Cristo se estrena con nota en el Sporting

Abelardo repitió el planteamiento del pasado miércoles ante el Racing, con un once en la primera mitad y otro en la segunda. Partió de nuevo de inicio Gragera en la posición de central, evidenciando la falta de centrales, un problema que se espera poder corregir pronto con la llegada de Izquierdoz. El doble pivote fue en esta ocasión para Gio Zarfino y Rivera. Fue el primero quien abrió el marcador con una jugada a buen seguro del gusto de Abelardo. Otero, Djuka y el propio Gio mordían en la presión al Cartagena, que se veía obligado a recular. El jugador uruguayo roba, combina con el colombiano y coloca el balón en el fondo de la portería con un tiro con el exterior. Era el minuto cuatro y el Sporting lograba una dosis de confianza de la que careció su rival durante todo el partido.

Porque el conjunto murciano lo intentaba, con jugadas de mucho mérito y obligando al Sporting a esforzarse para contenerles, pero sin ninguna pegada. Los mayores apuros para Cuéllar los sufrió tras un choque con Guille Rosas que dejó a ambos en el suelo. El lateral derecho sí que tuvo trabajo, en defensa y en ataque. Una buena noticia ver al canterano en los dos extremos de la banda, ya sea evitando ocasiones del rival o creándolas para sus compañeros.

De nuevo con los laterales muy largos y los mediocentros tratando de no meterse entre los centrales, el Sporting buscaba a sus atacantes y generaba ocasiones e ilusión en la grada, plagada de camisetas rojiblancas.

A quien en la primera parte no dieron muchas oportunidades los cartageneros fue a Oyón. Los rivales ven en el joven jugador un rival con el que ir al choque y, en uno de ellos, un golpe acabó con el canterano en el vestuario. No obstante, firmó buenos minutos, dando continuidad al juego y creando espacios en la zona de peligro.

Solo unos minutos después Otero tuvo una espléndida oportunidad, con un tiro raso desde la izquierda que se marchó por poco. El final de la primera parte sirvió también para ver la contudencia de Gio Zarfino, que no duda en usar la fuerza cuando la ocasión lo requiere.

La segunda parte no pudo empezar mejor para el Sporting. A los cinco minutos Cristo aumentaba la ventaja tras recibir un pase de Pablo García en la izquierda, darse la vuelta, conducir en diagonal y lanzar un tiro raso al primera palo. Dos minutos antes ya había dejado un gol en bandeja a Campuzano, que disparó alto.

El Sporting jugaba bien, con un Pedro Díaz imperial en el centro del campo que llegó a despertar expresiones de asombro en la grada con alguna de sus acciones. Robos, pases, rotura de la presión con un solo gesto. No se guardó nada.

Y mientras, Cristo moviéndose por la mediapunta con total libertad. De una banda a otra, ofreciéndose para recibir pero también lanzando desmarques. Un robo en el centro del campo le sirvió para conducir y encontrar a Campuzano que, esta vez sí, acertó a llevar el balón al fondo de la portería.

El Cartagena lo intentaba, pero su contundencia nada tenía que ver con la del Sporting. Sí puso en tensión a los rojiblancos con algunas acciones en la segunda parte que acabaron con rebotes y malos entendidos en el área. La conclusión del partido, a pesar de que es pretemporada, es que los sportinguistas salen ilusionados después de ver a un equipo que sabe presionar, robar y acabar, pero también trenzar y crear.