Sporting

El Sporting suma, el VAR resta

Gana el Sporting, que ha recuperado el latido con fuerza, pierde el videoarbitraje, en descrédito.

El partido amaneció tenso, con el Sporting musculado por dentro. Armado en defensa. El jovencísimo Nacho Martín sirvió de equilibrador frente a un oponente igualmente forrado por dentro, con buenos peloteros como Guridi o el veterano Salva Sevilla. Se cosió el Sporting el balón en el arranque frente a un contendiente cómodo en la retaguardia. Con el colmillo retorcido para salir escopetado. Presionante. Forzando al equipo de 'MAR' a empezar una y otra vez. El primer acto tuvo más pose y cálculo que sustancia. Por parte y parte. Una meticulosa partida de ajedrez. Solo rompían el tedio los desmarques que tiraba de cuando en cuando Otero, más veloz que Laguardia y Duarte, con Jeraldino falto de tacto para el control. El segundo central libró la amarilla por un pelo antes de los veinte minutos cuando el colombiano ya demarraba.

Nacho Martín cogía poso, atrevido ante Guridi. Siempre a caballo entre Pedro y el canterano, bien engrasados. Pero ni el Sporting veía de cerca a Sivera. Ni el Alavés, con el freno de mano echado, enfocaba a Cuéllar. Un duelo de decimales. Cote disparó el primer 'uy' con un centro rebotado por Duarte. Pero el partido, encosertado y rígido, no se terminaba de lanzar. En plena democracia, el Sporting mantenía el buen aspecto de las últimas contiendas, tuteando a uno de los candidatos al ascenso. Manteniendo en tensión a El Molinón. A la caseta se llegó con nervio, con alguna cabalgada de Pol Valentín, siempre agitador, siempre Alaphilippe, pero con los dos porteros fríos. Ninguna ocasión que echarse a la boca. Con tanta arrancada, intentón, el veloz lateral catalán se fue lesionado por un trallazo muscular. Había tenido una situación pintiparada un pestañeo antes el forastero Tenaglia en el único desafine defensivo del Sporting. Paseó el balón por todo el área rojiblanca, pero el pateo del zaguero visitante se fue a las nubes. Guille Rosas se empatronó de nuevo en el lateral. Y casi al tiempo, Salva Sevilla vio la tercera tarjeta del Alavés antes del recreo. Luis García se fue al vestuario jurando en arameo, vinagre.

El Sporting, demasiado empotrado para defender, siguió costándole un mundo rondar el área del Alavés. Cuando recibían Jeraldino u Otero, estos eran casi mediocentros. Un desajuste defensivo, con Luis Rioja montando el ataque al toque de corneta, pudo costarle caro al Sporting. 'Cali' había salido de su zona. El lateral puso un centro raso, con aclarado dentro del área para el remate franco de Tenaglia. Antepuso la finura a la potencia y Cote, adivinando la dirección, sacó el gol con una pierna. Jason, al rechace, con más tiempo para armar el remate, pateó a la grada. La situación más potable para el gol de todo el partido. Un problema técnico, con la conexión perdida con el VAR, acalambró después la tarde durante cinco interminables minutos de parón, eliminando la burbuja con la que había asomado el Alavés.

Superada la hora, 'MAR' refrescó piernas y afiló al Sporting. Más mediapunta que centrocampista, Jordan relevó a Nacho Martín. Y Campuzano sustituyó a Jeraldino, más referencia que el catalán, delantero liviano e itinerante. Con el replanteamiento, el partido se abrió, pendular. Cote estuvo a punto de sorprender a Sivera de falta. Y unos kilómetros atrás, quedaron dos paradas de Cuéllar a Moya y Villalibre. No hizo falta una gran contorsión del extremeño, pero era el indicador de que el choque se desbocaba. El termómetro de la necesidad.

Luis García no se guardó nada, fortaleciendo el frente y jugando atrás con el veloz Arroyo. 'MAR' terminó sin Pedro, relevado por Rivera, y sin Otero, en busca de la pegada de Aitor. El Molinón se encendió tras una acción que terminó con Cuéllar por el suelo, pitado por los hinchas más radicales del Alavés. Ahí saltó el Sporting a la yugular del Alavés. Desmelenado y vertical. Aitor se relamió con la victoria. Pero su tiro, serpenteante, dio con el poste.

Quedaban diez minutos de prolongación. Final en alto. El Sporting cargó con toda la caballería. Y en la última ocasión, sobre la bocina, Campuzano descorchó. Pero el VAR, en revisión eterna, localizó un argumento al rebobinar para tumbar el gol con un fuera de juego del tacón de Aitor.