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Cristina Martínez, Javier Sánchez, Celia Martínez, Sergio Hernández, Valeria Torres y Pablo Braña, amigos de Claudia, reunidos por EL COMERCIO. Damián Arienza
«No se puede castigar al acosado»
Caso de 'bullying' en Gijón

«No se puede castigar al acosado»

Los amigos de Claudia hacen piña: «El acoso lo silencian los colegios, las familias y los alumnos. Esto no es una broma. No es una cosa de niños»

Miércoles, 3 de mayo 2023, 03:27

Los seis amigos de Claudia González que ha reunido EL COMERCIO han sido testigos a lo largo de sus distintas fases educativas de episodios de acoso escolar. De escenas de inquina, ensañamiento, insultos y agresiones. Todos han visto como en sus colegios o institutos han mirado para otro lado. «Lo silencian los profesores, las instituciones, las familias y los alumnos», denuncian días después de que su íntima amiga se haya quitado la vida tras denunciar haber sido víctima de bullying en el colegio de la Asunción. Sus declaraciones son casi un grito de auxilio: «No es una broma. El acoso no es cosa de niños. Hay gente que necesita ayuda».

Cristina Martínez, Valeria Torres, Pablo Braña, Celia Martínez, Javier Sánchez, Alba Ordiz y Sergio Hernández claman a la comunidad educativa por soluciones urgentes. Chavales de 19 y 20 años que el pasado viernes estuvieron más de siete horas intentado localizar a Claudia por Gijón para evitar el fatal desenlace. «No tengo palabras para explicar cómo me siento», dice Cristina. «No soy capaz de procesarlo», cuenta Valeria. «Nunca había estado tan nervioso», relata Sergio, quien desde Madrid siguió las labores de rescate. Algunos de ellos lamentan no haber leído antes en las redes sociales el aviso de Claudia. «Igual podíamos haber hecho más si lo leemos antes».

Su empeño pasa ahora porque la muerte de Claudia no caiga en saco roto. Se dirigen con gran entereza a los acosados, a los acosadores y a las instituciones académicas. «A quien sufre le diríamos que, aunque se vea en la oscuridad más absoluta, siempre hay alguien dispuesto a ayudarte. Siempre hay gente que te quiere, y a ellos debes aferrarte», aconsejan.

«Todo deja huella»

A quien hace daño por satisfacción o por querer ganar un rol en el grupo a costa del sufrimiento ajeno les advierten de que «todo comentario dañino, malintencionado o no, cuenta. En el instituto o en el colegio todo lo que nos dicen es de vital importancia para nuestro desarrollo. Todo deja huella».

Insisten en que «no es una cosa de niños». Y por eso piden al Principado que cambien los protocolos, a los colegios que se impliquen, a las familias que eduquen y a los niños que señalen al acosador. «No se puede castigar al acosado», exclaman. Los siete cuentan que han visto cómo los centros «han preferido que la víctima se fuera o se quedara en clase en los recreos. Se quitan los problemas de encima».

Durante el curso 2021-2022, el Principado recibió 167 expedientes para su evaluación, de los que 40 fueron considerados con evidencias de situación de acoso escolar. Son apenas un 24%. «Es evidente que tienen que hacer cambios radicales porque raro es el adolescente que no tiene un caso cercano. Los acosos son cada vez más graves. Los castigos tienen que ser mucho más severos», reclaman.

«Parecía que estaba mejor»

Claudia -cuentan- nunca les ocultó su depresión: «no la aconsejábamos, simplemente la escuchábamos». La joven gijonesa luchó «como una campeona» durante años para superar su depresión. «En sus peores días hacía un esfuerzo por salir de casa. Ella no quería estar triste. Siempre que podía nos mostraba una fortaleza y una compostura enorme», refieren sus amigos a este periódico.

«Tú siempre estás aquí para nosotros, y nosotros no nos vamos a ir de tu lado nunca. Y si es así es porque te mereces que estemos aquí contigo», le repetían casi como un mantra.

No la van a olvidar. Ni quieren. Ni deben. En su recuerdo estarán sus audios contándoles «la que había liado 'Danita', la noche de chicas en casa de Celia haciendo ejercicios del gimnasio en el sofá («tenemos un vídeo de eso que es brutal», recuerdan entre risas»), sus infinitas fotos con botes de Nutella («no hay nada mejor que el chocolate», decía»), o la «intensita» jornada de pesca. Echan de menos a Claudia.

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