Viernes, 22 de Noviembre 2024, 09:51h
Tiempo de lectura: 9 min
En las sociedades alfabetizadas damos por hecho que todos sabemos leer, lo que no quiere necesariamente decir que sepamos leernos unos a otros. Eso es lo que nos viene a advertir la carta de esta semana, firmada por una profesora que ha visto descender la comprensión lectora de sus alumnos hasta el punto de no captar las ironías o llegar incluso a entender que la tesis de un texto es la opuesta a la que en verdad sustenta. Con esos mimbres, no es extraño que menudeen en las redes las agrias reyertas a cuenta de malentendidos, o quizá haya que preguntarse qué viene antes: si la lectura somera es causa o consecuencia de esa adicción al intercambio fugaz y estupendo. Recientes estudios apuntan que los chavales que leen libros gruesos van un curso por delante. Seguro que también captan mejor las ironías.
LAS CARTAS DE LOS LECTORES
El cura Picón
Se pequeño era gordito. Si quería jugar al fútbol, era portero, pero en el test de Cooper de Educación Física era el último. Los martes y jueves había cole por la tarde. Tras comerme la comida del canasto en una media luna como banco, veía pasar a un cura corriendo. Cambiaba la sotana por el calzón y la cinta en la frente. Un día me propuso ir a correr: «No tienes huevos». Al día siguiente, le dimos una vuelta al campo de fútbol. «Tranquilo, chico, mañana más y mejor». Pasados unos días daba dos vueltas y se despedía para salir del colegio y seguir corriendo. Pasados unos meses daba la vuelta al perímetro interior del colegio. Con 13 años la puerta del colegio era un puesto fronterizo hacia una libertad inventada, pero en esa época salir corriendo con un cura no era muy común. Pero entonces llegó el día: «¡Salimos fuera!». Bloques de pisos de barrios populares, aceras mal hechas, charcos mal puestos y un parque al fondo como una 'cueva de ladrones'. El 'cura que corre' no sabía qué se estaba gestando o, pensándolo con la perspectiva que me da el tiempo, él sí lo sabía y yo no. Correr es un deporte extraordinario, capaz de mover el mundo y cambiar la vida de millones de personas. En estos tiempos en que los 'curas' parecen tener la culpa de todo, este hombre me cambió la vida y me enseñó los valores del deporte. Hoy, a mis 45 años, acabo de correr la Behobia/San Sebastián, que cumple 59 ediciones, todo un clásico en el calendario de carreras. Gracias a ti, D. Miguel Ángel Picón. 'El cura que corre'.
Pablo Gozalbes Alonso. Sevilla
La burbuja de otra persona
Es indescriptible la tranquilidad que puede llegar a vivirse en el transporte público, sobre todo a primera hora de la mañana. Decenas de ojos atentos a las pantallas –ya sean las de los teléfonos inteligentes o los libros electrónicos– y puede que algún par de ojos sumergidos en el tacto de un libro físico. Además de esos otros que navegan sumergidos en la melodía de sus cascos de música. El pasajero que se encuentre observando sin distracciones podría sentirse náufrago, perdido en la inmensidad de esa masa de individualismo. Pero esta situación también pende de un hilo, haciendo equilibrios cuando alguno de los individuos decide hacer partícipe al resto de su pequeño mundo privado. Ese característico momento en el que la persona que tenemos delante sube el volumen y comparte con nosotros los maravillosos vídeos que está disfrutando o nos relata con pelos y señales su opinión sobre su vecino en un volumen en el que la persona al otro lado de la línea telefónica debe de estar desfalleciendo. En este momento pienso que hasta el individuo que hacía de público se siente perdido. Ya que ahora le hacen partícipe de la burbuja personal de otra persona en la que puede que no quiera estar.
