¿Por qué el Sporting está indignado?

Con independencia de que los rojiblancos fueran perjudicados por la decisión del árbitro que se encuentra en la Sala VOR —dirigida por Prieto Iglesias—, los pormenores de la acción no tienen desperdició como tampoco lo ocurrido en los momentos previos. El partido tuvo que detenerse durante casi diez minutos por un problema eléctrico que cortó la comunicación con el VAR. El destino, tantas veces caprichoso, quiso que el videoarbitraje fuera el gran protagonista después de que el árbitro decidiera prolongar diez minutos el choque. En ese añadido, gol de Campuzano y éxtasis en El Molinón. Sin embargo, en el fútbol actual no se puede celebrar un gol hasta que el otro equipo saca de centro.

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El colegiado pidió calma porque la acción estaba siendo chequeada. La sorpresa llegaba cuando al conocerse que el tanto, que iba a suponer la victoria, es anulado por un supuesto (y milimétrico) fuera de juego de Aitor García -que no interviene en la jugada del gol- en una acción previa sucecida con unos segundos de antelación respecto a la acción del tanto. Cuatro minutos para decidir que el gol no podía subir al marcador sin saber explicar muy bien las razones.