El hombre asesinado en Mieres había pedido la custodia compartida de su hijo de 17 meses

En ese sentido, indicaron, la víctima, de 41 años, había pedido la custodia compartida del hijo de la pareja, de 17 meses. Es más, tras la separación se había ido a vivir con una hermana a Oviedo -donde trabajaba en un concesionario-, pero por recomendación de su abogado había regresado a Mieres, pensando en la custodia compartida. Este fin de semana iba a ser el primero en el que hubiera podido estar con su hijo desde la separación, que se había materializado hacía poco tiempo. Fuentes cercanas a la familia aseguran que la familia materna no le dejaba ver al pequeño.

Luis Salazar era enterrado ayer en Benavente (Zamora), localidad de la que era natural, ante cientos de amigos y familiares y el sábado por la tarde el Club Deportivo Benavente, con el que jugó en tercera división, le rendirá un homenaje.

Su suegro, el único detenido por su muerte, fue trasladado a los juzgados de Mieres a las dos menos diez de la tarde para prestar declaración. En algo menos de dos horas, la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1, en funciones de guardia, dictaba de acuerdo con el Ministerio Fiscal y sin oposición de la defensa «orden de prisión provisional, comunicada y sin fianza para el hombre que fue puesto a disposición judicial en relación con la muerte violenta de su yerno».

La Fiscalía solicitó el internamiento en la cárcel ateniéndose a un posible «riesgo de sustracción a la acción de la justicia (huida) y para evitar que pueda ocultar pruebas o perjudicar la instrucción». De hecho, el arma con el que presuntamente cometió el crimen, se cree que un cuchillo de caza, aún no ha aparecido.

La jueza le ha atribuido una calificación provisional de delito de homicidio o asesinato. Él confesó en la comisaría de Policía Nacional, donde llegó por sus propios medios y con las manos ensangrentadas tras cometer el crimen, que había acabado con la vida de su yerno. No dio ninguna pista sobre el paradero del cuchillo que habría utilizado para matar a Salazar. La instrucción del caso la continuará a partir de ahora el Juzgado número 3 de Mieres.

En la jornada de ayer se intensificó en el río San Juan la búsqueda del arma con la que se perpetró el crimen. Es un río cercano al domicilio donde se produjo la muerte de Luis Salazar, en la céntrica calle Numa Guilhou. Al estar crecidos tanto el San Juan como el Caudal, donde éste desemboca, las labores de búsqueda se complican. Otra de las cuestiones que quedan por clarificar es cómo pudo el autor confeso terminar con la vida de su yerno. Las diferencias físicas entre ambos arrojan dudas en la investigación. Salazar era un hombre joven, alto y fuerte, mientras que el detenido, camionero jubilado, es de estatura media y complexión débil.

La brutalidad de las heridas -la víctima presentaba una puñalada en el bajo vientre, una mano seccionada casi por completo y dos profundos cortes en la garganta que casi le seccionaron la cabeza- hacen pensar a los investigadores que la agresión pudo producirse de forma sorpresiva, dejando a Salazar sin tiempo a reaccionar. De hecho, todo apunta a que fue un ataque premeditado. El crimen tuvo lugar en torno a las siete y veinte de la mañana, cuando la víctima se preparaba para ir a su trabajo, en un concesionario de coches en Oviedo.