El doctor Álvaro González Franco, a las puertas de una de las plantas de COVID del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). JOSÉ VALLINA

Coronavirus en Asturias | «Habrá nuevos brotes y el mayor riesgo estará en las aglomeraciones»

Desde el inicio de la pandemia hace dos meses, el Hospital Central y el Monte Naranco han atendido cerca de 800 pacientes con COVID-19 | Álvaro González Franco, jefe de Medicina Interna del HUCA

LAURA TORRE

GIJÓN.

Domingo, 3 de mayo 2020, 02:38

Ocho semanas es el tiempo que ha transcurrido desde que el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) recibiera al primer paciente de coronavirus de la región. Sesenta días que al director de la unidad de gestión clínica de Medicina Interna del HUCA le ... han parecido «meses». Álvaro González Franco (Mansilla del Páramo, en León, 1971) coordina la estrategia contra el COVID en el Área IV. «Un trabajo en equipo», recuerda, y que engloba a los servicios de urgencias, UCI, neumología, geriatría (Monte Naranco incluido) y microbiología, entre otros. Insiste en no dejarse en el tintero la labor del colectivo de enfermería, celadores, auxiliares, limpiadoras... «En esta lucha el trabajo es de todos y todos importan». Nacido en León, este médico se considera gijonés, aunque ahora vive en Candás. Fue director de Asistencia Sanitaria en Gijón y subdirector en el HUCA. Casado y con dos hijas adolescentes que «ahora se pelean por bajar la basura», recuerda que la batalla contra el coronavirus no ha hecho más que empezar.

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-¿Cuál es la situación actual del coronavirus en el HUCA?

-La situación está bastante más tranquila que hace un mes. El momento de mayor tensión lo vivimos el 1 de abril, que fue el día que más pacientes ingresados por COVID tuvimos. En total, 196 personas en hospitalización, más otras 59 en la UCI. Llegamos a usar nueve plantas, el equivalente a un 25% del hospital. En esta última semana la presión bajó mucho, el jueves pasado teníamos 66 personas en planta, otras 23 en la UCI y 30 en el Monte Naranco. Estamos en una situación de meseta pero no hay que bajar la guardia.

-¿Cuántos pacientes de coronavirus han atendido desde que la pandemia llegó a Asturias?

-Hasta el 30 de abril, un periodo que corresponde a dos meses de pandemia, en el Área IV hemos atendido a 756 pacientes. De ellos, 101 pasaron por la UCI, otros 611 por las plantas COVID y preCOVID del HUCA y 100 estuvieron en el Hospital Monte Naranco.

-¿Cuál es la tasa de mortalidad del COVID en el HUCA?

-La tasa de mortalidad en nuestras plantas es del 20,67%, similar a la serie que muestran los hospitales en Nueva York y mejor que las de Italia y China.

-¿Al ritmo que van prevén llegar al paciente número mil?

-La situación sobre cómo va a evolucionar la pandemia es impredecible, pero imagino que sí.

-¿Por qué es impredecible?

-Nos quedan muchísimas cosas por saber del coronavirus. Un dato importantísimo que aún desconocemos es cuánta gente está afectada. No es lo mismo tener un 4% de población afectada que un 20%, por eso es importante el estudio de seroprevalencia.

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-¿Hay estimaciones en Asturias?

-Sí, desde Vigilancia Epidemiológica barajan estimaciones de hasta diez veces más de afectados. En Asturias, con casi 2.700 casos confirmados, estaríamos hablando de 27.000 afectados, cerca del 2,5% de la población. Es un nivel muy bajo.

-O sea que lo que era bueno para aplanar la curva, lo de tener pocos contagios, ahora es malo para la desescalada.

-Tal cual, porque cuánto menos población tengamos infectada menor es el porcentaje de supuesta inmunidad y eso podría derivar en un rebrote mayor. Lo que se prevé es que vayamos a un modelo de valles y picos.

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-¿Valles y picos?

-Estamos consiguiendo aplanar la curva pero a medida que vayamos a una desescalada podrá haber rebrotes. En función de cómo sean esos rebrotes habrá que volver o no a confinarse.

-¿Cuál fue el peor momento vivido en el HUCA?

-La semana previa al 1 de abril, justo antes del pico. Fueron unos días en que no parábamos de recibir enfermos, veíamos mucho paciente joven y teníamos una media de cuatro y cinco traslados a la UCI al día. Percibíamos que estábamos llegando tarde en la aplicación de ciertos fármacos y optamos por cambiar pautas.

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-¿Qué hicieron?

-Fue una decisión a nivel nacional que se adoptó por lo que estábamos viendo en las plantas de hospitalización de todo el país. Cambiamos algunas pautas y nos centramos en intentar bloquear la actividad inmune que se genera en el organismo infectado por el COVID. La enfermedad se divide en tres etapas: primero se produce un cuadro de replicación viral, luego se pasa a una afectación pulmonar y por último, en los casos más graves, aparecen complicaciones extra pulmonares y reacciones inmunes muy marcadas. Decidimos adelantar 48 horas la aplicación de inmunosupresores para bloquear esa tormenta inflamatoria y vimos que iba mejor y que los traslados a la UCI descendían.

-¿Llegaron a temer por un colapso sanitario?

-Estuvimos en una situación límite en la UCI. Aun así, teníamos planes de contingencia sucesivos, con capacidad para doblar las camas de UCI, pero afortunadamente no fueron necesarios. Hubo tensión, pero no colapso. Teníamos estimada la capacidad máxima en planta de hasta 250 pacientes y el pico quedó en 196.

