Las «brutales» agresiones de una monja en un hogar infantil italiano

Sabe que ha sido grabada y obliga a la menor que ha registrado con la cámara del móvil el incidente a borrarlo. La pequeña obedece pero es capaz de recuperar después el archivo con la ayuda de su madre, quien le había instado a registrar los abusos que denunciaba, incrédula ante sus quejas, según publican medios italianos.

La hermana Marie Georgette Rahasimalala, de 55 años y originaria de Madagascar ha sido arrestada acusada propinar «brutales» palizas a los niños del internado «Santa Maria della Provvidenza» de Casamicciola, una ciudad en la bella isla napolitana de Ischia. La institución, antaño un orfanato, se ha reconvertido a un hogar para menores en espera de custodia, adopción o cuidado tras la adopción de medidas judiciales, así como alumnos internos cuyos padres pagan una cantidad económica.

Otras tres religiosas están siendo también investigadas y han recibido la notificación de prohibición de residencia en la región de Campania. Se trata de Noeline Dazanadraozy, de 52 años, Alice Albaracin Curay, de 48 años y la madre superiora Angela De Bonis, de 81 años. Los fiscales les imputan delitos de maltrato de menores, lesiones y violencia, agravado por «las condiciones de inferioridad física y psíquica» de las víctimas y por producirse en el interior de un centro educativo.

El propio cuerpo de carabineros destaca en un comunicado la «brutalidad ejercida» por la religiosa arrestada. «Ningún médico intervino ni ambulancia ni los dos hermanos fueron llevados al hospital. Solo recuerdo que Sor Alice puso limón en la nariz del mayor«, relataría después la pequeña que grabó el vídeo el pasado 27 de julio, según recoge el periódico local Corriere del Mezogiorno.

Su testimonio describe los golpes como algo «habitual», especialmente con los residentes más pequeños, a los que –según su versión- pegaban con una zapatilla, en los brazos, les tiraban del pelo y los abofeteaban. La detenida asegura, sin embargo, haber perdido la paciencia solo una vez durante sus 18 años de estancia en la institución.

La madre de los hermanos agredidos también ha concedido una conmovedora entrevista: «Los niños me han dicho que cada vez que cometen errores son golpeados o les tiran objetos. Imitan las bofetadas con el puño cerrado y el dedo medio doblado y sobresaliente en comparación con los demás; es decir, como golpear la cabeza de los niños con el hueso. A veces, también les daban con la escoba», relata.

La superiora, sostiene, alegaba que se trataba de «mentiras» infantiles y ella no se atrevía a intervenir puesto que le había sido retirada la patria potestad sobre los pequeños y temía que le prohibieran también reunirse con ellos si se «entrometía». La propia monja se lo había advertido.