«¿Qué quieren? ¿Que muera alguien antes de acabar con las carreras ilegales?»

«No nos atrevemos ni a salir a caminar y si vamos en coche, vamos con miedo, la situación es insostenible». Los vecinos de Somió reclaman al Ayuntamiento «medidas urgentes» para atajar lo que se ha convertido en «un problemón» para la parroquia. Las carreras ilegales han vuelto a tomar carreteras y caminos y han puesto a los residentes en pie de guerra. «Llevamos sufriendo esto más de diez años, ¿qué quieren?, ¿que muera alguien antes de poner soluciones?», se preguntan.

El problema se ha agravado desde el fin del estado de alarma, después de unos tres años en los que la tranquilidad había sido la tónica general. La presión policial hizo que en 2016 las carreras ilegales se desplazasen a otros entornos. Ahora han vuelto a Somió y lo han hecho con otras características. «Antes eran coches más modestos, preparados con alerones y demás, pero de menor cilindrada. Lo que se ve a día de hoy son coches de gran potencia, que alcanzan mucha más velocidad y meten un ruido tremendo día y noche», dice Miguel Ángel González-Posada, miembro de la directiva de la asociación de vecinos de Somió.

Y es que aunque la mayoría de las carreras ilegales se celebran durante la noche, durante el día tampoco están libres de molestias. «Los escuchas a cualquier hora, pero de madrugada vienen más y es cuando suelen celebrar las carreras», comenta Soledad Lafuente, presidenta del colectivo vecinal.

«La última ocurrencia que tuvieron los participantes es que intentan tapar el ruido de motores lanzando tracas, ya por dos veces las lanzaron de varios minutos a las cuatro de la mañana, despertaron prácticamente a todo Somió», lamentan.

Si anteriormente estas prácticas delictivas se circunscribían a la carretera Piles-Infanzón, ahora han tomado también otras zonas, como la de la Pecuaria o los alrededores de la carbayera. «Si te los encuentran de frente, date por perdido, no hay sitio ni para apartarse», consideran.

En los últimos días la Policía Local y la Guardia Civil han reforzado la vigilancia. Hace diez días el Instituto Armado detenía a tres conductores en las inmediaciones de La Llorea por conducción temeraria. Llegaron a circular en dirección prohibida, a velocidad que supuestamente duplicaban la permitida. «No sabemos cuál es la solución, eso tendrían que decirlo los técnicos que son los que saben, pero necesitamos dejar de sufrir estas molestias porque cada vez va a más y cualquier día hay una desgracia gorda», lamenta Soledad Lafuente. La asociación ha solicitado a los vecinos que les alerten de cualquier incidencia para trasladar al Ayuntamiento el alcance de la situación.