Sonaron las gaitas de la banda de Villaviciosa para despedir a Javier Solares, fallecido el pasado domingo tras recibir un golpe y desnucarse en la localidad cántabra de Potes. Una multitudinaria que hizo aún más amargo el dolor de la familia. El sentir de los allí presentes era claro: «Nos lo han arrebatado».
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G. MAESE / D. CARRERA
Un «vecino entrañable», un buen amigo y un amante de la cultura asturiana. Pronto, allá donde residió, se ganó el cariño de quien le rodeaba.
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Su familia, a la salida, dio las más expresivas gracias por las muestras de cariño «en estos días tan amargos».
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