La defensa pide que se aplique al exmilitar el protocolo antisuicidio

Una calificación que puede variar durante la instrucción del proceso. Fue detenido a primera hora de la mañana del lunes, dos meses y medio después del crimen, en los alrededores de su casa de Pola de Lena.

Fuentes conocedoras del caso afirman que el arresto «no le pilló por sorpresa». En el interrogatorio al que fue sometido por parte de la Policía Nacional admitió haber sido el autor de los hechos después de una discusión con la víctima, dijo, por dinero. Y participó en la reconstrucción de los hechos que se practicó el lunes al mediodía en el piso de la calle Ámsterdam.

Se da la casualidad que el mismo día de la detención llevaba puestas las mismas deportivas negras que supuestamente llevaba el día del asesinato. Tuvo que entregarlas a los agentes y le trajeron otras, según explicó ayer su abogado defensor. De la vivienda del exmilitar también recogieron una prenda considerada vital para la investigación.

La familia de la víctima, que se presenta en el caso como acusación particular, ha confiado su representación en el letrado José Manuel Fernández González.

A. F. D. permaneció dos noches en los calabozos del cuartel de Buenavista antes de ser trasladado al Palacio de Justicia. A pesar de haber confesado ante los policías ser el autor de los hechos, ante la jueza de Instrucción 3 de Oviedo se acogió a su derecho a no declarar pero la evidencia de las pruebas llevó a la Fiscalía a solicitar su ingreso en prisión de forma provisional. El Ministerio Fiscal advirtió, además, de la existencia de «un elevadísimo riesgo de fuga que se infiere de la gravedad de las penas a imponer» y «el riesgo de reiteración delictiva».

El exmilitar ya fue condenado por abusar de una compañera cuando estaba destinado en el Ejército en Jaca.