El Oviedo rinde homenaje a Pelayo en su Tartiere

Desde que Pelayo partiera, su ciudad pasó de la nieve del miércoles a primera hora al frío con el que los abrazos se sucedieron en el Tanatorio. Ayer fue el sol el que quiso hacer acto de presencia para darle un último adiós y combatir el viento gélido que dejaba aún más helados a quienes ya le echan de menos. A todos, en realidad.

El Tartiere -ese escenario en el que se hizo un héroe del barro- abría sus puertas para rendirle tributo y primera plantilla, filial, femenino y Genuine se reunían sobre el césped junto al resto de trabajadores para mostrar sus condolencias y rendir homenaje al '6' azul.

Su sitio, el asiento 30 del anillo azul de la grada este, captaba las miradas de todos e iba a ser el lugar en el que el club depositase su pequeño guiño al ovetense. Fueron tres de los miembros del club que más han sentido su pérdida los encargados de llevar hasta él un ramo de flores azules y blancas, una camiseta con su nombre y dorsal, y el brazalete con el que el oviedista capitaneó la Fundación en estos últimos meses. Tomeu Nadal, actual portero azul y ex compañero de Pelayo en el Albacete, fue el encargado de llevar el ramo. El manacorí ha sido sin buscarlo el auténtico representante del club en estos momentos tan duros, y ha estado a título personal al lado de la familia desde que se supiera la partida de Pelayo, tanto en el tanatorio como ayer en el funeral. Junto a él, Anina, prima del ex jugador azul y futbolista del femenino carbayón. Ella fue la encargada de colocar con cuidado y cariño la elástica con el nombre del ídolo oviedista. Emocionado, tras dedicar unas palabras a su admirado Pelayo, siguió sus pasos Fer, uno de los capitanes del Genuine. Estrechamente ligado a Novo, él fue quien depositó el brazalete del que fuera su capitán y el de todos los miembros de una Fundación que siempre llevará el nombre de Pelayo por bandera.

El club puso en el videomarcador imágenes del que fuera jugador azul en Segunda B y la nostalgia inundó un Tartiere que, en silencio, lloraba la partida de uno de los suyos. Los abrazos con Álvaro Cuello, Aitor Sanz, Manu Busto, Nano, Xavi Moré o su íntimo amigo Jandrín se sucedían como sus goles en una pantalla que luchaba sin demasiado esfuerzo por traerlo al Tartiere. Sin demasiado esfuerzo porque, en realidad nunca se irá de la que es su casa.

Al acto no acudieron ni el máximo accionista Jesús Martínez ni el presidente Martín Peláez, con problemas de agenda, y fue una vez más el director de la Fundación César Martín quien ejerció de portavoz. «Te vamos a echar mucho de menos, te queríamos mucho y por eso estamos todos aquí», relató el también ex futbolista tras subir a la grada acompañado de Santiago Heras, capellán ligado a la entidad.

Más emotivo aún fue escuchar a Fer, sincero y natural como siempre. El delantero del Genuine recordó los momentos compartidos con su capitán y un consejo que llevará siempre consigo. «La cabeza siempre alta, Fer», le decía Pelayo. Y así será, por ti, capitán.

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