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El científico toledano César Nombela, uno de los mayores expertos en el campo de la Microbiología, lamentó ayer en el fallecimiento de la científica asturiana. Amigo personal de la investigadora asturiana, empezó, como ella, su carrera a las órdenes del Nobel asturiano ... Severo Ochoa. La describió Nombela como «una científica vocacional que ha apurado sus días trabajando hasta el final». Y va más allá. En su opinión, «se puede decir que es la científica más importante de la historia de España, no solo por lo que hizo aquí, sino también por su proyección internacional».
Explicó que, con Severo Ochoa, en aquellos años, «se aprendía el valor de la investigación biológica y la ética de la investigación». Y resumió que aunque ella empezó en su laboratorio en Estados Unidos, donde «vivió la primera transición de la biología pura a la biología molecular y colaboró en algunos de sus descubrimientos», destacó sobremanera cuando se estableció en España, «donde descubrió muchos mecanismos del funcionamiento del DNA y muchas aplicaciones, hasta el punto de que sus patentes la han situado como inventora distinguida«. En lo humano, describió, »era sencilla, humilde, amante de su trabajo, dedicada a sus discípulos, que son varias generaciones, y todos ellos recuerdan el impacto que ha tenido en su vida«.
Explicó Nombela en declaraciones a la Cadena Ser que sería «imposible nombrarlos a todos, y muchos de ellos han alcanzado posiciones muy relevantes». Y lo hizo todo, resumió, con un estilo y actitud cercana a la gente que a veces podía parecer timidez, pero siempre firme en su convicción en que la ciencia es algo esencial para un país, una idea que es necesario promover«, concluyó.
Nombela presidió el Consejo Superior de Investigaciones Científicas entre 1996 y el año 2000 y desde 2013 es rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Además es el director del Centro de Secuenciación Automatizada de DNA de la Universidad Complutense de Madrid, en cuya creación fue piedra angular. Por nombramiento testamentario del Nobel asturiano, es presidente de la Fundación Carmen y Severo Ochoa.
Algunos de los científicos españoles más significativos de diversas ramas de la ciencia han lamentado la muerte de la bioquímica Margarita Salas, destacando todos ellos que se trata de una «referente» en el mundo de la ciencia en general y, en España en particular, tanto para hombres como mujeres.
El catedrático de Historia de la Ciencia y miembro del Departamento de Física Teórica de la UAM, José Manuel Sánchez Ron, ha destacado a que Margarita Salas fue «un ejemplo para muchas mujeres, que vieron en ella su Marie Curie española», pues demostró «que ser mujer no era, no es, un obstáculo para ser científica». Además, el investigador comenta que a Margarita Salas le hubiera gustado ser premiada con el Princesa de Asturias.
También Alicia Sintes, la Doctora en Física por la UIB y una de las científicas de LIGO (colaboración internacional que detectó por primera vez ondas gravitacionales y le valió el Premio Nobel a los principales científicos del descubrimiento) ha subrayado que Salas fue un «referente en la ciencia española». «Fue una gran pionera, rompió con estereotipos, fue una investigadora de gran valor, una trabajadora incansable», dice Sintes, que también destaca que es un «ejemplo» y «modelo» para las científicas jóvenes y «para todos».
Por su parte, el conocido paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga comenta que Salas fue «la primera científica internacional». Tal y como señala, pertenece a la «generación del despegue de la ciencia española» tras la Guerra Civil y sus inventos fueron «muy relevantes». Arsuaga, que ha coincidido con la científica en varias ocasiones, destaca de ella su «gran personalidad», su «cariño», y que fuese una mujer con «mucha inteligencia», así como una «persona muy normal», además de ser una «referencia». «El lugar que ocupa en la Historia nadie lo puede ocupar, pero las futuras generaciones llegarán muy lejos», ha dicho.
«Se ha ido una de las científicas más importantes de las últimas décadas», ha apuntado por su parte la divulgadora y Doctora en Matemáticas por la US, Clara Grima. «Me parece una noticia muy triste; Margarita parecía eterna, pero no», ha lamentado, pues considera que Salas es «la referente perfecta para niñas y adolescentes», tanto por sus inventos («revolucionó las pruebas de ADN»), como por sus patentes (que han generado «muchísimo dinero en la ciencia en España») y su forma de ser y trabajar. Además, ha destacado de la bioquímica su defensa por la investigación básica.