Maialen Izurza de Las Rivas. Muskiz (Bizkaia)
Mi visita al camposanto
Llegó noviembre y con él una cita llama a mi puerta. Visitar el cementerio no es para mí un motivo de tristeza ni mucho menos, como tampoco supone un acontecimiento solemne. Simplemente, una especie de sereno reencuentro. ¿Con quién? No sé, quizás conmigo misma, pues en esos que ya fueron vislumbro el reflejo de lo que, no tardando tanto, todos seremos. Paraje único, sagrado, donde se entrelaza el pasado con el presente como en ningún otro y, a la vez, donde se palpa y se respira el inexorable futuro. Reconozco que deambular por las calles del camposanto de esta mi ciudad me hace sentir bien, me reconforta. De vez en cuando me detengo a estudiar con cierta curiosidad la pose, el gesto, la mirada de esa foto y a través de ella imagino cómo transcurrió su vida, su delicada infancia, de qué manera se sucedieron los últimos días de quienes aquí descansan. Leo con interés los epitafios de las tumbas, algunos pocos en latín: en ocasiones, palabras justas que identifican a los difuntos; otras veces, citas de textos sagrados e incluso elogios que glorifican a los yacentes. Y no fantaseo si digo que, a pesar del sepulcral silencio que reina, escucho voces ajenas y murmullos a mi alrededor. ¿Quién me habla, si estoy sola? Sí, me susurran desde el pasado: de su pena infinita, cuando la familia dejó el pueblo y vino a la ciudad soñando otro porvenir, de cómo la guerra quebró el hogar… ¿Estas voces son reales? Las oigo por todos lados, me acompañan y me interpelan a lo largo de mi paseo. No me asustan, pertenecen a los que viven aquí in aeternum y cuya paz he usurpado sin pretenderlo. Consciente de ello, abandono calladamente la necrópolis y la noche perpetua de sus moradores.
Isabel Pascual Cebrián. Correo electrónico
No desfallezcáis
Hace tres años que deseaba escribir estas palabras, pero no me atrevía por el dolor de una persona que se va, sin más, sin palabras, que desaparece de tu vida en un soplo. Es un vacío existencial tan profundo, que tienes que recurrir a tus sentidos para recuperar el aliento. Debes sin demora, sin pausa intentar recomponerte, debes priorizar tus valores, tus principios, tu honor, tu dignidad, tu responsabilidad con los demás, no debes bajo ningún concepto dañar a nadie. Ni a tu familia, ni a tus amigos más íntimos; porque en ello te juegas tu futuro, debes procurar ser ajeno a comentarios de todo tipo, pierdes amistades, ganas otras, aun así siempre queda tu soledad, ese silencio en tu casa, con tu mascota, que te mira, con esa ternura, sin comprender nada, o eso creo; puede que tenga una parte emocional superior a los humanos en cuanto a calidez. Ahora que los años han transcurrido, que las cosas se han suavizado y se priorizan otras de forma correcta, es cuando vuelves a ser sociable, agradable y todos agradecen tu saber estar durante esos fatídicos años, tu fortaleza moral, mental, tus miras alejadas del ruido, de la maldad. Se fue, para emprender otro camino, otra vida diferente, hay que dejar que se vaya, que emprenda ese viaje, si al final era su camino, está claro que a ti te esperaba en un recoveco de la vida otra persona que llenara ese vacío. Así que paciencia, sed leales a vosotros mismos, no desfallezcáis, no torpedeéis el camino de nadie, siempre nos queda tanto a mujeres como a hombres el solecito de la primavera, siempre vuelve, siempre vuelve a renacer el amor, siempre, nunca se ha ido.
Albert Joan Maria i Alà. Lleida
Basta de vandalismo
Lamentablemente, se ha vuelto común que en días o vísperas de una festividad (noche del 31 de octubre, del 31 de diciembre o 24 de junio), menores que actúan en grupo, como una 'manada', realicen actos vandálicos. Recientemente, en el pueblo en el que resido, Gorliz (Bizkaia), menores de 12 y 14 años han actuado lanzando huevos, limones y otros objetos a vecinos y propiedades, mostrando un comportamiento que según ellos parece ser una forma de diversión. Lo preocupante es que estos menores consideran que sus actos vandálicos están exentos de consecuencias, como si divertirse a costa de romper, destruir objetos materiales, fachadas de sus vecinos y vecinas o insultar a voz en grito reiteradamente estuviera permitido. Esta creencia del 'todo vale' refleja falta de empatía, respeto y perjudica a su comunidad. No se trata de sancionar o castigar sino de educar en valores constructivos, de asumir las consecuencias de sus actos y de evitar que estos se sigan repitiendo. Es responsabilidad de cada persona y comunidad (familia, educadores, instituciones…) reflexionar y darse cuenta de quién elegimos ser y de qué calidad de vida queremos en cada momento.
