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Los dos expertos expusieron sus puntos de vista sobre el futuro de la información en internet. Damián Arienza
30 años de EL COMERCIO en internet

María Sánchez, editora de 'The New York Times': «El periodismo de cercanía es un grandísimo periodismo»

La experta conversó con el director general editorial de Vocento, Fernando Belzunce, sobre los retos a los que se enfrenta la profesión

Inés Barea

Gijón

Viernes, 21 de marzo 2025, 10:18

Era una jornada clave para dialogar sobre los retos del mundo digital, que son ya los retos del presente, la que se celebraba ayer en Laboral Centro de Arte. En un contexto cada vez más complejo, que exige una rapidísima capacidad de adaptación al cambio, la editora y digital storytelling de 'The New York Times' María Sánchez Díez y el director general editorial de Vocento, Fernando Belzunce, mantuvieron el coloquio '30 años de periodismo digital: El reto que no acaba' acerca de los desafíos, preocupaciones y posibilidades del periodismo en la actualidad. «En los 2000 todavía vivíamos en la etapa de internet como elemento de conexión», una etapa «muy utópica» en la que la red se presentaba como un «elemento democratizador de conexión entre personas», comenzaba contextualizando la periodista madrileña. «Después de eso, estalló todo, con las plataformas y las redes sociales, y ha terminado con una veta un poquito más oscura y más complicada para los periodistas», señalaba, porque en el mar de información que son ahora las redes, los periodistas han «perdido el oligopolio de la distribución de información». Al margen de los aspectos positivos que derivan de que cualquier persona pueda tener un altavoz en internet, la preocupación es clara en un tablero muy complejo en el que además, recientemente, ha entrado a jugar la inteligencia artificial.

«La globalización de las plataformas ha unificado también los problemas», señalaba Fernando Belzunce. Ahora, no importa desde dónde o qué ámbito se trabaje: los periodistas de todo el mundo comparten las mismas preocupaciones: «Plataformas, algoritmos, modelos de negocio, desinformación y capacidad de adaptarse al cambio constante».

Sin embargo, y ante un panorama que se presenta complejo y al que se suma el peligro de los desiertos informativos, ambos expertos pusieron en valor el periodismo local. En un momento en el que la proliferación de voces puede hacer que la información llegue de manera confusa e ineficaz, este periodismo «tiene muy claro a quién sirve, qué cubre y para quién. Tiene una misión y compromiso con la sociedad clarísima», manifestó Sánchez Díez. El inconveniente de tener un marco geográfico limitado se compensa con una plena vocación de servicio, continuaba explicando, y ponía como ejemplo «cómo se identifica EL COMERCIO con una sociedad», la asturiana. «Es una fortaleza enorme. El periodismo de cercanía es un grandísimo periodismo», zanjó.

El modelo de negocio también fue una de las cuestiones que ambos profesionales quisieron poner sobre la mesa, pues la transformación, señalaban, ha sucedido muy deprisa. «Cuando se empezaron a profesionalizar las ediciones digitales, el modelo de negocio era la publicidad. Pero la evolución ha llevado a un modelo que está basado en datos», explicaba Belzunce.

Ambos coincidían en que una de las claves para afrontar este panorama informativo será destacar el trabajo de los periodistas: «Tenemos que poner en valor a las personas, los procesos, los valores, los códigos deontológicos. La prensa es un estamento muy criticado, pero la obtención de la información original no la hace nadie más», argumentaba Sánchez Díez.

«A ti, ¿qué te quita el sueño?», preguntaba después a su compañero, que reconocía que «hay un tema que no vamos a ser capaces de resolver: la desinformación». «Ha llegado para quedarse. No es un fenómeno vinculado a un movimiento de internet». Y continuaba: «Es preocupante porque pone en riesgo las democracias».

La regulación de la IA

La editora de 'The New York Times', además, reconocía que le inquieta especialmente la llegada de la inteligencia artificial (IA): «Me preocupa mucho un internet inundado de contenidos donde los lectores y los periodistas no podamos separar lo real de lo ficticio», confesaba. «Vamos a tener que contar con forenses que nos digan si una imagen es real o no, si un audio es de verdad de un político o no. Soy bastante pesimista, y me parece que la regulación va siglos por detrás de estas grandes empresas tecnológicas», continuó.

Pero aunque el panorama está poniéndose cada vez más complicado para los profesionales de la información, hubo también, cómo no, hueco para el optimismo: «La buena noticia es que nada de esto es inevitable. En un internet que corre el peligro de estar lleno de basura, el papel de los medios, la prescripción humana como filtro, va a ser cada vez más importante». Y, además, la sobrecarga de información está teniendo otra consecuencia: la audiencia está buscando cada vez más experiencias finitas, donde pueda decidir cuándo empieza y cuándo termina su exposición al contenido. No es de extrañar que estén cobrando protagonismo productos digitales con principio y final, como las 'newsletters' o los 'podcasts'. Sumado, todo ello, a la necesidad de volver a fuentes que garanticen que lo que se cuenta ha sido contrastado y verificado, pues «en tiempos donde prolifera tanta información, lo que más se valora es la que sea seria y fiable», aseguraba Belzunce.

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