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OLAYA SUÁREZ
GIJÓN.
Viernes, 4 de octubre 2019, 02:31
Llamó al administrador del edificio para disculparse por no haber ido a la reunión de vecinos y para explicar que no fue por vergüenza por lo ocurrido, sino porque su propio abogado le había desaconsejado presentarse en el edificio. El detenido en relación al crimen del bebé de Nuevo Roces, ahora en libertad con cargos ... , pidió al representante de la comunidad que trasladase al resto de vecinos que era inocente y que desconocía que su pareja estaba embarazada y que fuese la presunta asesina del recién nacido.
Su compañera sentimental, Silvia A. M., permanece en prisión comunicada y sin fianza acusada de asesinar a su hijo. Él duda ahora de su paternidad y aguarda la llegada de las pruebas de ADN que determinarán si es el padre biológico del bebé que apareció muerto en el contenedor ubicado justo frente a su casa.
La jueza encargada de la instrucción del procedimiento, que se encuentra bajo secreto de sumario, ordenó justo el día del arresto de la pareja que se procediese a cambiar la cerradura del piso en el que vivían y que se precintase para preservar las posibles pruebas del episodio violento. La vivienda, un ático en propiedad de la calle Jenaro Suárez Prendes, permanece cerrada con una cinta de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), que dirigió los trabajos que desencadenaron la detención de la madre biológica del niño y de su pareja sentimental.
El piso ha sido escenario de varios registros e inspecciones oculares por parte de la Brigada de la Policía Científica. Según explicó el propio comisario, Dámaso Colunga, durante la celebración del patrón de la Policía Nacional, «en esos registros se han localizados cosas que ahora se están analizando».
En las casi dos semanas transcurridas desde el arresto de los sospechosos, los vecinos han ido haciendo memoria y reconstruyendo los recuerdos que tienen de ellos los días en torno al macrabo hallazgo en el contenedor. «Apareció de madrugada, pues esa mañana que estábamos varios vecinos en la puerta del portal comentando la tragedia, llegó Silvia, escuchó la conversación sin inmutarse, no dijo ni una palabra y a los pocos minuto subió para casa», relata uno de los moradores del inmueble. «No sabíamos ni que estuvo embarazada, siempre llevaba ropa ancha», añade.
A los dos días, la pareja se fue de vacaciones a la zona de Levante y regresó a finales de agosto, cuando ya parecía todo más calmado.
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