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Dolor y consternación en la despedida de Roberto Martínez, el gijonés de 49 años que falleció el jueves en el doble siniestro mortal ocurrido en El Musel. Sus padres, su pareja, hermana, sobrino, cuñado, sus muchos amigos y sus compañeros de profesión se reunieron en el tanatorio de Cabueñes para decir adiós «a una persona jovial, trabajadora y que supo reinventarse varias veces a lo largo de su vida».
Hostelero en los 90, a principios de los 2000 cambió su rumbo profesional para centrarse en el sector de la construcción. Con la crisis del ladrillo de 2008 se volvió a reinventar, dando el salto a los montajes industriales. En esa ocupación que acabó por costarle la vida llevaba varios años, los dos últimos en la empresa Montajes Astur Manzana.
El sacerdote que se encargó de oficiar el funeral animó a los familiares a «apoyarse en recuerdo que deja Roberto para seguir adelante». « Es duro despedirse de una persona a la que se quiere, pero hay que recordarlo como lo que fue, entrañable, buena persona y con un carácter acogedor», abundó.
Sus compañeros, rotos de todos por tener que despedir a dos de sus colegas al mismo tiempo, piden que se investigue a fondo el siniestro y no volverán al tajo hasta que se garanticen las medidas de seguridad. La alcaldesa asistió al acto de despedida para arropar a la familia, sentada entre los asistentes.
En el mismo lugar, en el salón de actos del tanatorio, a las 4 de la tarde, será despedido el joven César Méndez. La tragedia que ha golpeado de lleno al puerto y al sector industrial ha hecho enmudecer al concejo.
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