
David González, director ejecutivo de la Agencia Sekuens
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David González, director ejecutivo de la Agencia Sekuens
«Indra apuesta por Asturias para aumentar la capacidad productiva con inversiones de alto calado»David González (Oviedo, 1974) asegura que llevan «dos años muy entretenidos» en la Agencia de Ciencia, Competitividad Empresarial e Innovación Asturiana (Sekuens), de la que ... es director ejecutivo. Buena parte de ese trabajo se ha centrado en el sector de la defensa, objeto de una estrategia iniciada en 2021 y que ya está dando frutos en forma de cuantiosas inversiones que sitúan a Asturias en la primera línea de una industria que, debido a los últimos movimientos geopolíticos, ha cobrado un protagonismo absoluto en Europa, que ya está dispuesta a rearmarse. Y ahí quiere posicionarse la región, apoyada en su tradición en el sector y su capital humano.
–¿A qué responde este interés de la industria de defensa por Asturias?
–Este interés de grandes corporaciones y también de empresas medianas y altamente tecnológicas responde a una estrategia bien diseñada, que se articuló hace ya cuatro años en la Consejería de Ciencia, con Borja Sánchez y conmigo, porque se empezaba a intuir que podría haber una desafección de ciertos países a una defensa común, especialmente europea. Ya se empezaba a hablar de soberanía tecnológica y de una soberanía nacional de industrias clave, incluso de un ejército único europeo. Pero eso era hace cuatro años, cuando no teníamos la situación geopolítica actual. Empezamos a articular todos los elementos claves para crear un ecosistema de defensa. Por una parte, la industria; nos ayudó mucho todo lo que había de empresas tractoras y la historia industrial de Asturias. Después, la Administración pública puso esa estrategia y herramientas para que eso se llevase a cabo. Hablamos con el Ministerio de Defensa y con el Ejército, especialmente con la Delegación de Defensa en Asturias y con el Regimiento, y también tuvimos a los actores económicos, como las cámaras de comercio, alineados.
–¿Y después de crear ese ecosistema?
–Desafortunadamente, ahora vivimos una época tremendamente convulsa y de incertidumbre, pero llevar cuatro años con esta estrategia nos ha permitido ser líderes, estar en primera posición con respecto a nuestros competidores a nivel nacional y europeo. Además, hemos hecho una estrategia muy focalizada en la especialización en todo lo que es Ejército de Tierra, herramientas y tecnologías terrestres. Estamos hablando no solo de vehículos, también de sistemas de drones terrestres, que se pueden además probar en el Regimiento Príncipe de Asturias. Y hemos creado una cadena de valor en la que se identifican las empresas y tecnologías que pueden ser duales, es decir, que pueden estar en el ámbito civil y pasar al militar, y al revés. Después hemos hecho un campo de pruebas para adaptar esa tecnología al sector de la defensa, para luego poder llegar a la comercialización de los productos. Eso que parece sencillo, lleva tiempo, pero ahora mismo vemos cómo empresas que empezaron con nosotros hace cuatro años están vendiendo ahora al Ministerio de Defensa.
–¿Se acercó el Principado a las grandes empresas que ahora plantean inversiones o fue al contrario?
–Definitivamente ha sido el Principado el que se ha acercado a las empresas porque había que conocerlas y ser atractivos para ellas. Hablamos de compañías como Indra, que factura más de 4.000 millones de euros y emplea a más de 60.000 personas en el mundo. Hemos conseguido que los dirigentes y los que tienen voz en el sector de la industria de defensa nos vean como gente fiable, honrada. Además, partimos con el activo de contar con una historia industrial, que significa que tenemos personal altamente cualificado para sectores de tecnología, fabricación e ingeniería. Y eso es algo que otras regiones en España y en Europa no tienen. Además, ahora mismo disponemos de suelo y energía. Pero no podemos ser complacientes, tenemos que ir a más y ser siempre más ambiciosos. Estamos en una posición privilegiada, pero nuestros competidores son rápidos.
–Indra comprará el Tallerón de Duro Felguera. ¿Qué supone esta operación?
