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El gijonés Ramón Luis Bande, una referencia imprescindible en el FICX con cada nuevo trabajo, presentaba ayer en Albar su último largometraje 'Retaguardia' (2024). ... Estrenada en el Festival de Monterrey, esta es la premiere europea de un film definido por el propio autor como un «documental especulativo» que expone la reconstrucción de una colección de películas de propaganda del gobierno republicano de Asturias en 1937, a modo de noticieros de guerra, que pudo haber existido y de la que hay evidencias, pero de las que no se conserva una sola imagen.
Sobre ella, de la mano de Fran Gayo y respondiendo a las preguntas de los medios, el cineasta explicó la relación directa entre 'Retaguardia' y su anterior largometraje: 'Vaca mugiendo entre ruinas' (2020). El cineasta explicó que «en aquella intentaba recuperar una historia obturada, la del Consejo Soberano de Asturias y León y para construirla trabajé bastante en archivos, hemerotecas, las 9.000 imágenes del archivo del fotógrafo Constantino Suárez. Y de esa labor de documentación salió la base para esta nueva película, ya que a cada poco me encontraba con la existencia de un cine rodado en Asturias en aquella época, desde noticias directas sobre el rodaje de una película, un proyectó que llegó a ser aprobado, o a que el periodista de 'Avance' Ovidio Gondi llevaba siempre una cámara de cine registrándolo todo». De esa base saldría la idea de «reconstruir ese cine en potencia que 'Retaguardia' intenta desarrollar y convertir esa virtualidad en película en 2024».
Acerca de los elementos de ficción que introduce en el nuevo filme, una novedad frente a su obra anterior y en concreto a 'Vaca mugiendo entre ruinas', Bande aseguró que 'Retaguardia': «Es más juguetona. Me planteé con los mismos materiales de 'Vaca...': cuadros de Piñole, fotografías de Suárez y textos de Avances, añadir el factor de imaginación sobre unas evidencias que creo posibles, aunque también con la duda de que tanto pudo existir como no. Por eso hablo documental especulativo, es una especulación de que ese cine pudiera haber existido y que de ser así pudiera parecerse en algo a lo que hice. Eso te deja una gran libertad», aseguró.
Como en toda su obra, también en esta hay una reflexión y un ensayo en la práctica acerca del propio lenguaje documental. Sobre ello, el creador gijonés apuntó que 'Retaguardia' partió «de mi cabeza como si el cine no se hubiese inventado o estuviera por inventar, desde esa reflexión de en qué consiste una imagen cinematográfica. Qué está detrás de esa construcción daba juego para muchas coss, entre ellas plantear un tiempo estático en la pantalla (salvo la animación de dibujos de Goico Aguirre), a cómo se construye movimiento con una colección de imágenes fijas, partiendo de la teoría del intervalo de Vertov de introducir el movimiento en la cabeza del espectador del contacto de una imagen con la siguiente», desveló. También el conflicto o choque que plantea entre la voz en off (del locutor Federico Volpini) y las imágenes: «tienen una relación dialéctica todo el tiempo, ninguna ilustra a la otra: la voz fuerza el significado de la imagen y ésta se resiste a ese significado que la voz le propone».
Otra novedad en el cine de Bande, ha sido contar para esta película con una banda sonora original compuesta por la música Sara Muñiz, algo que en palabras de su director: «lleva la película a otro lugar y provoca una nueva dialéctica, el reto de cómo trabajar con un material tan altamente emocional como la música sin que esa emoción llegue a cambiar el significado de la imagen». El gijonés no escatimó elogios a la colaboración de Muñiz: «Una compositora de un talento descomunal y una de las grandes músicas de neocontemporánea que hay todo el estado y que va a tener un gran futuro en el mundo de las bandas sonoras».
En su presentación, Ramón Lluis Bande, también abordaría la dimensión política de toda su cinematografía e igual de presente en este largometraje. Una pulsión que parte de un compromiso ético hacia una historia de Asturias, que en el periodo de la guerra civil, afirmó «apaece dividda en fragmentos para que pierda significado y donde hay procesos directos de borrado: que los asturianos no sepan quién fue Belarmino Tomás, es un déficit democrático enorme y que no pasó así porque sí. Para la izquierda institucional asturiana era conflictivo ese pasado incómodo y quedó aparcado. Y para la historiografía oficial, ese periodo es solo una nota a pie de página». En ese sentido, expresó su convicción de que «son necesarias estas historias sobre todo desde las clases populares para orientarnos en el presente. Si las conociéramos no habría sido tan fácil el blanqueamiento del fascismo en España, porque ellos sí tienen memoria».
Bande opinó igualmente sobre la realidad de un nuevo cine asturiano, para el cineasta «un proceso intermitente en estos últimos 20 años que fue desarrollando una corriente hegemónica de los lenguajes de la no ficción y que coincide en ver a Asturias como preocupación y no como tema». En esa línea estárían algunos nombres que citó el autor de 'Retaguardia' : Elisa Cepedal, Tito Montero, Celia Viada Caso, Pablo Casanueva o Diego Flórez. Sobre los dos últimos los puso como muestra «de la buena representación que hay en esta edición del FICX en calidad». Y de todos ellos afirmó que representan a ese nuevo cine asturiano en «una mirada que hace de la necesidad virtud y no busca la financiación exclusivamente fuera del territorio ni metiéndose en canales industriales, sino a la vez que se define, también define un modelo propio de producción que es la única manera de que sea factible una cinematografía asturiana».
Preguntado finalmente por su relación con la ficción, Bande dejó la primicia de que su próxima película tal vez lo sea: «Será sobre Tomasín, cuyo caso seguro recordarán y como excusa para hablar sobre qué pasa cuando nos quedamos sin comunidad, cuando un individuo se queda solo sin comunidad». Y es que, a pesar de que confesó que «hubo un momento en que la ficción dejó de ser para mí un alfabeto utilizable, hay pocas que me interesen, porque creo que el trabajo de no ficción aunque sea con recursos ficcionales abre un camino más libre a la investigación», Bande añadiría con humor: «Cada cierto tiempo suelo grabar alguna ficción aunque sea solo para descubrir lo patán que soy haciéndola y así volver a la no ficción que es donde me siento realmente cómodo».
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