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Existen alimentos con una gran cantidad de nutrientes para nuestro organismo que podemos consumir de forma habitual fácilmente al incluirlos como parte del menú semanal. Se conocen como superalimentos por las multipropiedades que aportan si su ingesta se realiza con frecuencia y los numerosos beneficios para la salud.
Las opciones dependen de las necesidades y objetivos que tenga cada uno. Se puede recurrir a este tipo de productos para los dolores de garganta, mejorar la vista o combatir el cansancio. Hay también para los diabéticos o para quienes tienen riesgo de sufrir enfermedades cardíacas.
Muchos de estos ingredientes se pueden añadir a platos muy comunes y son sencillos de incorporar a nuestra alimentación. Por ejemplo, el jengibre, los frutos rojos, las almendras, el pepino o la manzana ayudan a conseguir un vientre plano. Comer sano es recomendable para la pérdida de grasa corporal, mejorar la apariencia del pelo y la piel y además aporta energía y positivismo.
Uno de los superalimentos que se debería incorporar a tu dieta es el tamarindo, el fruto del árbol con el mismo nombre que es empleado tradicionalmente en Asia y Latinoamérica. Su pulpa, que contiene un hueso en su interior, está recubierta por una vaina rígida y alargada y es más ácida cuando el fruto está verde y muy dulce cuando está madura.
Podemos encontrar tamarindo en tiendas de alimentación latina o asiática y en fruterías especializadas, que posean mayor variedad de alimentos.
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1. Ayuda a adelgazar
La pulpa del tamarindo es rica en tiamina (vitamina B1), que además de mejorar los nervios, músculos y el sistema digestivo ayuda a las células a que los hidratos de carbono se conviertan en energía y, de esta forma, no se acumule la grasa y se absorba en exceso.
Se puede preparar la bebida diurética agua de tamarindo de forma rápida y sencilla y tomarla en los momentos en que tengamos ganas de comer para saciar el apetito.
Ingredientes: 500 gramos de tamarindo, 2 litros de agua, azúcar (blanco o moreno), estevia o cualquier edulcorante al gusto, una pizca de sal.
Elaboración: una vez lavadas las frutas tropicales se introducen en un bol y se cubren con agua. Se dejan reposar mínimo una hora y después se añade nuevamente un poco de agua y se revuelve hasta que la pulpa se desintegre.
Se agrega el resto del agua y se pasa por un colador. Una vez tengamos listo el líquido se agrega el edulcolante que mejor convenga a cada uno y la sal para potenciar el sabor. Se puede guardar en la nevera o añadir hielo ya que fresco está mejor.
El consumo de agua de tamarindo en la ayunas ayuda a prevenir el envejecimiento precoz, pues aporta antioxidantes que evitan el daño que causan los radicales libres a las células.
Para el cuidado de la piel también se pueden realizar mascarillas con su pulpa que ayuda a eliminar la grasa de la piel, además de darle suavidad y dejarla tersa. La presencia de alfa hidroxiácidos también permite exfoliar la piel , eliminando las células muertas y estimulando la regeneración celular.
2. Laxante natural
Esto se debe a su gran contenido en fibra. Es capaz de regular el tránsito intestinal y desinflamar el estómago lo que ayuda a mantener un vientre plano.
3. Mejora la salud muscular y cardiovascular
Además, el tamarindo destaca por su rica composición en potasio, que mejora la salud de los músculos y del sistema cardiovascular.
4. Antioxidante y multivitamínico
El tamarindo está cargado de vitaminas A, B3 Y C, por lo que aporta una gran cantidad de antioxidantes al organismo, la principal herramienta de nuestro cuerpo para luchas contra los radicales libres y el envejecimiento que producen.
5. Lucha contra la anemia
Este superalimento cuenta con una gran cantidad de hierro, por lo que es una opción fantástica para quienes padecen anemia. La deficiencia de este minerar puede causar anemia, enfermedad caracterizada por producir debilidad, fatiga y dolores de cabeza.
6. Equilibra el colesterol
El gran aporte en fribra de este fruto se une a las sales biliares que produce el colesterol y de esta manera se consigue que el colon no las reabsorba.
También se aconseja para combatir la resca, ya que ayuda a evitar la deshidratación, y para los dolores de cabeza.
Los frutos tienen forma de vaina, con unas semillas duras en su interior rodeadas de pulpa. Esta pulpa es la que se utiliza en cocina para varios fines.
De sabor agridulce, ácido, picante, intenso y complejo, es ideal para cocinar en platos tanto dulces como salados. Si conviene añadir azúcar por su acidez. Suele emplearse como condimento en recetas y por su sabor dulce también se usa en postres, mermeladas y bebidas como cócteles y tés.
INGREDIENTES. 8 langostinos pelados, 2 hojas de pasta filo, 8 hojas de albahaca, 8 palillos de brocheta, 2 cucharadas de pulpa de tamarindo, 2 aguacates maduros, 1 tomate pera, 1 lima, 1 cebolla pequeña, cilantro picado y sal.
PREPARACIÓN.
1. Ensartamos los langostinos en la brocheta, colocamos una hoja de albahaca en cada langostino, ponemos sal al gusto y enrollamos en la pasta filo cortada en forma de triángulo.
2. Ya todos envueltos, los freímos en aceite de oliva hasta que estén crujientes y reservamos.
3. Para el guacamole: pelamos los aguacates, añadimos el tomate pera, la cebolla y el cilantro muy bien picados y trituramos con ayuda de un tenedor.
4. Luego añadimos la lima y la sal.
5. A la hora de emplatar colocamos los langostinos al gusto y acompañamos de guacamole y tamarindo.
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