NOELIA A. ERAUSQUIN | PALOMA LAMADRID
GIJÓN.
Miércoles, 14 de julio 2021, 05:13
Arcelor presentó ayer un proyecto que promete ser un antes y un después en la historia siderúrgica del país y por ende en la de la industria asturiana. La multinacional ya tiene su hoja de ruta para marcar «el gran comienzo del viaje a ... la descarbonización» en Asturias, como subrayó ayer el consejero delegado de la multinacional, Aditya Mittal, en el que es el mayor proyecto de transición energética que la compañía ha presentado en todo el mundo y que apuesta por la ruta más ambiciosa de las dos fijadas por la multinacional, la que se basa en la reducción directa del mineral de hierro (DRI). El plan implica realizar inversiones por 1.000 millones de euros en su factoría de Gijón y hacerlo en muy poco tiempo, con el inicio de las obras el próximo año, y la vista en lograr reducir a la mitad sus emisiones en España de aquí a 2025. Se trata de abrir «una nueva época en la siderurgia en España», señaló también Mittal, en un acto celebrado en la entrada de la planta gijonesa de Sotiello y en el que también participó su padre, el presidente ejecutivo del grupo, Lakshmi Mittal; el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el jefe del Ejecutivo regional, Adrián Barbón.
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El proyecto de Arcelor, que ayer quedó plasmado en la firma de una manifestación de interés con el Ejecutivo central, pasa por una inversión de 1.000 millones para la que Arcelor confía en que el apoyo público cubra «al menos la mitad de los costes adicionales para permitir que sus plantas sigan siendo competitivas, mientras la empresa acelera su programa de descarbonización». El grupo, por tanto, confía en captar al menos 500 millones de euros de distintos mecanismos de financiación pública, principalmente fondos europeos, para lo que contará con el respaldo del Ejecutivo central, que se comprometió ayer, en palabras de Sánchez, «a explorar todos los instrumentos existentes» de respaldo al sector, tras la firma de «un memorándum de entendimiento», cuyo modelo plantea extender el Gobierno central a otros sectores.
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De los dos caminos fijados por Arcelor para abordar su descarbonización, para Asturias se elige la vía más ambiciosa, más cara y de la que se esperan mejores resultados, pero también más incierta, con tecnologías menos probadas y cuyos resultados se desconocen. Frente a la ruta 'Smart Carbon' (carbono inteligente), basada en la economía circular, la multinacional apuesta para Asturias por la denominada DRI, por las siglas en inglés de 'direct iron reduction' (reducción directa del mineral de hierro). El elemento central del plan que pone sobre la mesa Arcelor pasa por sustituir el actual horno alto 'A', cuya vida útil, en el mejor de los casos, terminaba en 2024, por una planta de reducción directa de mineral de hierro abastecida con hidrógeno verde, que contará con una capacidad de producción de 2,3 millones de toneladas anuales.
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P. LAMADRID / N. A. ERAUSQUIN
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Esto implicará también prescindir del actual sínter 'B', muy cuestionado por carecer de filtro de mangas, y que ya no será necesario, ya que su misión es tratar el mineral de hierro, el cok y los materiales fundentes antes de introducirlos en el horno alto. Se espera que para 2025 la planta DRI, la primera de estas características en España, pueda funcionar exclusivamente con hidrógeno verde, que será suministrado por un consorcio de empresas y que procederá de distintos lugares de la península mediante tuberías. Hasta entonces, el combustible de transición previsto es el gas natural.
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La planta DRI se completará con la transformación de la acería de Gijón, cerrando los convertidores y manteniendo las coladas. Como adelantó EL COMERCIO en diciembre pasado, se apuesta por un horno de arco eléctrico, cuya inversión concreta desveló Sánchez durante su intervención: 130 millones de euros. Se tratará de una infraestructura híbrida, ya que como materia prima podrá emplear tanto chatarra como DRI, que funcionará gracias a electricidad renovable y que tendrá una capacidad de producción de 1,1 millones de toneladas para abastecer a los trenes de carril y alambrón.
Por otro lado, un millón de toneladas de prerreducidos de hierro producidos en Gijón con cero emisiones se transportará en tren hasta la acería eléctrica de Sestao, en la que se invertirán 50 millones de euros adicionales para adecuarla a esta nueva materia prima. Además, se prevé que la alimentación de todas las instalaciones de la acería vasca pase a ser con electricidad renovable, lo que le permitirá ser la primera instalación de este tipo de todo el mundo con cero emisiones de carbono en el conjunto de su proceso.
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Además de desarrollar la transición hacia una industria siderúrgica descarbonizada mediante nuevos procesos de fabricación, la empresa se compromete también a impulsar aún más sus recursos en I+D en España para apoyar el nuevo proyecto y los requisitos en materia de innovación. Mientras que el Gobierno promoverá reformas e inversiones para impulsar el desarrollo y crecimiento de un sector industrial «más fuerte, más competitivo y sostenible», a la vez que facilitará «el máximo apoyo financiero» posible, de acuerdo a la legislación vigente.
De este modo, la mitad de las instalaciones de cabecera asturianas pasarán de un proceso siderúrgico basado en la ruta de horno alto y convertidor BOF (horno básico de oxígeno) a otro basado en la ruta DRI y acería eléctrica, que conlleva una huella de carbono mucho menor. De hecho, con estas inversiones Arcelor aspira a reducir a la mitad sus emisiones en España para 2025, lo que se cuantifica en un descenso de hasta 4,8 millones de toneladas.
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No obstante, quedará otra media cabecera con el método tradicional, aunque el CEO del Clúster Asturias, Oswaldo Suárez, reconoció a los sindicatos que la producción se verá reducida hasta unos cuatro millones de toneladas, de los 4,5 actuales. Seguirán funcionando como hasta ahora las baterías de cok, que tendrán un excedente que se prevé exportar.
Su futuro está garantizado, aseguró Suárez, ya que serán las más nuevas de Europa y el resto se irá cerrando. También permanecerá el sínter 'A', con el filtro de mangas ya instalado; el horno alto 'B', recientemente reformado, y la acería de Avilés, con capacidad para 3,8 millones de toneladas, aunque a largo plazo también se prevé la transformación de todas estas instalaciones hacia una ruta neutra en carbono. Asimismo, no se descartan nuevos anuncios e inversiones en el corto plazo.
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