Las nuevas claves de la parcela del comer

La Jornada del Sector Agroalimentario de Asturias vuelve a ser presencial en su tercera edición -celebrada este jueves en el Club de Regatas de Gijón- para demostrar el papel protagonista de la parcela de la producción y el comer. Y, más en detalle, las posibilidades de futuro y todas las nuevas claves que ha dejado una pandemia que lleva más de un año alterando lo que hasta entonces considerábamos normal.

Las nuevas líneas de negocio son uno de los pilares sobre los que se sostiene el programa de la cita, organizada por EL COMERCIO con la colaboración del Foro Interalimentario y Liberbank. De hablar en primera persona se encargarán tres personas vinculadas que han sabido ver el futuro y adecuarlo a proyectos personales.

José Francisco Pérez escogió la harina de castaña. Este tinetense creció en una familia vinculada a la madera, así que fue testigo de cómo el aprovechamiento del característico árbol de los bosques asturianos caía progresivamente. Crea Bosqfrut en 2013 con la firme voluntad de «poner al castaño en el lugar que se merece». Su proyecto es un círculo cerrado porque Pérez es proveedor de planta autóctona, productor de castaña y elaborador y vendedor de su harina. Y esto no acaba aquí, porque su futuro inmediato pasa por la elaboración de productos terminados a partir de su materia prima. Dispone de un monte en el suroccidente con capacidad de producir castaña en 15 hectáreas, de las que ocho están en ecológico y siete requerirían trabajo preparatorio. La gran mayoría de su producción, entre un 80% y un 90%, es castaña valduna.

María Monge representa a la perfección aquello de que querer es poder. Porque si hay que reproducir en Belmonte de Miranda el viento estacional que deja lluvias torrenciales en Japón, pues se hace. El monzón es lo que necesita la seta shiitake, que se cultiva en tronco -roble y castaño, principalmente-, no en sustrato para darse en estas latitudes. Un poco antes de montar Shiit-Astur en 2019, esta sevillana y su marido habían tomado la decisión de mudarse a la naturaleza poniendo punto y final a su periplo en Madrid, donde «la conciliación familiar era imposible».

El Cuco es el ejemplo de que no hay que nacer 'millennial' para serlo. Esta empresa cárnica echó a andar en 1958 y hace cuatro años sumó a su gama tradicional la marca Bienastur, de productos naturales y ecológicos. Lo hizo su segunda generación, Mariluz Suárez, hija del matrimonio que primero abrió una tienda en el Fontán y ocho años después montó la empresa. La gama Bienestar engloba productos sin aditivos, conservantes, colorantes, gluten... «Son embutidos 'sin' para gente con ganas de cuidarse», explica Suárez, al tiempo que destaca el trabajo del área de Investigación y Desarrollo de El Cuco.

Los tres han participado en una mesa redonda que ha sucedido las ponencias 'AICA: un organismo público al servicio del sector agroalimentario español', de Gema Hernández Maroñas, directora de la Agencia de Información y Control Alimentarios del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, y 'Presente y futuro del sector agroalimentario', a cargo de Víctor Yuste, director general del Foro Interalimentario, quien puso el altavoz en las fortalezas del sector agroalimentario y el tejido productivo porque si algo ha demostrado el coronavirus, es que están cambiando los hábitos y formas de consumo.

La financiación empresarial es el otro gran pilar de la jornada. Por eso, Octavio Go'nzález Mateos, responsable de Agroalimentario en Liberbank, ha hablado de los soportes financieros para emprendedores y empresarios agroalimentarios'.

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