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GUILLERMO MAESE
GIJÓN.
Jueves, 25 de junio 2020, 02:14
Terminó su turno de trabajo a la vez que se suspendía la búsqueda del cuerpo de Yencer de los Santos Germosén. Mauro Blanco, socorrista de 23 años que trabaja en el equipo de salvamento en playas desde el verano de 2017, se quedó «intranquilo ... e impactado» tras ver el sufrimiento de la familia en la central de salvamento al enterarse de que la jornada finalizaba sin encontrar al joven. Desde las cinco de la tarde, había seguido de cerca el dispositivo de rescate del joven de origen dominicano y residente en Oviedo. De hecho, su misión había sido rastrear desde tierra con prismáticos desde La Escalerona. Pasada la medianoche, se decidió a buscarle por su cuenta.
Había quedado con sus amigos, pero «aún seguía angustiado por todo lo que vi por la tarde», explicó ayer a EL COMERCIO. Cuando se disponía a volver a su domicilio, frente a la escalera 12, pensó que la marea baja podría haber dejado al descubierto el cuerpo de Yencer. No lo dudó y se acercó a la zona del fatídico desenlace: «Vi a la familia tan destrozada que decidí buscarlo por la noche cuando acabó mi turno». Estuvo más de treinta minutos en la escalera 0 «con la esperanza» de encontrarlo. A la altura de la iglesia de San Pedro creyó avistarlo. «Primero pensé que podía ser una madera o un residuo que había sacado la marea, pero según me fui acercando lo vi claro», relató. Sin saber que era el cuerpo, rodeó la ensenada que había en la arena para acercarse. Tras confirmar sus sospechas, alertó al 112 del hallazgo. También avisó a un compañero que se encontraba por la zona. Como durante toda la jornada de búsqueda, la rapidez de las autoridades que se personaron en el arenal ayudó a recuperar el cuerpo. Dos agentes de la Policía Nacional y el propio Mauro Blanco, hacia las 00.45 horas, se introdujeron en el mar para sacarlo. Cuando llegaron a su altura, el agua les llegaba a los tres rescatadores por las rodillas. Hasta el lugar también se desplazó una unidad del Servicio de Extinción, Prevención y Salvamento, que ayudó en las labores de extracción del cadáver. Pasados quince minutos se procedió al levantamiento del cuerpo.
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Guillermo Maese Pablo Suárez
G. MAESE
La búsqueda de Yencer de los Santos finalizó a las 21 horas del pasado martes, con la intención de reactivarla con las primeras luces del miércoles. Cuando se lo comunicaron a la familia, su madre y su tía requirieron de asistencia médica por sufrir una fuerte crisis nerviosa. Fue en ese momento cuando la esperanza de la familia de encontrar con vida al joven ovetense de 19 años perdió fuerza. «Se me fue mi niño bonito», gritaba su madre entre llantos. Durante toda la tarde, el fuerte y llamativo dispositivo de búsqueda hizo que muchos compartieran su angustia. Nadie ha sido ajeno a su dolor.
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Mientras relataba el suceso a EL COMERCIO, Flor Palacio y Javier Álvarez, jefa del servicio de salvamento y jefe de bomberos respectivamente, ponían en valor su trabajo. «Este es el tipo de gente que se necesita en nuestros cuerpos», subrayaba Palacio. Los próximos retos de Mauro, tras haber finalizado el grado de Económicas, pasan por opositar para formar parte del cuerpo de bomberos. El que seguro será su próximo jefe le animó a seguir trabajando para conseguir su meta.
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