Monchu García dice que el proceso de recogida de firmas está siendo un «ejemplo de participación»

Los tiempos se empiezan a agotar, y eso se nota en los momentos, cada vez más acelerados. La sucesión de hechos más o menos noticiables se agolpa. También las declaraciones. En uno y otro bando. Porque, en las últimas semanas, en eso parece haberse convertido el devenir del socialismo gijonés. El 'barullu', como bautizó Adrián Barbón, que acabó por hacerse realidad.

La semana de la recta final arrancó así. Lunes. Faltan tres días, y unas horas, para que se pare el reloj del proceso de recogida de firmas que forzaría unas primarias. A primera hora, el secretario de Organización del PSOE en Gijón tiene que dar salida a una de las peticiones que le hizo llegar un grupo de militantes afines a la alcaldesa. La resolución de la Comisión de Ética de la FSA había llegado la noche anterior, justo después de que el propio César González se hubiera comprometido por escrito con Guillermo Pescador (uno de los militantes firmantes) en que, en cuanto estuviera en su conocimiento, se resolvería «con la mayor celeridad posible». Así fue. En cuanto se subió la persiana de la sede de la Casa del Pueblo, y mientras un grupo de afiliados tomaban sitios para seguir recogiendo firmas, desde ese mismo lugar se enviaba por correo electrónico y whatsapp un escrito en defensa de Ana González. El mismo que había adelantado EL COMERCIO a primera hora.

Esto no alteró la hoja de ruta, ni mucho menos los ánimos de quienes apuestan por unas primarias. «Vamos muy bien», decían sin querer dar cifras exactas, incluso esperanzados con que se superará la barrera de las 600. Hace un par de días estaban en 525. Por contra, los firmantes del escrito a favor de Ana González siguen diciendo que llega tarde y acusan a la dirección local de actuar «de forma sectaria». Siguen quedan dos cuestiones por resolver: si se autoriza la reserva de un lugar específico en la Casa del Pueblo para los defensores de la alcaldesa y si existe o no la opción de retractarse de la firma. Esta última duda ha ido escalando, de Gijón a la FSA, y esta última ha elevado consulta a Ferraz.

Mientras todo esto sucedía en la Argandona, Ana González defendía su compromiso con la ciudad en la inauguración del curso escolar, y el secretario general de los socialistas gijoneses, Monchu García, se reunía con la Fundación Mar de Niebla para realizar un diagnóstico de los problemas del barrio.

García, que dijo que esa visita es su forma de dar arranque al curso político, defendió que desde la Ejecutiva local «se está haciendo lo que se tiene que hacer». Respondía de esta forma a las acusaciones de falta de neutralidad de los dirigentes gijoneses que se están lanzando desde algunos sectores del partido. Dijo que «las reglas están para cumplirlas» y que «cuando se tiene dudas, hay que resolverlas». Con todo este ruido de fondo, Monchu García apeló al ejemplo que, según destacó, se está dando desde Gijón. «Esta agrupación está siendo adalid de la innovación haciendo algo que no se hace en ningún sitio», enfatizó . Declinó hacer valoraciones sobre el proceso aunque señaló que «es positivo que haya una movilización como la que está habiendo, tanto a favor como en contra» siendo un «ejemplo de participación».