–Es una noticia de ilusión para Asturias. Indra ha anunciado una apuesta firme por nuestra región, con una intención clara de aumentar la capacidad productiva a través de la ejecucion de inversiones de alto calado. Además, valora especialmente los grandes profesionales manufactureros que tenemos en Asturias y eso significa entender y tener sensibilidad por nuestra historia industrial. El perfil industrial de Ángel Escribano juega un papel fundamental. Sekuens y la Consejería de Ciencia llevan muchas horas de conversación y negociación con él. Una persona que nos consta que entiende y quiere a nuestra Asturias fabril. Una excelente apuesta.
–¿Qué papel desempeñará el centro gijonés en el ecosistema de defensa asturiano?
–Hay que ser muy cautelosos ahora mismo con dónde va a encajar en el ecosistema porque estamos hablando de proyectos que tienen muchas derivadas, como vemos por todos los actores que se están poniendo en el foco y están confluyendo en Asturias. Con lo cual hay que ser cautelosos y ver cómo van desarrollándose los acontecimientos.
–Este movimiento se produce tras la negativa de General Dynamics de vender Santa Bárbara Sistemas a Indra, aunque esta mantiene su interés. ¿Cuál sería la repercusión para Asturias de esta posible compra?
–Nosotros no podemos ir más allá de esperar que el resultado final asegure inversión para Asturias de acuerdo a la demanda que hay a nivel europeo. No podemos conformarnos con que sea una inversión para una demanda actual, independientemente del acuerdo al que se llegue. La fábrica de Trubia tiene que contemplar una demanda a 20 o 30 años y la empresa tiene que darnos indicaciones de eso. Debe asegurar capacidad productiva y un aumento de empleo porque en los próximos 10 años va a haber una demanda que, si Asturias no está preparada para tener esa capacidad, se va a quedar fuera del mercado. En Europa se están creando esos tractores nacionales que permitan tener capacidad productiva para atender a la demanda. Asturias y España no pueden estar fuera de esa jugada.
–En respuesta, General Dynamics ha asignado 50 millones en nuevos contratos a Santa Bárbara. ¿Le parece una partida suficiente?
–La política económica de Asturias para el sector de la defensa es ambiciosa. Aspiramos a ser líderes en el panorama global en diseño y fabricación de vehículos terrestres. Por ello, no nos conformamos con atraer contratos de 40-50 vehículos. Queremos y aspiramos a fabricar 1.000-2.000 vehículos en Asturias para ser el polo tecnológico y fabril de referencia. Y en consecuencia visualizamos inversiones de cientos de millones de euros para aumentar la necesaria capacidad productiva en la región. Es hora de que Asturias sea ambiciosa y tenga fuerza para liderar ahora mismo todo lo demás. Siendo una noticia positiva, nos parece insuficiente.
–A esto se suma la fábrica anunciada por Escribano, en la que prevé invertir 50 millones. ¿Se conocen más detalles?
–Es un tema confidencial y no podemos revelar nada, pero Escribano Mechanical & Engineering ha visto que Asturias es un polo tremendamente interesante para el desarrollo de tecnología terrestre dentro de su estrategia de deslocalización de centros productivos.
–¿Qué ubicaciones se barajan para la instalación del centro de alta tecnología y la fábrica de Tess Defence?
–Como Agencia Sekuens miramos por el interés y la carga de empleo y de producción en Asturias. Primero vemos las necesidades de la empresa, de metros cuadrados, energía y también de personal, y luego ofrecemos diferentes localizaciones. La empresa es la que toma la última decisión con la ingeniería de detalle. Tess Defence ahora está evaluando todas las opciones, no se está trabajando sobre una localización.
–¿Entre cuántas localizaciones decidirá Tess Defence?
–Estamos hablando de cinco o seis opciones perfectamente, pero todo está todavía muy abierto. Debemos tener claro que trabajamos por Asturias y no vamos a poner un territorio por delante de otro por ningún motivo.
–¿Qué características debe tener el emplazamiento que busca el consorcio?
–Es un número importante de metros cuadrados, pero todavía se está dimensionando el proyecto. Respecto a los perfiles, son muy importantes porque es un sector que necesita personal altamente cualificado de ingeniería, química, física... Y también una parte de Formación Profesional altamente cualificada. Con lo cual, esa combinación que tenemos en los estudios de FP y de grado con la Escuela Politécnica de Ingeniería es tremendamente atractiva. Según señaló Ángel Escribano, el presidente de Indra, empresa que es una de las socias de Tess Defence, estamos hablando de cientos de personas para ese centro. Es un inversión millonaria por la demanda que desgraciadamente va a haber en las próximas dos décadas, lo que asegura a la región carga productiva, empleo de calidad y sostenibilidad industrial durante un elevado número de años.
