Martínez Oblanca y Pedro Sánchez se enzarzan a cuenta del peaje del Huerna

Quizá algunos esperaban que la intervención de Isidro Martínez Oblanca concluyese con un «Viva Asturias». Máxime, tras escuchar el fin de su alocución entonando un «Viva la Constitución, viva el Rey y viva España». No fue así y quedará la duda de si ... alguien más se hubiera puesto en pie como sí lo hizo la mitad del hemiciclo, todos aquellos situados en la bancada derecha que le dedicaron un cerrado aplauso. Fue la culminación de un discurso en el que confirmó su voto negativo a la investidura de Pedro Sánchez «porque sus acuerdos con Unidas Podemos, ERC, PNV y EH Bildu incumplen el artículo 1 de la Constitución, donde se afirma que la soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado». Siendo esta la primera razón esgrimida por el diputado de Foro, a continuación enumeró «por qué este gobierno será calamitoso para Asturias». Y ahí, bajando al detalle, concretó: «La condenará al empobrecimiento por su ecologismo fundamentalista que, en los dos últimos años, ya destruyó miles de empleos estables sin alternativa, porque la política radical ha arrojado a las cuencas mineras hacia su desertización, y porque la industria electrointensiva está en vilo sin promover una alternativa socioeconómica al cierre de las centrales de generación eléctrica y sin garantía de suministro pese a que familias, comercios y empresas ya pagan uno de los recibos de la luz más altos de Europa». Ninguno de estos aspectos fue contestado en la réplica del candidato socialista. Salvo uno. A la acusación de Martínez Oblanca de «incrementar aún más los peajes en el eje radial que nos comunica con Madrid», Pedro Sánchez le respondió que la prórroga de la concesión del Huerna hasta el año 2050 se hizo siendo Álvarez-Cascos ministro de Fomento. «Fue planteada por su padre fundador, al César lo que es del César», ironizó. En su segundo turno, el diputado de Foro culpó nuevamente a los socialistas. En concreto a Rodríguez Zapatero «porque se comprometió a su rescate durante la campaña de 2004». La infraestructura vial eclipsó a otras tantas cuyo estado Martínez Oblanca también utilizó como demanda, en tono de reproche al Gobierno: «Se nos hurtó del AVE tras prostituir el gran proyecto de la variante de Pajares, se amenaza con triturar el consenso alcanzado en Gijón para la integración ferroviaria y se postergan los enlaces viarios de El Musel y Avilés», entre otros.