'Abelardina' para lanzarse a por el Girona

La conjura para el próximo choque ante el Girona comenzó ya en el vestuario visitante de El Alcoraz. Minutos después del pitido final, Abelardo mostró liderazgo y expresó a su plantilla su profunda convicción de que contarán con el apoyo de la afición para encarar un choque fundamental para no caer en la temida zona roja de la clasificación. Hizo hincapié en el valor de esa condición de anfitrión y en la mejoría en algunos aspectos del juego para levantar los ánimos, muy tocados en el caso de algunos futbolistas por la remontada completada por la Real Sociedad B sobre la bocina. Esa combinación de resultados del sábado elevó el peligro de encarar las dos últimas semanas de la carrera por evitar el descenso en posición de desventaja y el técnico gijonés, sin tiempo que perder, comenzó pronto ese proceso de motivación para que no se difuminasen las ilusiones renovadas ligadas al relevo en el banquillo.

Afanado en recuperar la mejor versión de sus jugadores desde que tomó las riendas, Abelardo hizo un breve aparte ayer durante la parte inicial del entrenamiento con Fran Villalba, que no formó parte de su primera alineación. El técnico gijonés elogió tras el partido la contribución del talentoso futbolista forjado en Paterna, que también mantuvo una breve charla con Tomás Hervás al término de la sesión, cuando sus compañeros ya habían tomado el camino a los vestuarios.

«Abelardo ha mamado el Sporting desde joven y lo ama. A ver si le pone las pilas a los jugadores y salimos adelante, seguro que sí», afirma Lolo Rocha, presidente de la Peña Infarto Rojiblanco. El apelativo del colectivo de aficionados que dirige resume el desenlace de curso no apto para cardiacos que le espera a la afición. Tres jornadas por delante para defender una ventaja que ha menguado hasta los dos puntos, con tres equipos tratando de evitar esa plaza de descenso.

«Las cuentas no se pueden echar todavía», sostiene 'Xuacu' Rodríguez, presidente de la Peña Sentimiento Rojiblanco La Regence, que presenció en El Alcoraz el reestreno de Abelardo. «Podía haber sido peor», señala todavía desde tierras aragonesas, en viaje de regreso tras un partido en el que apreció pocos cambios. En la grada, la fidelidad a unos colores pudo más que el descontento. «La gente tiene ganas de protestar, pero al final en Huesca solo se escuchaba animar», indica, con la percepción de que la línea ascendente de la Real Sociedad B convertirá la pugna por el descenso en un pulso entre el Sporting y el Málaga.

«En nuestra peña iremos todos a animar contra el Girona», asevera, con planes de viaje también a Fuenlabrada para el encuentro de la penúltima jornada y la percepción de que están «intentando remar a contracorriente desde octubre». «Este equipo es muy difícil de remendar. Con 'El Pitu' es agarrarte a un clavo ardiendo», expone, sin ocultar que con las perspectivas poco halagüeñas por la espiral negativa el apoyo para el domingo es prácticamente «un acto de fe».

Entre ese desencanto con el equipo y la crispación con los dirigentes, que se expresará con una concentración en los aledaños del estadio antes de que el balón ruede, la afición toma nota. «La temporada que viene hay que cambiar mucho si no queremos que pase lo mismo que en esta», opina Lolo Rocha. Antes de ese desenlace, para poder hacer borrón y cuenta nueva, el conjunto gijonés necesita una victoria que le aleje del abismo.