–¿Hay otras inversiones en proyecto ligadas a la defensa?
–Por supuesto. En el momento en que estás hablando con una de las mayores empresas europeas del sector de defensa y espacio, que es Indra, y pone el foco en Asturias, con la alta demanda que hay ahora mismo de tecnologías terrestres, es inevitable que aparezcan nuevas oportunidades, pero hay que trabajarlas. Queremos mantener la capacidad productiva que tenemos ahora, pero con una fuerte inversión y, por supuesto, que vengan nuevos actores. Tenemos que ampliar el número de inversiones, de capacidad productiva y de empleo en la industria de defensa en Asturias.
–¿El efecto tractor en la economía de la defensa es tan grande como parece?
–Si te imaginas un impacto, multiplícalo por dos. He visitado polos de tecnología de la defensa y lo que crean y cómo transforman una región es algo que no nos podemos ni imaginar. No solo arrastra una cadena de suministro que, además a nivel global es una de las que más sufre cuando hay conflictos con lo que interesa tenerla cerca, sino que en Asturias a 30 minutos tenemos todo muy bien localizado y con grandes profesionales, insisto, con lo cual el impacto es enorme. Pero es que encima tracciona otros sectores que para nosotros sería difícil, a priori, identificar con defensa, como, por ejemplo, la sanidad o las tecnologías genéticas.
–En su reciente comparecencia en la Junta General planteó que se tejerán redes internacionales de colaboración, ¿en qué están trabajando?
–Hemos hecho visitas a los cuarteles generales de la OTAN, estamos trabajando en proyectos con la Agencia de Defensa Europea y también con la estrategia de soberanía tecnológica, que implica proyectos de décadas. La OTAN ha sacado el programa DIANA, en el que quiere identificar y apoyar empresas tecnológicas que vengan del sector civil y que puedan aplicarse al militar. Y ahí es donde estamos nosotros. ¿Por qué? Porque eso lo estamos viendo en el proyecto Vía Carisa, del que es socia la Cámara de Comercio de Oviedo. De los cuatro corredores industriales que ha definido el Ministerio de Defensa, hay uno que es la Ruta de la Plata, y básicamente vamos a replicar el modelo de Asturias en otras regiones.
–Dentro de la hoja de ruta de Sekuens también tiene hueco el sector agroalimentario. ¿Cuál es la estrategia en este ámbito?
–Estamos haciendo una estrategia, que será de región, con el centro Carrio. El objetivo es crear un ecosistema para la alimentación del futuro. Estamos hablando de probióticos y prebióticos, de una gestión del suelo totalmente digitalizada, de proyectos de entomología... Esto es lo que tenemos que empezar a pensar ahora para que dentro de diez años podamos ser alguien en el sector y, sobre todo, teniendo en cuenta que además Asturias tiene una tradición de prestigio desde el punto de vista de alimentario.
–¿A qué otros sectores le da prioridad la agencia?
–Estamos trabajando en el sector de los centros de proceso de datos. Es un mercado incipiente. Todo lo que vemos de inteligencia artificial, lo que hacemos en los móviles, las transacciones... va creciendo exponencialmente sin infraestructura. Y España es uno de los países más conectados de Europa en cables submarinos, con lo cual hay una oportunidad de que se creen polos tecnológicos alrededor de centros de proceso de datos. Y ahí es donde estamos trabajando en la rehabilitación del pozo San Jorge, para tener ese ecosistema que después atraiga inversiones. Por otro lado, trabajamos en un centro de demostración de la habitabilidad del espacio en el pozo Santiago. Esto que ahora mismo parece una quimera va a llegar y no queremos que dentro de 15 años Asturias no haya pensado en ello. Asimismo, en el sector sanitario tenemos la incubadora de alta tecnología. Vamos a crear un centro híbrido, que significará meter la ingeniería en el HUCA (Hospital Universitario Central de Asturias).
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