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Marco Menéndez
GIJÓN.
Martes, 17 de octubre 2017, 03:55
La de ayer fue una jornada atípica en Asturias. La densa humareda provocada por los numerosos incendios que se registraron en el suroccidente de la región, unido a unos vientos de componente sur, hicieron que todo el Principado presentara un cielo inusualmente oscuro –a veces anaranjado– y con un fuerte olor a humo en el ambiente. Tal era la situación que incluso desde el aeropuerto de Asturias se avisó a los pilotos de los aviones que aterrizaban o despegaban de la terminal de Santiago del Monte de la presencia de humo y cenizas en suspensión debido a los incendios forestales a una altura entre 1.200 y 2.400 metros. El problema era que la nube estaba justo encima de la zona de operaciones del aeródromo.
La concentración de humo y ceniza obligó, incluso, a cancelar algunas actividades previstas al aire libre, como un encuentro del grupo argentino les Luthiers con varios escolares de Noreña dentro de los actos de la programación de la Fundación Princesa de Asturias.
Llegó a haber 35 incendios activos en Asturias, pero a última hora de ayer 425 efectivos luchaban contra 27 focos ubicados en Allande (5), Belmonte de Miranda (2), Cangas del Narcea (7), Castropol (2), Colunga, Degaña, Ibias, Lena, Quirós, Salas, Teverga (3) y Tineo (2). También hubo un pequeño incendio forestal en La Llonguera, en Santa María del Mar (Castrillón). El dispositivo de extinción se concentró fundamentalmente en los fuegos de Fondos de Vega (Degaña), Seroiro (Ibias) y Corondeño (Allande), los dos primeros ya con más de 500 hectáreas calcinadas cada uno y es donde se ha activado el nivel dos del Plan de Lucha contra Incendios, pues pueden poner en riesgo los bienes y la vida de las personas.
A lo largo de la tarde pudieron regresar a sus casas los 53 vecinos que habían sido desalojados de las localidades de Larón, La Viliella y Gillón, en Cangas del Narcea, pueblos que se llegaron a ver rodeados por las llamas. También se pudo reabrir al tránsito la carretera AS-15, por lo que solo permanece cortado el tráfico en la AS-29, entre Seroiro y Dou, en el concejo de Ibias.
Para tratar de extinguir los incendios, en Asturias hay desplegados ocho medios aéreos (aunque ayer solo pudo intervenir un helicóptero debido a la escasa visibilidad), al tiempo que la Unidad Militar de Emergencias ha desplazado a 194 efectivos y 21 vehículos como apoyo al personal del Principado en el incendio de Ibias.
El denso humo hizo necesario suspender las clases en 23 centros educativos de Degaña, Ibias, Cangas del Narcea, Tineo y Pola de Allande, en los que están matriculados 2.429 alumnos. Está previsto que hoy regresen a las clases con normalidad.
El presidente del Principado, Javier Fernández, que ayer recibió una llamada de apoyo y solidaridad del Rey Felipe VI, resaltó que «se actuó con rapidez y la coordinación entre administraciones ha funcionado francamente bien». Tras mostrar su confianza en que las lluvias previstas para hoy mejoren la situación, durante su visita al puesto de mando avanzado en el Pozo de las Mujeres Muertas, indicó que «afortunadamente no hay víctimas», solo una persona con quemaduras leves en las manos, si bien el fuego «afectó a cuatro casas, en principio, deshabitadas». Más duros fueron otros integrantes del Ejecutivo regional. El consejero de Infraestructuras, Fernando Lastra, dijo que «no tengáis ninguna duda, ha sido creado por desalmados», en referencia al origen de los fuegos, al tiempo que el consejero de Presidencia, Guillermo Martínez, explicó que esta oleada de incendios «no puede achacarse a causas naturales». Es por ello por lo que el Principado aseguró que «estos sucesos exigen una intensa labor de investigación que aclare las causas de los fuegos y permita, en caso de que se compruebe que fueron intencionados, la identificación y el castigo de los posibles culpables con toda la dureza legal que corresponda».
Las llamas alcanzaron espacios protegidos de la Red Natura 2000. Según Nicolás López, delegado en Asturias de SEO/BirdLife, se trata de las zonas de Somiedo y de Muniellos. Y es que crece la conciencia de la importancia de evitar este tipo de siniestros. El secretario del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales, Raúl de la Calle, aseguró que lo sucedido «no es nuevo» y apunta a «una clara intencionalidad». Concluye que «esto está pasando de ser un problema de protección civil a un problema de seguridad nacional como el terrorismo».
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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