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J. L. GONZÁLEZ / S. TEJEDOR / J. M. CAMARERO
GIJÓN / MADRID.
Viernes, 18 de marzo 2022, 00:52
La tensiones en las cadenas de suministro afectan ya de lleno a las de la alimentación. Fuentes del sector señalan que en Alimerka, una de las principales empresas de distribución de la región, la situación es «bastante peor» de la que tenían hace solo ... unos días. Los «ataques» a camiones se han elevado, lo que dificulta el aprovisionamiento. Las mismas fuentes señalan que el suministro en tienda está garantizado en la medida en que los camiones de corto y medio recorrido puedan seguir circulando, por lo que no se esperan problemas de desabastecimiento en el corto plazo.
Más problemas se están encontrando en esta cadena en los largos recorridos. La estrategia de Alimerka se basa en una estructura logística que les permite contar con un gran acopio de productos en la región que salen después hacia los supermercados. Pero, para abastecer este centro logístico, es necesario que lleguen camiones de largo recorrido. «Moverse por Asturias es complicado, pero llegar a Asturias es aún más difícil».
En la lista de alimentos con los que empieza a haber problemas figuran la harina, la pasta, los aceites y el pollo. «Se está complicando alimentar el centro logístico. Está bajando el 'stock'».
El foco también está puesto en los productos frescos. Las organizaciones nacionales del sector alertan de una «importante reducción» de llegada de mercancía de frutas y hortalizas a sus unidades, aunque «se ha garantizado la oferta de todos los productos». Advierten de que si persisten los problemas de suministro hortofrutícola, principalmente el procedente del sureste meridional y zonas de origen de mayor producción como Almería, Granada, Huelva, Málaga o Murcia, «se producirá escasez, incluso desabastecimiento de los más perecederos»: la fresa, la berenjena, el calabacín o el tomate son los más afectados.
Una gran paradoja es la del sector lácteo. Con las fábricas llenas a rebosar de productos, no tienen forma de sacarlo de sus instalaciones, lo que las coloca en serio peligro. En Asturias, es el caso de CAPSA y Reny Picot. La primera advierte del «riesgo de colapso», mientras que la segunda, según fuentes sindicales, ha decidido ya reducir su producción.
La visión en los mercados es por ahora diferente. «No nos faltan productos. Hay provisión para unos cuantos días y la huelga se arreglará». Esta es la opinión compartida de comerciantes del Mercado del Sur de Gijón, especialmente, los de pescaderías, que ayer se lamentaban, eso sí, de que la clientela está «desconcertada» y algunos de los habituales dudan entre comprar más artículos de lo cotidiano o, por el contrario, esperar. «Nos preguntan mucho qué va a pasar», coinciden. «Habitualmente compro lubina, hoy merluza, por si acaso», dice Chely Arenas. Consume en Pescados Los Playos, que regentan los hermanos Pedro y José Fernández, que aseguran que «no nos podemos quejar. Aunque falte algo, estamos, más o menos, al 70% de algunas cosas y del resto seguimos teniendo de todo».
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