortadas que Tatiana vestía para el ejercicio de su profesión al igual que la mordaza». Supuestamente, el criminal usó «unas tijeras» que había en la cocina para rasgarlas.

El desorden de la habitación apuntaba a la «lucha y forcejeo» que Tatiana habría mantenido con su homicida. La cama se encontraba movida, el perchero tipo árbol estaba «desenroscado de su base» y fue depositado «sobre una camilla de trabajo» que utilizaba la víctima.

Tres días

La voz de alerta la dio la madre de la víctima. Desde Benicarló contactó con la Policía al no ser capaz de localizar a su hija. Los agentes se desplazaron hasta la calle Ámsterdam y descubrieron la dantesca escena. Tatiana yacía en la citada bañera y, a pesar de que el autor se esforzó para eliminar restos biológicos, no lo consiguió. Los investigadores encontraron huellas dactilares y restos biológicos en la vivienda que han servido para identificar al exmilitar investigado.

El lunes, a primera hora de la mañana, fue detenido en Pola de Lena. Lo trasladaron al cuartel de Buenavista donde fue sometido a un único interrogatorio y participó en la reconstrucción del crimen en el piso de la víctima, durante el que según las fuentes consultadas se mostró participativo.

No obstante, ante la jueza de Instrucción número 3 de Oviedo se acogió a su derecho de no declarar. La madre de la víctima, que permanece fuera de Asturias, está sumida en el más inmenso dolor.

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