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Un 80% lo sufre de forma leve

-¿Hay miedo entre los profesionales sanitarios?

-El miedo al contagio siempre está presente. La semana más dura fue la primera porque desconocíamos a qué nos enfrentábamos, pero una vez que implementamos los circuitos de pacientes y pusimos en marcha lo de los equipos de protección, todo fue mucho mejor. Trabajamos con mucha seguridad y eso tranquiliza aunque la presión sea alta.

-Muchos profesionales se quejaron y se quejan aún de la falta de equipos de protección suficientes. ¿Eso pasó en el HUCA?

-La verdad que en plantas COVID y preCOVID del HUCA, así como en urgencias y en la UCI, no tuvimos esos problemas. Hubo algo más de limitación, tal vez, en Primaria, pero fueron problemas puntuales que se resolvieron.

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-Si tuviera que definir a la COVID con una palabra, ¿cuál sería?

-Incertidumbre. Seguimos sin conocer muchas cosas del virus.

-Algo más sabrán ahora que hace ocho semanas, ¿no?

-Sí claro, pero todavía hay muchas incógnitas. Estamos viendo que tiene una afectación más amplia de lo que se creía.

-¿Qué otros daños produce?

-Hemos visto pacientes con afectación vascular, infartos, con daños neurológicos e intestinales. También estamos observando que afecta a las células endoteliales, las que revisten los vasos sanguíneos, y eso hace que se extienda a muchos órganos. Todo esto nos orienta a decir que el COVID no es una enfermedad puramente respiratoria o pulmonar, aunque la puerta de entrada es respiratoria. El primer punto de afectación es el pulmón pero no es el único.

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-¿Qué factores influyen para que el COVID curse de forma leve, moderada o grave?

-Es lo que aún no sabemos. Sospechamos que las enfermedades previas juegan un papel importante. De momento, lo que consta es que la mayoría de la población, cerca del 80%, lo sufre de forma leve o asintomática. Y que un tercio de las personas que estando afectadas no tienen síntomas transmiten el virus.

-¿La clave está en nuestro sistema inmunológico?

-En los pacientes críticos parece que el rol del sistema inmune es fundamental.

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-¿El COVID se asemeja más al virus gripal o al de los catarros?

-Se asemeja más al virus de la gripe, al menos, en mortalidad. Se estima que el virus gripal tiene una mortalidad del 0,33% y el del COVID es del 1%.

-¿Solo el 1%, parece poco para los datos que se están dando?

-Hablo de tasas de mortalidad, es decir, en población general, y no de letalidad, que es la que se estima solo en población afectada de COVID.

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-¿Es vital ganar tiempo?

-Es esencial ganar tiempo para conocer la enfermedad, desarrollar mejores abordajes terapéuticos y obtener una vacuna.

-¿Y cómo ganamos tiempo?

-Con concienciación social, manteniendo las distancias, evitando aglomeraciones, haciendo un uso adecuado de mascarillas y ante el primer síntoma, avisando para identificar un posible caso y permanecer en cuarentena.

-Estamos empezando a salir del confinamiento, ¿algún consejo?

-El otro día me preguntaron eso mismo mis padres, que son mayores de 70 años y querían saber la forma más segura para salir a pasear. Dos personas que hayan estado conviviendo estos días no es preciso que guarden las medidas de distanciamiento entre ellas pero sí cuando se crucen con otras personas. Lo mismo para la mascarilla, es recomendable si te cruzas con alguien.

El COVID y la gripe

-¿Cree que habrá rebrotes?

-Sí, estoy convencido de que habrá nuevos brotes.

-¿Cuándo y de qué magnitud?

-Todo eso dependerá de cómo se haga la desescalada. Habrá más riesgo en las zonas con aglomeraciones, ya que a menos distancia más posibilidad de contagio. Es difícil estimar la magnitud del siguiente brote, pero lo habrá.

-Si hay un rebrote en otoño coincidirá con la gripe. ¿Será un escenario peor?

-Volvemos a las variables. Todo dependerá de cómo se comporte el COVID en verano. Si al virus no le afecta el calor tendremos un brote menor pero más pronto, en cambio si le afecta el calor, el brote se retrasará al otoño. ¿Cómo interactuará con la gripe? No lo sabemos.

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-¿Qué se debe tener en cuenta para hacer una buena desescalada?

-Lo fundamental, mantener las medidas de protección colectiva: lo del distanciamiento social y la higiene de manos. Luego, hacer una vigilancia epidemiológica activa para detectar de forma precoz a los infectados y el tercer aspecto, no bajar la guardia en la atención sanitaria, siendo capaces de responder de forma rápida a los rebrotes. Los circuitos COVID y preCOVID habrá que conservarlos bastante tiempo.

-¿La vacuna tardará en llegar?

-Lo esperable es que no haya una vacuna hasta dentro de un año.

-Hay un ensayo en la Universidad de Oxford que dice que podría estar para septiembre.

-Ojalá, pero lo veo difícil.

-Los llamados 'primos' del COVID, el SARS y el MERS, ¿llegaron a tener vacuna?

-No, pero es que al ser más letales y con menor capacidad de transmisión, con los aislamientos se consiguió controlarlos.

-¿Es partidario de test rápidos a todo el mundo?

-Sería lo ideal, lo que pasa que hay que dar un margen a que los test mejoren tanto en sensibilidad como en especificidad y automatismo. Estamos un poco lejos aún de esa posibilidad.

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-O sea, que de enfermarse, ¿mejor en otoño?

-Mejor es no enfermarse, pero cuánto más lo retrasemos, mejor que mejor.

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