Pensar y actuar como socialistas

Este proceso, solicitado por un amplio grupo de militantes y regulado por la Comisión Ejecutiva Federal, se está poniendo en duda, por parte de compañeros y compañeras, a través de acusaciones muy gruesas contra los impulsores de las primarias y quienes las apoyan y contra la propia Comisión Ejecutiva de la agrupación.

Es posible estar a favor o en contra de que haya primarias en Gijón, pero amplificar el debate poniendo en duda su legitimidad o las intenciones de quienes lo promueven o lo apoyan no contribuye en nada a lo que debemos lograr: que cada militante se pronuncie con libertad y en conciencia. Por ello me gustaría precisar, brevemente, algunas cuestiones.

La primera, la más importante, es señalar que la alcaldesa de Gijón tiene y tuvo, desde el primer día de mandato de la Comisión Ejecutiva municipal, toda nuestra colaboración. A su gran potencial de trabajo, hemos sumado el de una agrupación que tiene una amplia militancia y un gran conocimiento de la ciudad y de su ayuntamiento. Para ello, hemos constituido grupos de trabajo sobre todas las cuestiones importantes para la ciudad, en los que ha participado el grupo municipal socialista.

No dejamos solo a nuestro gobierno. Condenamos y hemos rechazado públicamente las descalificaciones misóginas que se han hecho de la alcaldesa.

Que alguien que no haya participado en la agrupación no conozca estas circunstancias, no significa que no existan. Existen y continuarán en el futuro.

La segunda es señalar que la agrupación socialista de Gijón es la organización política que representa a la mayor parte de la ciudadanía gijonesa y que eso nos convierte, necesariamente, en representantes de las instituciones que gobernamos y cauce de las aspiraciones de la sociedad. La representación de mayorías amplias puede crear, en ocasiones, tensiones internas, pero estas se resuelven siempre por cauces democráticos.

Por ello, no tienen cabida en este proceso del partido, ni en ningún otro, las manifestaciones que ponen en duda los valores o el compromiso de una compañera o un compañero por sus opiniones. Todas y todos estamos sometidos a la rendición de cuentas, por nuestras responsabilidades políticas, pero nadie debe rendir cuentas sobre su pensamiento y su conciencia.

Todos los socialistas de la agrupación queremos lo mejor para la ciudad, sea cual sea nuestra opinión. Nuestra principal obligación, estos días, es preservar los cauces de diálogo, manifestando nuestras opiniones con respeto a quien no piensa igual. No somos menos socialistas, ni menos feministas, ni estamos menos comprometidos con el futuro de la ciudad por pensar de una manera u otra. Elegir entre compañeras y compañeros capaces es, en el PSOE, un derecho de los militantes.