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El Paraíso Natural tras la pandemia

El sector turístico asturiano se reinventa para volver a la senda del récord. Más de 12.000 bares y restaurantes y casi 6.000 alojamientos buscan la escalada

CHELO TUYA

Lunes, 11 de mayo 2020, 02:47

Asturias se consolida como gran potencia turística». El 23 de enero pasado no cabía un alfiler en el pabellón que el Principado estrenaba en Fitur, la principal feria del turismo que se celebra cada año en el madrileño recinto ferial de Ifema. Ante el numeroso público que participaba en el Día de Asturias, el presidente del Ejecutivo regional, Adrián Barbón, se mostraba feliz. Su frase «Asturias se consolida como gran potencia turística» no era un eslogan publicitario como el mítico 'Asturias, Paraíso Natural'. Su frase era una aseveración sustentada en cifras. En 2019, los alojamientos asturianos recibieron la mayor llegada de turistas de la historia: 2.348.627, y comercializaron el mayor volumen de reservas: 5.747.219.

Unos números que juntos sumaban más. La aportación del sector turístico a la economía regional llegó a su culmen en 2019: 2.325 millones, el 10,77% del Producto Interior Bruto (PIB). Nunca la industria del ocio había supuesto tantos ingresos para las arcas asturianas. De hecho, en el acumulado histórico, solo en cinco ejercicios el sector turístico rebasó los 2.000 millones de aporte. Lo hizo por vez primera en el primer año de récord turístico, el de 2007, y no volvió a repetirlo hasta nueve años después. En 2016, con los dos millones de turistas ya consolidados (rompió ese techo turístico en 2015), el sector volvió a ocupar dos dígitos del PIB de los que ya no se apeó. Hasta que llegó la COVID-19.

La pandemia global que obligó a declarar, el 14 de marzo, el estado de alarma atrapó al sector turístico asturiano en la cresta de la ola, con la mayor oferta de plazas de alojamiento de la historia, más de 96.000; con más de 12.000 locales de restauración y casi el 13% del empleo de la región: 48.643 puestos.

Pero el coronavirus dejó a la ola sin agua y la resaca amenaza con arrastrar al fondo a las casi 18.000 empresas de alojamiento y restauración de la región. De los 12.177 ERTE tramitados, el 88% son del sector servicios, la mayoría, del turismo.

Un turismo que no solo aglutina alojamiento y restauración, sino actividades (escalada, piraguas, rutas a caballo...) y agencias de viaje.

La patronal de estas, Operadores Turísticos y Agencias de Viaje de Asturias (OTAVA) ya ha dejado claro que la desescalada no cuenta con ellos. «No tenemos producto que vender ni protocolo de seguridad y seguimos devolviendo a los clientes vacaciones anuladas», lamentó su presidente, Íñigo Fernández.

Objetivo: julio a pleno aforo

Porque Asturias llega a la fase 1 de la desescalada con un sector tan en reinvención como preocupado. Los cambios sucesivos en protocolos de seguridad y requisitos a cumplir hacen que los empresarios turísticos asturianos miren más a julio que a mayo como escenario de reinicio.

«Hasta julio no abriremos» anunciaban en EL COMERCIO tanto el vicepresidente de Otea experto en hotelería, Fernando Corral, como la vicepresidenta de Fastur, Ana Llano; la del Clúster Rural, Ana Soberón, y la de Casonas Asturianas, Noelia Esteban. Mañana pueden abrir, sin zonas comunes, «pero no hay movilidad geográfica», apuntan.

De hecho, para las portavoces del turismo rural el problema no está en la oferta turística asturiana: «Es turismo de salud y calidad», una declaración a la que se suma el presidente de Campings de Asturias, Ramón Álvarez; «Somos alojamientos en plena naturaleza y con medidas de seguridad». El problema está «en cuándo podrán moverse los turistas. Aquí vienen de Madrid, Levante y el Sur», precisa Esteban.

Un problema ese principal, pero no único. «Necesitamos formación e información para abrir sin riesgos y dando la mejor atención al viajero», señala Llano, mientras Soberón se pregunta «¿Qué pasará si un cliente enferma en sus vacaciones? ¿Nos pondrán a todos en cuarentena?».

Unas dudas que no tienen quienes ofrecen espacios íntegros, como son los apartamentos turísticos o las viviendas de uso turístico, las famosas VUT que ya superan las 7.000 plazas. El presidente de la entidad que las aglutina en Asturias, Manuel García, apunta que «nosotros ya podemos abrir sin declaración de 'servicio esencial'», mientras que desde los apartamentos Cristina Cueto anuncia que «ya hospedamos a trabajadores desplazados».

Terrazas salvavidas

Pero ni siquiera estas modalidades de alojamiento tienen clara la supervivencia. «El sector turístico está en riesgo en Asturias porque lo forman pequeñas empresas con capacidad financiera limitada», reitera Corral. Y le apoya el presidente de Unión de Hosteleros. «El problema ya no es cómo vamos a abrir, sino cómo vamos a pagar toda la deuda generada», cuenta Óscar Gavino.

Una situación que lleva a la patronal turística Otea a pelear, a diario, para eliminar la reducción de aforo, especialmente en hostelería. «Recortar la capacidad es recortar los ingreso y los empleos. Apostamos por la seguridad», insiste el presidente José Luis Álvarez Almeida, que ha logrado el apoyo del Gobierno regional a su idea.

Porque, como recuerda el vicepresidente de Otea Javier Martínez, «sin terraza es imposible abrir», ya que hasta la fase 2 no se permite acceder al interior de los locales, «pero con ella, tampoco, por aforo, solo nos dejan el 50%, y por las malas previsiones meteorológicas». En la nueva normalidad, en el Paraíso Natural también llueve.

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