Salud refuerza la vigilancia ante la subida de contagios e insiste en el uso de la mascarilla

Se trata de tener todo tipo de datos, si hay implicaciones o interacciones con otras patologías respiratorias y de relación interpersonal. Todas las muestras irán al laboratorio del HUCA para caracterizar todos los virus respiratorios y «analizar genómicamente a todos y cada uno, no estadísticamente, como hasta ahora», de forma que se «detectará cualquier nueva variante o nuevo virus» que pueda aparecer.

Salud se reunirá mañana con todos los médicos de la red de centinelas para explicarles los pormenores del sistema, y confía en que «participarán entusiasmados» en su aplicación. Lo han explicado en una rueda de prensa la directora general de Salud Pública, Lidia Clara Rodríguez; el jefe de Vigilancia Epidemiológica, Mario Margolles y el jefe de Alertas y Emergencias, Miguel Prieto.

También se varía el criterio para la realización de pruebas diagnósticas o PCRs, que «hasta ahora se efectuaban a casos graves o a leves con factores» preocupantes, como personas inmunodeprimidas o convivientes con inmunodeprimidas. Según explicó Mario Margolles, a partir de ahora se volverá a ampliar la realización de PCRs «fuera de esos criterios, siempre según el juicio clínico de un profesional sanitario». Se trata, en palabras de Prieto, de «tener un diagnóstico precoz y no perder ni un solo caso»

Otra medida es el refuerzo de los cribados en los centros hospitalarios y sanitarios, si bien será decisión de cada uno de esos centros «si debe hacerlo para reducir el riesgo de contagio y prevenir brotes».

Así las cosas, Salud insta, en palabras de Lidia Clara Rodríguez, a aplicar «la responsabilidad compartida entre las autoridades y los ciudadanos», un mensaje con el que abrió la comparecencia y que volvió a emplear, ampliado, para cerrarla, recordando que «la pandemia no ha finalizado», y que «estamos en una fase de transición». Me gustaría evitar términos como «nos olvidamos de la mascarilla', frente a lo que abogó por »un uso responsable«. Es más, expresó Lidia Clara Rodríguez su deseo de que »ojalá mantengamos en el futuro, sin pandemia, el hábito de usar la mascarilla cuando tengamos síntomas de infección respiratoria aguda. Esto debería ser una lección aprendida para la sociedad. Creemos que una sociedad responsable y madura, como la nuestra, se gestiona mejor con recomendaciones que con imposiciones«.

Por ello, según indicó Miguel Prieto, no se obligará a ampliar el uso de la mascarilla, si bien «consideramos necesario y totalmente recomendable el uso de la mascarilla en interiores», más allá de la obligación de emplearla, según consta en el último real decreto, en los centros de salud, farmacias y hospitales y en los transportes públicos.

Prieto recordó que los casos más graves se siguen dando entre personas de mayor edad, y que «uno de cada tres asturianos tiene más de 60 años», por lo que instó a todos a mantener un «comportamiento educado y cívico» en el empleo de las medidas higiénicas que se han consolidado durante la pandemia.

Quedaba por saber si se volverían a aplicar cuarentenas obligatorias. No será así, por el momento. Prieto sí que instó a «cualquier persona con síntomas o conviviente con ella» a «restringir la interacción social y ser exquisito en el respeto a las medidas de protección» y, a las empresas, a «favorecer el teletrabajo o la reducción de la interacción social» de los trabajadores, independientemente de que el médico pueda «determinar una baja laboral que será por cuestiones clínicas», además de insistir en la relevancia de garantizar «una buena ventilación en los lugares cerrados». Eso sí, recordó que sigue sin recomendarse «el uso de la mascarilla entre el alumnado, porque la clase es un espacio de aprendizaje y relación entre iguales».

Respecto a las vacunaciones, Rodríguez ha «invitado a vacunarse, especialmente a los menores de 40 años, menos protegidos y que pueden contagiar a otras personas», y ha recordado que «tenemos, para las personas alérgicas o que no quieran usar vacunas de ARN mensajero, una alternativa, la Novavax.

Se ha propuesto, por otra parte, «adelantar la aplicación de la cuarta dosis» a las personas mayores de 80 años y residentes en centros de la tercera edad«. En ese sentido, Margolles anotó que »el efecto de las vacunas ha ayudado mucho para evitar fallecimientos e ingresos en unidades de críticos. Hasta un 90% menos de muertes y de ingresos en la UCI, aunque no es tan efectiva para evitar el ingreso« en hospitalización general.

Todo ello responde a un «empeoramiento» de la situación detectado por el Sistema de Vigilancia Reforzada, en particular, según indicó Margolles, «en un 40% más en la incidencia comunitaria» y «un empeoramiento considerable, de más de un 150%, en las tasas de hospitalización global, aunque con un aligeramiento en el caso de los críticos». Es decir, suben los contagios, pero son menos graves y con menor letalidad. «No se ven las grandes neumonías del principio de la pandemia, pero sí problemas de saturación de oxígeno que implican dificultades para respirar suficientemente graves como para necesitar un ingreso hospitalario».

De hecho, «el problema está en la hospitalización general», con muchos casos de «pluripatologías» y con una alta prevalencia de personas mayores de 60 años (un 86% de los casos) y «especialmente de mujeres mayores», pese a que los mayores de 60 solo suponen un 57% de los contagios