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El Ejército de Tierra plantea dos programas para construir nuevos vehículos blindados en los que se espera que Asturias sea clave, sobre todo, tras ... el anuncio del presidente de Indra, Ángel Escribano, de que comprará a Duro Felguera sus instalaciones de El Tallerón para entrar de lleno en la fabricación de este tipo de equipamiento militar. El Estado Mayor desvela en el último número de la publicación 'Ejército' que dentro del ciclo de planeamiento 2024-2029 de las Fuerzas Armadas se desarrollarán dos nuevos programas: VAR y VCC. Hasta nueva orden, todos los blindados del Ejército de Tierra pasan por el Principado.
El primero consiste en la construcción de un Vehículo de Apoyo de Ruedas que serviría de complemento al Vehículo de Combate sobre Ruedas (VCR) 8x8 Dragon que el consorcio Tess Defence, formado por Indra, Escribano, Sapa y Santa Bárbara, ya fabrica en la planta de esta última de Trubia. Se trata de un 6x6 llamado a reemplazar una parte de los vetustos Blindados Medio sobre Ruedas (BMR) que se irán dando de baja con la llegada de los VCR. El segundo, del que se ha hablado más, es el VCC, sucesor del actual Vehículo de Combate de Infantería y Caballería (VCI/I) Pizarro, cuya licencia corresponde a Santa Bárbara.
Todo apunta a que estos nuevos programas son los que plantea el Gobierno que Indra pueda fabricar en Asturias. De hecho, no son una prioridad en el corto plazo, lo que daría tiempo a la compañía semipública a preparar las plantas productivas que requeriría y también a ahondar en las alianzas necesarias, sobre todo, si se mantiene la negativa de General Dynamics a venderle Santa Bárbara.
El camino de Indra para producir blindados tiene un escollo complicado: no cuenta con las patentes y el desarrollo que requiere un vehículo de estas características –sí los tiene Santa Bárbara–. Por tanto, serán fundamentales los socios que le acompañen en este proyecto y posicionarse como un integrador de sistemas válido. En el caso de Tess Defence, el papel de la filial americana de General Dynamics es clave, pero ante la mala relación actual entre las empresas –ahondada por la intención de Indra de comprarla– destaca el papel que puedan jugar otros fabricantes extranjeros que sí cuentan con ese conocimiento y patentes. Sobre todo, es relevante el acuerdo suscrito entre el grupo que preside Ángel Escribano y la turca Otokar, que ya se avanzó que sentaba «las bases para explorar nuevas oportunidades de colaboración en el ámbito de los sistemas terrestres» para combinar la experiencia de ambas empresas.
La firma otomana es especialista en diseñar y fabricar blindados y podría otorgar a Indra las licencias necesarias para construir sus vehículos en Asturias que, por otra parte, son muy reconocidos en Europa. De hecho, esta misma semana se hizo público un contrato entre Estonia y el fabricante turco para adquirir 230 unidades del ARMA 6x6. Además de este blindado, Otokar también cuenta con la gama sobre cadenas Tulpar, lo que encajaría con los intereses del Ejército de Tierra español.
La cuestión será ver qué papel tiene Indra en estos programas y, con él, la producción que podría venir al Principado. Cabe la posibilidad de que se quede como un agente comercializador que venda en España los productos de Otokar, pero las intenciones apuntadas por Ángel Escribano en el Congreso de los Diputados la semana pasada, van por otro lado. De hecho, insistió en que su objetivo es ampliar las capacidades fabriles que el grupo tuvo en su momento, «y que nunca se debieron perder», y también que es «un gran anhelo de nuestro ministerio, de nuestras Fuerzas Armadas, de nuestro Ejército de Tierra, poder tener una fábrica nacional». Otro aspecto fundamental para la economía regional es si este paso implica dejar sin contratos a la fábrica de Trubia de Santa Bárbara.
El vicepresidente de General Dynamics European Land Systems, Alejandro Page, visitó el jueves la planta de su filial Santa Bárbara Sistemas enTrubia para intentar tranquilizar a la plantilla sobre el futuro de la instalación, que teme una caída drástica de la carga de trabajo si el Ministerio de Defensa le da la espalda y deriva sus contratos a las nuevas capacidades fabriles con las que espera contar Indra, en la que el Estado tiene prácticamente el 28% del capital. Se da por sentado que si elGobierno impulsa a esta empresa a hacerse con El Tallerón de DuroFelguera para construir blindados es porque pretende adjudicarle los nuevos contratos que vayan saliendo.
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