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La jornada inaugural de FéminAs ha dejado de todo: platos elaborados en base a la identidad de diferentes latitudes, productos que, pese a un mercado globalizado, son aún desconocidos en España e historias de superación, cocina y vida. El Parador de Corias, en Cangas del ... Narcea, ha sido el punto de partida de la segunda edición del Congreso Internacional de Gastronomía, Mujeres y Medio Rural, organizado por Vocento Gastronomía con el apoyo institucional del Gobierno del Principado.
En su escenario contaron y cocinaron su historia a lo largo de la mañana la ecuatoriana Carolina Sánchez, las asturianas Ángela Pérez, Mayte Álvarez y Pepe Ron, la argentina Carito Lourenço, las peruanas Mónica Huertas, Beatriz Villanueva y Maruja Ramos, la granadina Rosa Macías y la marroquí Najat Kaanache.
La ecuatoriana Carolina Sánchez mostró la despensa amazónica. Abordó los productos y las técnicas de su país natal que muestra en su restaurante riojano. «En íkaro, he querido mostrar la parte más desconocida de la cocina ecuatoriana. Es un país pequeño, pero tiene cuatro zonas muy diferenciadas y el papel de la mujer está muy marcado», resumió antes de empezar a trabajar con macambo, neapia y guayusa, entre otras cosas.
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Después fue el turno de volver al territorio, al suroccidente. Tarea que representaron las guisanderas Ángela Pérez (Casa Emburria) y Mayte Álvarez (Casa Lula) y Pepe Ron (Bar Blanco). Procedentes de Tineo y Cangas del Narcea abordaron los platos típicos de la zona y los productos que les hacen únicos, como el pote, el chosco y los escabeches, y recordaron los tiempos en los que los productos del río tenían espacio en su negocios. «Ahora se pueden pescar, pero no comercializar. Quizá habría que llegar a un punto común», coincidieron, moderados por el periodista Carlos Maribona.
La argentina Carito Lourenço decidió abrir, hace siete años, en Valencia, «una extensión del salón de casa». En ese espacio, en su restaurante Fierro, «queremos dar de comer a la gente como lo hacían nuestras madres y nuestras abuelas». La chirivía fue el producto que protagonizó el resto de su ponencia.
La emoción llegó con las peruanas, que llegaron a Asturias «llenas de emoción y agradecidas» por poder compartir la historia y valores de la cocina mestiza de la picantería arequipeña. Hablaron de fermentos, de tradición heredada de generaciones y de valores. Y para explicarlo prepararon chicha morada y platillos. «Gracias por dejarnos contar nuestra historia en Europa», celebraron al ritmo de música y cante ante el aplauso de los presentes, entre los que estaban incluidos alumnos de la escuela de hostelería de Gijón.
«Yo no tenía ni idea de cocina, aprendí a base de pruebas y errores», dijo Rosa Macías al inicio de su intervención. «Dejé de trabajar en una peluquería porque me sentaban mal los productos, me casé con Paco [Marín] y montamos el Bar FM, en Granada», rememoraba. Ese restaurante, que hoy es un referente en la ciudad andaluza, empezó siendo «un bareto que daba desayunos y que ponía copas, un sitio que tenía unos horarios interminables», aseguraba Marín. Pero esa dinámica pronto empezó a cambiar porque Rosa cogió una libreta de sus hermanas, con algunas recetas, y empezó a desvivirse por sacar aquella cocina adelante.
Najat Kaanache nació en País Vasco, pero sus padres son marroquíes. Ahí, en Fez, abrió ella su restaurante tras pasar por los mejores restaurantes de medio mundo. En FéminAs llegó dispuesta a defender la cocina andalusí y su calado en la península ibérica, así como a enseñar su tipo de cocina, auténticos lienzos sobre el plato. «El mundo ya es muy negro, yo necesito ver colores en mi día a día», expresó.
«FéminAs es la receta perfecta para Asturias», definió la consejera de Cultura, Política Llínguística y Turismo, Berta Piñán, durante la inauguración oficial del congreso. Lo tiene, dijo, porque la región reúne ingredientes clave: sostenibilidad sin perder de vista nuestras raíces. «No se me ocurre mejor manera que fusionar mundo rural y cocina que estos parajes», defendió la consejera. Parajes en los que el director general de Vocento Gastronomía demandó «más terreno para la viña».
«No debemos olvidar que la propuesta aquí es recocinar, es decir, evolucionar la cocina sin olvidar la base de cada una», recordó el alcalde de Cangas, José Víctor Rodríguez, quien celebró el legado protegido por las mujeres y poder conocer el legado culinario de otras partes del mundo.
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