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IVÁN VILLAR
GIJÓN.
Miércoles, 24 de enero 2018, 02:31
El presidente del Foro de la Movilidad, Manuel Cañete, consideró ayer fundamental «buscar la complicidad del ciudadano» para que el espíritu del nuevo Plan de Movilidad Integral Sostenible y Segura «sea entendido y cambiemos el chip». Después de que EL COMERCIO adelantara ... el contenido del documento con 47 propuestas concretas elaboradas por el equipo redactor, la comisión permanente de este órgano, del que forman parte 78 entidades de diferentes ámbitos, destacó ayer que se trata de un planteamiento meramente técnico «que ha de ser valorado y debatido en el Foro y, en último término, trasladado a la valoración ciudadana para su implementación en la ciudad». Señalan en este sentido que sus grupos de trabajo se ocuparán ahora de «desmenuzar el documento» para, a partir de ahí, «aportar nuestras propias conclusiones», que no tienen por qué coincidir plenamente con las del equipo redactor.
Posteriormente, habrá el oportuno proceso legal de alegaciones ciudadanas que proponen acompañar de «mesas abiertas y charlas», entendiendo la comunicación de los objetivos del plan como un elemento clave para «la concienciación ciudadana» de cara al ambicioso cambio del modelo de movilidad que se pretende lograr. «Una ciudad que por tamaño y complejidad puede ser parecida a Gijón es Granada, que era un caos y ha experimentado un cambio brutal. Hoy, por todo el Albaicín es imposible circular en coche y en la Gran Vía, que es su arteria principal, solo pasa el transporte público. Y la gente está encantada y lo ha asumido como algo normal. En Gijón no tiene por qué ser impensable algo así», destaca Cañete, para quien «hay ciudades como Vitoria, Pontevedra o San Sebastián que nos llevan años de ventaja. Debemos dejar de pensar que aquí somos distintos».
Con respecto a las propuestas de actuación que recoge el documento, el presidente del Foro de la Movilidad asegura que «habrá que darle una vuelta a todo», si bien hay dos cuestiones que juzga «fundamentales» para el debate, como la definición de Cimavilla como área de prioridad residencial y los cinco aparcamientos disuasorios que se pretenden construir en los accesos a la ciudad y cuyo coste podría alcanzar los diez millones de euros. «Su ubicación es un tema que va a generar debate. Ya hemos pedido una reunión con el equipo redactor para que nos expliquen por qué proponen unas localizaciones concretas y no otras».
También es necesario, añade, «un trabajo más concreto» con respecto a la definición de zonas de coexistencia entre vehículos y peatones e indica que aunque el equipo redactor identifica sobre un mapa varias calles concretas del centro, La Calzada, El Llano, y El Coto como 'zona 20', no significa que esa limitación vaya a regir exactamente en esas manzanas. «Habrá que ver dónde se puede plantear esa velocidad y qué tipo de actuaciones llevan a cabo para ello».
Como representante en el Foro de la Movilidad de la Federaciónde Asociación de Vecinos de la zona urbana, Cañete sí manifiesta el claro respaldo del movimiento vecinal a la pacificación del tráfico mediante la idea de un límite genérico de velocidad de 30 kilómetros por hora, a excepción de los principales ejes viarios. «No es nada nuevo en Gijón. Ya tenemos 'zonas 30' como el Polígono y Moreda, también lo es casi todo Viesques y en Santa Bárbara incluso hay ya un límite de 20. ¿Cómo no vamos a compartir esa medida? Sí habrá que explicar bien que se trata de garantizar la seguridad y de cambiar el modo de entender el espacio público y quién debe ocuparlo. Ahora mismo la velocidad media real en los desplazamientos por la ciudad está ya por debajo de esos 30 kilómetros por hora».
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