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Ana González mantiene la promesa que hizo ya hace prácticamente un mes, durante la celebración de la Fidma, cuando se empezó a barruntar el proceso de recogida de firmas. Desde entonces dijo que no se iba a pronunciar sobre este proceso que, de culminarse, conllevaría ... la celebración de unas primarias. A ellas, dado su silencio sobre todo cuanto acontece con la recogida de firmas, tampoco se sabe si se presentaría o no.
Intentos para preguntarle ha habido muchos. La alcaldesa, que ha mantenido su agenda diaria con multitud de actos, no se ha negado en ningún momento a hablar con la prensa. Pero, llegados a esa cuestión, recurrente, se reafirma en no hacer declaraciones. Ayer tocaba la inauguración del curso escolar. Y con aquello de que Ana González es profesora, parecía una ocasión que ni pintada para hablar de presente y futuro. «No tengo otro trabajo. Estoy comprometida, me pagan un sueldo y me debo al compromiso adquirido con la ciudadanía», respondió.
La otra cuestión, que también se repite una y otra vez, es sobre esa recogida de firmas. La alcaldesa respondió que «lo que me interesa es recoger las firmas para los proyectos que estamos licitando, de obra, para el presupuesto, porque mi obligación y mi trabajo se llaman Gijón, solo Gijón».
La postura expresada ayer no cambia en mucho la que se le había escuchado en las últimas semanas. Hace diez días dijo sentirse «tranquila» y «centrada en a labor de gobierno». Ya entonces advirtió, o reiteró, porque la postura no era nueva, que «no haré declaraciones sobre el proceso por respeto a la ciudad y al partido».
Las partes parecen irreconciliables en el corto plazo. El hecho de que ayer se difundiese el comunicado de los afines a Ana González no ha aplacado los ánimos. Julio Bruno Bárcena señala que «está muy bien, pero les ha costado ocho días. Mientras tanto la Ejecutiva se ha dedicado a actuar de forma sectaria».
Del lado movilizado en recoger firmas, y que está a unas decenas de lograrlo, ayer se mantenía que «va muy bien» y se mostraban «esperanzados» con llegar a las 592 que se exigen como mínimo. Respecto al escrito enviado por la Comisión de Ética de la FSA sobre las posibilidades de retractarse de las firmas, los promotores se muestran «extrañados» en que desde los partidarios de Ana y los órganos de la FSA se haga tanto hincapié «en un asunto que solo debe estar preocupándoles a ellos». Los promotores insisten en que «aquí viene la militancia con mucha ilusión, y lo hacen libremente».
Así que lo que queda es leer entre líneas, quien crea o pueda hacerlo. Y quedarse con esos momentos en los que todo político baja la guardia, como esa reciente visita al rastro de Gijón, hace un par de domingos, cuando exclamó aquello de que «tila no la tomo. Desde hace años yo soy más de manzanilla».
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