El paleobiólogo del MNCN-CSIC Antonio Rosas también cree que la muerte de Salas es una noticia «triste». «Margarita Salas ha sido una gran figura que ha demostrado una gran honestidad y humildad. Una gran mujer en la ciencia», ha destacado. Según Rosas, Salas fue «un ejemplo, una isla, un oasis en un desierto» y un referente colectivo que supone una «gran pérdida». Para el científico, «el reconocimiento unánime a su impacto colectivo es envidiable y referente». Además, cree que Salas llegó al nivel de reconocimiento al que podría haber llegado si hubiera sido hombre y considera que afortunadamente su perfil y aportaciones científicas no han quedado por detrás de ninguna figura masculina.
El bioquímico Jesús Ávila, primer becario de Margarita Salas a su llegada al Centro de Biología Molecular 'Severo Ochoa', en 1969, también ha querido despedirse de su maestra. «Ha hecho una labor maravillosa, no solo a nivel nacional, sino a nivel internacional; está muy, muy, muy reconocida», ha recordado en declaraciones a Europa Press Ávila, quien hizo su tesis doctoral con ella, con quien ha tenido desde entonces una «buena relación científica y humana».
Ávila, que actualmente es director científico de Ciberned, ha alabado su labor y su contribución, más allá de que fuese hombre o mujer. «Estaba muy por encima de muchísimos científicos; estaba a nivel internacional en el 'top', en lo más alto de la ciencia», ha señalado, para afirmar rotundamente que Margarita Salas es la Marie Curie española y, a su juicio, «la mejor científica del siglo XX».
También ha destacado su forma de trabajar: «Formaba muy bien a su gente porque les enseñaba cómo hacer las cosas, de un modo riguroso, a que los experimentos que uno hacía fuesen creíbles para todo el mundo y fuesen exactos». «Ese tipo de rigurosidad y su modo de trabajar perfeccionista ha sido muy importante y ha creado una escuela en las cuales eso es imprescindible, que es hacer las cosas bien», concluye.
El responsable de la Unidad de Genómica del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), Ángel Zaballos, considerado uno de los 'discípulos' de Margarita Salas, ha lamentado la muerte de la bioquímica asturiana este jueves a los 80 años de edad como consecuencia de una parada cardiaca. Zaballos perteneció a su equipo más directo entre los años 1983 y 1990, período en el que Salas dirigió su tesis doctoral, que obtuvo en 1989 la calificación de 'cum laude' en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Precisamente este trabajo abordó la caracterización de dominios funcionales en la proteína terminal del bacteriófago phi29, un virus que centró gran parte de las investigaciones de la relevante científica española.
Después de 1990, sin embargo, Ángel Zaballos nunca perdió el contacto con Salas, al igual que otros muchos de sus pupilos. «Sus colaboradores somos como una familia. Margarita siempre nos ha tenido en permanente contacto. Cada cierto tiempo nos reuníamos todos, y hacíamos encuentros en parte científicos y en parte amistosos», explica. Al igual que se califica a Margarita Salas como 'discípula' del premio Nobel Severo Ochoa, Zaballos se considera alumno de la científica española. «Todos vamos reconociendo a nuestros mentores. Somos en parte hijos de Severo Ochoa, pero más directamente nos reconocemos como 'discípulos' de Margarita. Somos de su escuela», detalla.
Tal era la relación con sus colaboradores más estrechos que, de hecho, en 2017 la prestigiosa revista científica 'Nature' premió a Salas con un 'Nature Award for Mentoring in Science' por su tutoría ejemplar de otros científicos. La publicación lleva organizando estos premios anuales desde 2005 en varios países y regiones para defender la importancia de la tutoría e inspirar a toda una generación de jóvenes científicos en el país donde celebra cada edición.
El científico del ISCIII califica a Salas como «una persona muy rigurosa». «Siempre ha tenido ese contacto profesional con todo el mundo. Tenemos muchas anécdotas de cosas muy científicas, que son difíciles de apreciar, pero era una persona extremadamente sencilla. No se creía por encima de nadie», asegura.
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