Nagore Aurrekoetxea. Gorliz (Bizkaia)
El amanecer de un jubilado
Hace ya cuatro meses que me jubilé y sigo madrugando, pero con la enorme diferencia que voy a mi albur, así lo hago cuando salgo a primera hora a pasear según me lleva mi instinto, sin dar cuentas a nadie ni tener que fichar en ningún lado. Esta mañana recalé antes de las 8:00 h. en el precioso parque madrileño de El Retiro, donde me senté en un banco frente al estanque para allí tener la suerte de disfrutar del espectáculo del amanecer arrebolado en el que nubes y estanque se tiñeron de rojo. Fue en ese momento cuando pensé que por ese solo instante merecieron la pena tantas horas de trabajo.
Francisco José Eguibar Padrón. Madrid
Broncano contra Motos
No soy partidario de utilizar la preposición 'contra', pero en este caso resulta inevitable. Recurro a la cita bíblica de Lucas (16, 19-31) y me encuentro al rico epulón que bien podría estar representado por Pablo Motos y al mendigo Lázaro representado por las demás cadenas, pero le ha salido un serio competidor y el resultado es que ahora tenemos dos epulones (Motos y Broncano), y nunca mejor dicho, ya que los dos, creo, están muy bien remunerados. La guerra por las audiencias está servida y los dos luchan por llevarse la mayor ración del pastel. Vemos a un Pablo Motos que representa la derecha, el machismo, el autoritarismo y a un Broncano como progre, defensor de las libertades, espontáneo y desenfadado. Vemos también que David en bastantes momentos vence a Goliat. Pero en el fondo seguimos viendo a una España dividida, enfrentada política, ideológica y socialmente. Vemos la izquierda y la derecha, rojos y azules, Barça y Madrid, la Ser y la Cope, El País y El Mundo, TVE y A3. Todos luchando de forma enconada, sin importar medios, con tal de conseguir el fin. En la calle se palpa, se siente y cada vez más. Ante esta situación, no puedo por menos que evocar aquellos versos de Antonio Machado de Proverbios y Cantares y musitados por Serrat: «Españolito que vienes/al mundo te guarde Dios/una de las dos Españas/ha de helarte el corazón». He visto los programas, algunas veces, alternando. Cada uno tiene sus pros y sus contras. A veces, acabo un poco cansado y el televisor me arroja al campo de la literatura, en el que, por cierto, hay alguna novedad interesante como La librería de los deseos, de Eric de Kermel, un auténtico flechazo literario. La vida no es solamente política y en España tendemos a politizarlo todo. Hay algo más.
Mariano Aguas Jáuregui. Zaragoza
LA CARTA DE LA SEMANA
Soldados analfabetos
Durante los últimos años, como profesora, he podido observar cómo a los alumnos les cuesta mucho comprender textos de opinión, tanto orales como escritos. Para ellos, extraer la tesis, en ocasiones, era un mundo; y los resúmenes de seis líneas, una obra picassiana con la que muchas veces reía por no llorar. Era muy preocupante pensar que podían tergiversar ideas importantes, no comprender las ironías ni muchas referencias. En definitiva, no entender la magnitud de las preocupaciones sociales o políticas de las que ahí se hablaba e incluso pensar que se decía todo lo contrario. Hoy, a todo eso hay que sumarle la gran desinformación que los bulos generan, creando huestes, soldados analfabetos que se dejan llevar por el populismo: soluciones simples para problemas complejos. Tenemos que aprender a leer, pero también a saber dónde leer. Y esta es una tarea que también se enseña.
Lucía Pérez Blasco. Zaragoza
-
1 Transnistria, un lugar atrapado en el tiempo (y muy apreciado por Putin)
-
2 Cada vez más cerca del otro planeta 'habitado': así trabaja el telescopio Tess
-
3 Elogio de la mediocridad: asúmelo, no todos podemos triunfar
-
4 Pódcast | Drogas, abortos, abusos... el dolor de Maria Callas en el rostro de Angelina Jolie
-
5 Pódcast | La bibliotecaria de Auschwitz que sobrevivió a cuatro campos de concentración
-
1 Transnistria, un lugar atrapado en el tiempo (y muy apreciado por Putin)
-
2 Cada vez más cerca del otro planeta 'habitado': así trabaja el telescopio Tess
-
3 Elogio de la mediocridad: asúmelo, no todos podemos triunfar
-
4 Pódcast | Drogas, abortos, abusos... el dolor de Maria Callas en el rostro de Angelina Jolie
-
5 Pódcast | La bibliotecaria de Auschwitz que sobrevivió a cuatro campos de concentración