Doña Leonor mira con admiración al Rey Felipe VI quien puso el broche final a la ceremonia de entrega de los Premios Princesa. ÁLEX PIÑA
Premios Princesa de Asturias 2022

El Rey condena la guerra y pide consolidar la UE «para forjar un futuro en paz»

«Asturias demuestra que es capaz de reconciliarnos con lo mejor del género humano», dice en su discurso

ANA MORIYÓN

OVIEDO.

Sábado, 29 de octubre 2022, 01:17

El Rey Felipe VI lanzó ayer desde Oviedo un claro mensaje en apoyo al proyecto europeo y a la necesidad de trabajar en su consolidación para hacer frente a los «enormes desafíos» a los que nos enfrentamos como sociedad, y a los que ... ahora se suma la guerra en Ucrania. El monarca aprovechó su emblemático discurso en el Teatro Campoamor con motivo de la entrega de los Premios Princesa de Asturias para transmitir su apuesta por el fortalecimiento de la UE en unos «momentos adversos» como los actuales que, asumió, provocan «dudas e inquietudes» sobre la propia construcción europea.

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Para ello, el jefe del Estado recuperó la Declaración Schuman, pronunciada por el ministro francés de Asuntos Exteriores Robert Schuman el 9 de mayo de 1950, en la que se proponía la creación de una Comunidad Europea del Carbón y del Acero cuyos miembros pondrían en común la producción, y buscarían mantener un ambiente de paz tras las dos grandes guerras mundiales. Fue «el primer paso» hacia la actual UE, rememoró el monarca, pero «conserva hoy, 72 años después, su magnífico significado, porque la idea de una Europa unida para conseguir y preservar la paz en el continente sigue estando plenamente vigente».

Sabedor de la repercusión de los Premios Princesa de Asturias, Felipe VI pidió a la sociedad española «perseverar para la consolidación de este proyecto, que tanto nos ha unido y que nos sigue uniendo», e hizo una defensa a ultranza de la UE como «proyecto de progreso, de libertad, de equidad, de respeto, de Derechos Humanos y de principios democráticos» que, en su opinión, merece «nuestra lealtad y todo nuestro compromiso en uno de los momentos más cruciales de su historia reciente».

Se refería su majestad a la guerra en Ucrania, que condenó de forma rotunda por representar «un gran fracaso para la humanidad». Lamentó el daño «inmenso y irreparable» que está haciendo la invasión rusa y que trae consigo «el terrible recuerdo y la pesada sombra» de otros tiempos vividos en este país, y en Europa. «Un horror que lamentablemente ha regresado a la Europa del siglo XXI; que persiste por desgracia en otros lugares del mundo y que representa un gran fracaso para la humanidad». De ahí su insistencia en reconocer el papel que la UE ha tenido y aún tiene ya que, defendió, «significa mucho más que la creencia en un ideal; significa la lucha por unas convicciones y unos principios para forjar unidos un futuro de paz, justicia, libertad y esperanza».

La guerra de Ucrania, prosiguió en su discurso, está destruyendo vidas, proyectos de futuro, ilusiones y esperanzas, también todo aquello material que «nos enriquece como seres humanos y que constituye un legado transmitido de generación en generación». Se refería, puso como ejemplo, a bibliotecas, colegios, museos... Sin embargo, quiso anotar que si bien «la cultura es, por tanto, víctima de la guerra», la guerra jamás va a destruir la cultura, ni los valores que representa, como tampoco las balas y los misiles podrán acabar con la «libertad y la dignidad de los seres humanos» que, dijo, «son la esencia de estos Premios y de nuestra Fundación».

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De este modo, el Rey quiso enlazar el mensaje de condena a la guerra y de apoyo al fortalecimiento de la UE como herramienta para alcanzar la paz con los valores que representan los galardonados con el Premio Princesa de Asturias 2022, reunidos ayer en la capital asturiana. «Sois muestra de lo que se puede conseguir trabajando desde esa unidad, colaborando y cooperando por el bien común, por los demás y con los demás», les agradeció.

Como es habitual, el Rey hizo un repaso por la trayectoria de cada uno de los premiados. De Carmen Linares y María Pagés, Premio Princesa de las Artes, destacó «el amor por la herencia artística, pero también el deseo constante de evolucionar y de expresar la belleza de un arte y una cultura milenarios, esencia además del patrimonio cultural español». Se refirió al periodista Adam Michnik, galardonado con el premio de la Comunicación y Humanidades, como una persona que ha vivido «luchando, sacrificándose por la paz, por la reconciliación, por el diálogo. Defendiendo los Derechos Humanos y, ante todo, la recuperación de la democracia para su país».

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Destacó del arqueólogo mexicano Eduardo Matos Moctezuma, quien recogió el galardón en materia de Ciencias Sociales, su reivindicación de los «lazos indisolubles» que unen México y España y su apuesta por hacerlo «desde el conocimiento profundo de la historia y la cultura de México, y con el aval de un intenso trabajo de análisis e investigación de las culturas mesoamericanas, por el que es reconocido internacionalmente». De la obra del dramaturgo y académico Juan Mayorga, Premio Princesa de las Letras, puso en valor su valentía y que en ella «se funden magistralmente el silencio y la palabra; una obra que forma ya parte esencial de la riquísima tradición teatral española».

La ciencia del futuro

Reconoció la capacidad de Geoffrey Hinton, Yann LeCun, Yoshua Bengio y Demis Hassabis, expertos en el campo vanguardista de la Inteligencia Artificial y galardonados con el premio de la Investigación Científica y Técnica, para «sumergirse en un mundo que abre infinitas posibilidades a la tecnología y la ciencia del futuro y a su evolución».

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La Fundación Olímpica para los Refugiados y el Equipo Olímpico de Refugiados, Premios Princesa de Asturias de Deportes, «nos recuerdan -aplaudió- que también el deporte, la alta competición y el movimiento olímpico sirven para recordar, reflejar y paliar la dura realidad que viven tantas personas en el mundo».

Por otra parte, anotó como el gran mérito del arquitecto japonés Shigeru Ban, galardonado con el premio de la Concordia, «proteger la dignidad de todas las víctimas de los desplazamientos provocados por los desastres naturales o las crisis humanitarias». Mientras que, de Ellen MacArthur, premio de Cooperación Internacional, subrayó su pasión por el mar y los océanos y su «sensibilidad», que la «llevaron a orientar su tarea en la concienciación sobre la reutilización de los materiales, su reciclado, la reducción de las emisiones más contaminantes y del consumo».

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