«¡Esto ye muy gordo, lo necesitábamos!»

Fue poco después de las 11.20 horas cuando salió el Gordo. «Yo escuché el número y me dije 'no puede ser'. Las niñas -las del Colegio de San Ildefonso- colocaron las bolitas y lo vi en la tele. Entraban los clientes y comencé a gritar: '¡el Gordo! ¡el Gordo!».

Laura compartía el protagonismo con su hermana Irene, que también se encontraba tras el mostrador. Ella cogió la administración hace once años, cuando falleció su padre -José Ramón García- quien comenzó con esta labor en 2003. Fue en este momento cuando la vendedora no pudo aguantar más la emoción y se echó a llorar. Rápidamente, su marido, Carlos Castrillo, acudía a consolarla. «Me puse al frente de ello porque soy la hermana mayor». Se trata de la primera vez que consiguen un premio importante de la Lotería Nacional.

No paraban de gritar y de saltar cada vez que llegaban, ahora sí, algunos de los agraciados, la mayoría, con las participaciones del club mierense. Era el caso de Tamara García Rodríguez. «Quiero celebrarlo con la familia y con los amigos, que les hemos vendido papeletas a todos», decía. Ella jugaba dos participaciones -160.000 euros de premio-; pero la alegría, que se seguía contagiando, era mayor porque habían repartido muchas de ellas entre sus compañeros de trabajo, en el centro de salud de Pola de Lena. «Todos tienen una y estamos más que contentos. He vendido 35 participaciones. Soy enfermera; ayer -por el miércoles- tuve guardia y me he levantado a las once de esta mañana y me encuentro con todo este maturrial. Ni me imaginaba que esto podía suceder de verdad». Dejó de hablar de manera repentina: «Ahí viene mi marido». Se escuchaban gritos cada vez más cercanos: «¡Vamos! ¡Vamos!». César Trapiella no se lo pensó dos veces, tenía ganas de celebrarlo. «Estaba en el trabajo, en Laminados de Aller, y hasta el jefe me lo dijo, 'anda, vete con tu mujer a festejarlo».

Isaac Barragán es del club de atletismo, se quedó con dos papeletas pero vendió un centenar de ellas. «Es que he repartido ocho millones de euros, que se dice pronto». Uno de los últimos en llegar fue Ernesto Estrada. «Que no puede ser verdad que sea este número, que llevo cuatro participaciones. Que no, que no me lo creo». Trabaja en los bares de Moreda, contaba, «y pasaron unas chicas y me las ofrecieron. Iba a comprar una, y tenía veinte euros. Si toca que sea algo curioso». El delegado en Asturias de Loterías del Estado, Roberto Morales, daba detalles de la consignación del premio. 41 series fueron adjudicadas a Moreda, y cuatro han sido devueltas. Con guasa, afirmaba que ese dinero «lo ganamos todos, tú y yo». Porque Hacienda, dicen, que somos todos.