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N. A. ERAUSQUIN
GIJÓN.
Martes, 7 de mayo 2019, 04:59
Más que mirar a Arcelor, tras conocerse el anuncio de que la empresa reducirá la producción en sus plantas de Gijón y Avilés, media Asturias se giró hacia Bruselas. La decisión de la multinacional tiene mucho que ver con lo que se dirime en ... la capital europea, a la que la compañía reclama un arancel ambiental para compensar el precio que paga por el CO2 y medidas de defensa comercial ante el acero que llega de fuera de la UE. Y, en esa reclamación, tiene el apoyo del Principado y los agentes sociales, que ayer insistieron en pedir el fin de la «competencia deselal».
El consejero de Empleo, Industria y Turismo, Isaac Pola, más allá de confiar en que el recorte sea circunstancial y pueda corregirse «en un periodo de tiempo corto», insistió en la necesidad de un arancel que permita competir en igualdad a todos los actores y medidas para que el precio de la energía no sea tan diferente al de otros países.
En la misma línea se manifestó el presidente de Fade, Belarmino Feito, que espera que la decisión no tenga «un gran impacto sobre el empleo». En su opinión, la decisión de Arcelor pone de manifiesto «la ineficacia de las medidas arancelarias» de la UE, basadas en cupos, y censuró el incremento tan relevante de importaciones que «crea una desigualdad importante para los fabricantes de la UE, que tienen que soportar costes medioambientales y energéticos superiores». «Nos movemos en un marco de desprotección absoluta», recalcó Feito, que también puso el foco en los costes energéticos.
Por su parte, el presidente de Femetal, Guillermo Ulacia, destacó su preocupación por «la estrategia de exportación hacia Europa de productos transformados desde los países extracomunitarios para evitar los aranceles aplicados por la UE y que no tienen los costes medioambientales y energéticos» de los asturianos.
Los sindicatos también reclaman una mayor protección de la UE para la industria comunitaria y a Arcelor que esta medida no condicione la negociación del acuerdo marco.
«Es una situación coyuntural y espero que no lastre las negociaciones», recalcó el secretario general de UGT-FICA en Asturias, Jenaro Martínez, que censura «la competencia desleal» que permite la UE a los países extracomunitarios. Su homólogo en CC OO de Industria, Damián Manzano, denunció también «el acero sucio», que llega de fuera, sin que se respeten las medidas medioambientales o laborales de los 28. «Esperemos que sea una decisión coyuntural y temporal y que no se trate de usar para negociar el acuerdo marco», insistió también sobre la medida de Arcelor.
Los responsables sindicales en las plantas coinciden en esta materia, pero también censuran que se vuelva a cargar sobre los trabajadores un problema del que no tienen culpa. Así Raúl Cueto, de UGT en Avilés, augura que la compañía presentará buenos resultados en el primer trimestre, mientras que su compañero en Gijón, José Manuel García, también pide que no se ligue esta decisión al acuerdo marco. Por su parte, el secretario general de CC OO en Arcelor, José Manuel Castro, denuncia que se aplica un recorte en Asturias con argumentos que son comunes para toda Europa; Segismundo Lorenzana, de USO, espera que la situación se pueda «superar bien» y Manuel Pular, de CSO, considera la decisión «un chantaje» a los trabajadores y al Gobierno.
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